Aún no he decidido si será yaoi o no. Estoy entre sin pareja o un Tomarry, ya veremos.
He decidido Tomarry, gracias por sus opiniones xD
—.——¿Qué te parece, izquierda o derecha? —preguntó su madre señalando los paquetes de pociones.
—Solo son calderos, cariño, con el básico que pide la escuela es suficiente —aseguró su padre.
—Creo que es importante que Harry tenga el mejor material, debe aprender pociones si quiere estudiar medicina mágica.
—Tu niño es un genio, y si necesita cualquier cosa nos lo dirá. —Su madre no parecía convencida así que agregó. —Además, lo veremos cuando vaya a San Mugo.
—Opino lo mismo. —Asintió Harry.
—Ok, el básico entonces. —Se resignó su madre.Caminar por el Callejón Diagon con su familia le trae muchos recuerdos, ya no era solo los de él siendo un niño en su vida pasada. Claro que recuerda ir él, pero también cuando acompañó a su ahijado, llevó a su primer hijo, al segundo y la tercera. Y ahora de nuevo es él a quien llevan a comprar sus útiles, que imprevisto.
—¡Iré a ver la librería, ustedes se encargan de las túnicas!. —Su madre se detuvo y señaló la tienda de túnicas y la librería.
—Ok —asintió su padre—, te iremos a buscar en cuanto terminemos.Si fuera otra persona seguramente sería al revez, pero ambos sabían que su madre terminaría en la biblioteca mucho después que ellos. Lily miró a su padre fijamente mientras le explicaba.
—Escucha, quiero que compres 3 túnicas para la escuela —cortó sus palabras y corrigió—, o 4 —asintió, pero se detuvo a pensar y de nuevo cambió el número—, tal vez 5 mejor. —Asintió segura de su decisión. —Y debes comprar algún otro atuendo para cuando salga a San Mugo, debe lucir profesional.
—Cariño, esta bien, yo me encargo —aseguró su padre.
—¿Qué acabo de pedirte? —cuestionó su madre levantando una ceja.
—¿Túnicas para Hogwarts? —respondió algo inseguro.
—Harry, asegúrate de comprar todo.
—Sí —afirmó Harry—, no te preocupes.
—¿Qué?. —Su padre se quedó con una mirada perpleja, y su madre se burló un poco de él antes de despedirse.
—Nos vemos. —Su madre le dio un beso a su padre y se marchó.Cuando entró a la tienda de túnicas, se encontró con una escena familiar. Draco esperando a que le tomarán medidas para sus túnicas. Sintió un deja-vu muy fuerte, pero era obvio que algunas cosas no iban a cambiar nunca.
—¿Túnicas para Hogwarts?. —Se acercó la mujer regordeta mirando a Harry.
—Sí —afirmó Harry volviendo al presente—, quiero pedir 5 cambios, y dos túnicas un poco más formales, de preferencia de color blanco.
—Claro. —La mujer lo miró un momento antes de asentir. —Espera aquí.Harry se dirigió a que lo midieran, se colocó y esperó. Draco se veía algo curioso con ellos, sus ojos no dejaban de mirarlos. Su padre entonces aplaudió para llamar la atención de Harry.
—Parece que tienes todo controlado, bien. —Su padre lo miró. Harry de inmediato notó que estaba planeando algo, pero era demasiado perezoso como para averiguarlo. —Iré a por un helado, ¿te pido uno?. —Harry asintió.
—Chocolate.Su padre se fue, Harry lo siguió con la vista mientras se marchaba, sólo para darse cuenta de que no iba a la tienda de helados. Decidió ignorarlo, en el mejor de los casos Harry iba a tardar una media hora para tener listo su pedido. Draco lo observó fijamente y después de unos minutos, por fin se atrevió a hablar.
—¿Te conozco? —preguntó con curiosidad, aunque parecía más bien, que esperaba que Harry se presentará.
—No. —Harry no le hizo caso.
—Tu rostro me es familiar —aseguró Draco—, es obvio que te he visto en alguna parte.
—No te conozco —volvió a negar Harry.
—Seguramente lo viste en el periódico, es el chico que cura a las personas. —Se entrometió la costurera. Harry suspiró, sólo quería ignorar al niño.
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El niño de la destrucción.
Hayran KurguLas profecías son curiosas, en una te pueden pintar como un santo y en la otra no eres más que una plaga. El más grande y el más temido de todos nació como un santo. Pero decidieron convertirlo en un demonio. Él ha vuelto a nacer, ¿que piensan hacer...