Capítulo 11. El otro lado de la moneda

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Nota: ¿Qué les parece la nueva portada?. Alabadas sean mis habilidades de dibujo. XD

—.

   —Acaba de entregar su tercera ficha y después se fue, no estoy segura de dónde está.

La recepcionista estaba recargada en la mesa hablando con los padres de Harry que acababan de llegar.

   —¿Ya terminó con los tres pacientes?. —Lily se veía sorprendida, deben saber que apenas es medio día y le habían avisado a Harry que iban a llegar a esta hora.
   —Sí, se presentó temprano en la mañana y dijo querer pasar más tiempo con ustedes así que se iba a apresurar.
   —¿Entonces no sabes dónde está ahora? —preguntó James para confirmar.
   —No, perdón, pero no debe estar lejos. —La mujer trató de calmarlos.

Lily y James compartieron una mirada  de preocupación, si su hijo estaba libre, ¿Dónde estaba ahora?. Primero se calmaron, Harry es mayor y sabe moverse por el hospital por su cuenta.

   —Papá, mamá.

En ese momento escucharon la voz indistinguible de su hijo detrás de ellos. Voltearon la vista para poder encontrar a Harry acercándose tranquilamente. La recepcionista con un suspiro regresó a su trabajo.

   —¿Dónde estabas? —cuestionó Lily en cuanto llegó a su lado.
   —Termine de tratar a todos los pacientes y como aún no habían llegado fui a dar un recorrido —se excusó.
   —Acabas de atender a tres pacientes, ¿Que si alguien te reconoce y te pide que lo cures? —dijo James con voz severa, pero su padre se veía más preocupado que enojado.
   —Estoy bien, y si eso hubiera ocurrido habría ayudado, todavía tengo energía. —Harry asistió.
   —Este hijo mío. —Su madre suspiró resignada, siempre es igual. —No deberías caminar por el hospital sin rumbo, suficiente tienes con las personas que te encuentran mientras atiendes.
   —No me importa ayudar cuando es necesario.

Sus padres compartieron una mirada, Harry podía leer en sus caras. “¿Qué hacemos?”.

Harry sonrió y cambió de tema.

   —Ya que termine por hoy, ¿Podemos salir del hospital?.

Sus padres se vieron sorprendidos por un momento, era claro su proceso de pensamiento. Si Harry terminó con su trabajo en San Mungo entonces, no tenía por qué quedarse aquí.

Ambos asintieron enérgicamente.

   —Claro, siempre que estés en Hogwarts antes de las seis.
   —Entonces no importa si vamos a casa. —James dijo, pero después de pensarlo pareció ponerse nervioso y cambiar de opinión. —O a caminar, dar una vuelta está bien.

Harry lo miró con duda, pero su padre evitó su mirada y se escondió detrás de su madre. Quién tenía una sonrisa extraña.

Seguramente sus padres hicieron algo con la casa, como mudarse.

   —Vamos, podemos ir a comprar un helado.

Su madre le ofreció darle la mano y por costumbre la tomó. ¿O es esta la etapa en la que debe empezar a dejar de hacer esto?.

Miró a su madre que estaba hablando sobre a dónde ir. Se veían muy felices, puede empezar a separarse de sus padres poco a poco, después de todo no tiene motivos para apresurar las cosas.

Empezaron a caminar a la salida del hospital.

Harry miró en dirección a un pasillo. Siguiendo ese camino estaba la sala en la que planeó su encuentro con Voldemort.

El niño de la destrucción.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora