Cap11- El que juega con fuego se quema

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Cuando José me dijo que le hiciera sexo oral, de inmediato le dije que no, pero por más que le decía que no, el seguía insistiendo y de tanto rogarme acepte la propuesta. Me bajo de sus piernas y me dijo que me arrodillara, le pregunte que porque me tenía que arrodillar y me dijo que para practicarle el sexo oral lo tenía que hacer. Se sentó en su cama, abrió sus piernas y yo me arrodille (me sentí tan humillada arrodillándome ante Jose como si él fuera algún tipo de dios al que tuviera que hacerle reverencia) Luego me dijo que lo masturbara hasta que se erectara. Estando él ya erecto, beso mi boca y me dijo que comenzara. Vi su parte púbica y me di cuenta que sus rasurados vellos ya estaban saliendo (cosa que me dio un poco de asco pero supe disimularlo). Me metí su pene parado en mi boca y comencé a practicarle sexo oral, pero mientras el con sus manos agitaba mi cabeza de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba, mire hacia el espejo y me vi haciendo todo eso "cómo es posible que yo esté haciendo este tipo de prácticas, ¿qué pensaría mi papá o mi mamá? ¿Qué pensarían mis hermanos o las ovejas de la iglesia si me vieran haciendo esto?" ¡Pensé!, pero por más que quería detenerme me sentía obligada por mí misma a seguir haciendo lo que yo me busque. Me sentía en una posición vergonzosa y degradante. Después de tres minutos casi eternos para mí, un fuerte chorro de un líquido asqueroso con una textura gomosa, parecida a los mocos y semejante a la leche, llamado semen, salió del pene de Jose "Que asqueroso" ¡pensé! Rápidamente separe mi boca de su miembro antes que me salpicará toda pero por desgracia parte de ese líquido ya me había caído en el mentón (me sentía tan sucia). Mientras él se lanzó a la cama con una respiración más pausada y con una cara de placer yo corrí hacia el baño para lavarme la cara. Cuando regrese me sentía muy avergonzada, por lo cual muy rápidamente me despedí de el sin mirarlo a la cara pero el al verme así, agarro mi mano y me pregunto.

-¿Acaso algo está mal? -agarro mi barbilla

-desvíe mi mirada hacia otro lado -no tranquilo, solo que tengo dolor de cabeza

-Ok, ¿quieres comer algo? -me preguntó

-le Sonreí fingidamente -no, tranquilo... gracias, ya me voy

-beso mi boca -ok, entonces nos vemos mañana cariño

-ok, chao -me despedí

Ya era de noche así que cogí un taxi y este me llevó a mi casa. Entre silenciosamente y estaba mi hermano menor en el computador jugando, le pregunte que donde estaban mis papas y me dijo que mi papa estaba en una consejería en la iglesia y mi mama estaba acostada en el cuarto. Me fui para el patio y me acosté en la hamaca y mirando hacia el techo, comencé a llorar mientras la canción "From the inside out de Hillsong" sonaba en mi celular. Las horas pasaban y la noche se tornaba más oscura, mi cabeza daba y daba vueltas, estaba realmente confundida y fue allí cuando me di cuenta que ya no me gustaban los hombres ni sentía nada hacia ellos, pero una duda aún más seguía en mi mente, ¿me gustan las mujeres?

3 semanas después

Querido diario he estado muy ocupada estos últimos días y he tratado de poner en orden algunas cosas en mi vida, te cuento que acabe de llegar del retiro de jóvenes que duró 4 días y que fue en una ciudad muy lejana. No sé por dónde empezar, pasaron muchas cosas que me marcaron y no sé si fueron para bien o para mal. Ok comenzaré por lo primero.

Nos montamos en un autobús exprés a las 4:35 am para llegar a la ciudad donde se realizaría el campamento.

Eran aproximadamente 17 jóvenes los que asistieron a ese retiro espiritual, entre ellos estaban, mi mejor amiga Daniela y mi novio Jose. Desde que nos subimos en el bus fue un dilema para mí, ya que no sabía en qué asiento sentarme. Por un lado estaba mi novio Jose diciéndome que me sentara con él y por otro estaba mi conciencia diciéndome que me sentara junto a mi amiga Daniela, que aunque ella no me lo había pedido, mi compromiso como mejor amiga me lo exigía pero gracias a Dios, un joven de la iglesia se sentó al lado de Jose y yo me pude sentar con mi amiga. El viaje duro alrededor de 7 horas (era un viaje muy largo) así que me puse los audífonos para escuchar música de mis grupos favorito para así no aburrirme, pero en el mismo momento Daniela me quitó mi audífono izquierdo para también escuchar música. Cuando el bus arranco, mi papa se paró de su asiento y nos dijo que cerráramos los ojos porque íbamos a orar para que el Señor nos llevara en Bendición, al terminar mi papá, enseguida vi mi reloj y eran las 4:50, todavía ni había salido el sol y hacía mucho frío. El aire acondicionado estaba en 16 grados centígrados. Saque mi sabana de algodón y me arrope junto con mi amiga. Transcurridos 5 minutos de viaje ya Daniela estaba dormida en mi hombro, agache mi cabeza y la vi, se veía tan hermosa y tierna "¡qué te pasa!" pensé Sacudiendo mi cabeza, luego de 38 minutos también el sueño me venció. Me levante a las 11:00 am y Daniela ya no estaba a mi lado, comencé a buscarla con mi mirada hacia todas partes y no la encontraba, después de varios segundos vi que salió del baño y me tranquilice (no se realmente porque me preocupo tanto no verla al lado mío). Al poco rato llegamos a la ciudad donde fue el retiro y después tomamos otro autobús para que nos llevara a donde sería el campamento.

Cuando llegamos a la finca donde fue el retiro, nos sentamos en varias sillas que estaban cerca de la piscina. Cada uno buscó sus amigos y pues como de costumbre Daniela y Jose se sentaron conmigo (me sentía tan incómoda sentada con mi novio que no sabía que mi mejor amiga estaba enamorada de mí y con mi mejor amiga que estaba enamorada de mí y que no sabía que Jose era mi novio). Fueron momentos en donde no estaba en paz. Desde entonces me propuse que Daniela y Jose no podían estar juntos y menos si yo estaba allí. Era la hora de almorzar y todos corrimos por nuestros platos. Almorzamos y después de almorzar mi mama dijo que nos podíamos meter en la piscina solo por 1 hora y que después nos saliéramos porque íbamos a compartir de la palabra de Dios. Nos metimos en la piscina y todas las chicas comenzaron a botar la baba por Jose, era impresionante como todos estaban admirados con  su marcada figura menos yo. La verdad no entendía que le veían las mujeres a los hombres y tampoco no me cabía en la cabeza como que después que me gustaran los hombres ya no sintiera nada por ellos "tal vez es solo con Jose que no sientes nada" ¡pensé! Así que comencé a ver a los demás hombres pero por más que me esforzaba no sentía nada.

Salimos de la piscina y a cada uno de los jóvenes mi mama los ordenó en un cuarto por grupos de 4 pero por desgracias mi mama no me puso con Daniela. Cuando ya todos se ubicaron en sus habitaciones, aproveche que mi mama estaba sola y fui a hablar con ella.

-¡Mami! ¿Porque no me pusiste con Daniela? -le pregunte un poco furiosa

-¿aja Ana? me extraña que me hables así -respondió muy asombrada

-disculpa mama, no quise ser grosera. Tú sabes que yo no soy así.

-a bueno... Eso espero -sonrió -el propósito por el cual no las puse junta, es porque hay muchos jóvenes nuevos y hay que integrarlos, ¿pero cómo los vamos a integrar si siempre está los mismos con los mismos?

-ok mama como tú quieras -Sonreí pero por dentro tenía mucha inconformidad

Después que todos se cambiaron, nos fuimos al salón donde compartiríamos de la palabra de Dios y me senté al lado de Jose mientras que Daniela se sentó en la fila de adelante. Después de varios minutos mi papa comenzó a predicarnos sobre las pasiones carnales. Cuando mi papa dijo el nombre de la prédica, quería que la tierra me tragara ya que justo iba a predicar sobre lo malo que eran las prácticas sexuales que yo hacía con Jose.

Cada instante de la predica fue un tormento para mí. Durante la predica yo por vergüenza a lo que decía mi papa no me atrevía a mirar a Jose y Jose tampoco me miraba a mí, sabiendo el que esa palabra era para nosotros. Salimos de aquel lugar y nos dirigimos hacia la fogata que ya estaba programada para esa noche. Oramos y en un papel tuvimos que poner todos nuestros pecados y echar ese papel al fuego cuando mi papa diera la orden. Ese acto simbolizaba que cuando el papel sé quemara con nuestros pecados escritos en él, todas las cosas malas que habíamos hecho, eran consumidas por ese fuego y quedaban también atrás.

Continuara... 

EL DIARIO DE LA HIJA DEL PASTOR ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora