Capítulo VI: We'll Be Okay

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La pequeña caja que Izuku llevó  con sus pertenencias a la casa de Katsuki era prácticamente lo único que tenía. Ya que su salario no le alcanzaba para comprar ropa tenía solamente tres camisas, dos pantalones y tres shorts para estar en casa y su ropa interior estaba muy vieja. Cuando Izuku se distrajo observando lo enorme que la casa de Katsuki era dejó la caja de lado, así que éste aprovechó y la tiró a la basura. Izuku al notar ésto se molestó un poco.

–Kacchan, ¿Por qué tiraste mis cosas? –Dijo haciendo un pequeño puchero, cosa que a Katsuki le pareció jodidamente adorable.

–No lo necesitarás más. Mañana iremos a comprar más ropa y todo lo que necesites.

–¿Eh? E-está bien...

–Muy bien, te enseñaré nuestra habitación. –Dijo subiendo las escaleras que daban al segundo piso.

–¿N-nuestra?

–Sí, nuestra. No creas que porque no te he visto en años te dejaré dormir en otro lugar que no sea junto a mí. –Las palabras del Alfa hicieron que Izuku se sonrojara. –Vamos, Deku.

–Sí.

Subieron las escaleras e Izuku iba notando la infinidad de fotos que Katsuki tenía en el pasillo y en todas ellas el rubio está con diferentes mujeres, cosa que hizo que Izuku se sintiera un poco celoso.

–Las fotos son de varias Betas con las que salí hace mucho. La vieja no me deja tirarlas porque dice que fueron "buenos partidos" que dejé ir, así que me obliga a no tirarlos porque quiere que sufra viendo "lo que perdí". –Mencionó de improviso.

–P-pero es tú casa, ¿No? ¿E-entonces por qué no lo haces? –Dijo intentando no escucharse muy demandante.

–Lo quiera o no mis viejos pagan parte de la casa. Cuando me mudé me dejaron esa condición si es que quería vivir sólo pero al parecer no me libraré nunca de ellos. Sólo por ser el heredero de su estúpida empresa. –Dijo con un cierto tono de molestia.

–Oh, pero, s-si es así e-entonces está mal que esté aquí...

–Claro que no. Ellos pueden mandar sobre mi casa pero no sobre mis relaciones ni a quién traiga aquí.

–E-entiendo.

–Además, no tengo que reflexionar sobre lo que perdí. Porque, sí, lo perdí. Perdí a la persona más importante en mi vida. Pero ya la encontré de nuevo y no la perderé otra vez. – Izuku se sonrojó por el comentario del rubio.

Ambos llegaron hacia la habitación del cenizo donde adentro habían varios muebles y una cama exageradamente grande como para una sola persona, pero era porque a Katsuki le gustaba rodar por toda la cama cuando no podía dormir, pero ahora que su Deku estaba ahí ya no lo veía como algo necesario.

–Aquí dormiremos. –Dijo sentándose en la cama. –Puedes sentarte tú también. Es tu cama después de todo.

–E-está bien... –Izuku se sentó al lado de Katsuki. Estaba un poco incómodo así que guardó silencio sin apartar la vista de sus pies y el suelo de la habitación.

–¿Y bien? ¿Me contarás cómo fue que terminaste en ese lugar? –Dijo Katsuki decidido a romper la tensión que se sentía en ese momento.

–E-está bien. –Dijo tomando un poco de aire. –B-bueno, pues, necesitaba dinero, y, no encontré trabajo por ningún lado...

–¿Entonces?

–U-un día, luego de haber ido a una entrevista de trabajo, pues, mi celo se presentó antes de tiempo y, corrí hacia un lugar donde no podrían verme. O al menos eso creí. –Hizo una pausa para tomar aire. –Mis feromonas, con el tiempo, se hicieron más fuertes hasta el punto de que ya no podía controlarme, así que, atrajo a un Alfa. Ese Alfa era Shinso.

–¡¿El bastardo ese?! –Mencionó molesto.

–S-si. Él me tomó en ese lugar. Ese fue mi primer celo con un Alfa, aunque, por supuesto no fue por voluntad propia. –Katsuki podía escuchar claramente como la voz de Izuku se fue quebrando. –Mientras lo hacía me desmayé, pero antes de eso sentí que me sujetaban el cabello y luego me arrastraron. Después desperté en un lugar que no conocía.

–El prostíbulo.

–Sí. Desperté rodeado de Betas que me estaban tratando las heridas que me quedaron por lo que hizo Shinso. Luego llegó él, ofreciendome "el trabajo". No me pude negar porque era lo que más necesitaba. Además... –Izuku se detuvo al recordar.

–¿Qué? ¿Además qué?

–Después de eso me dió unos anticonceptivos, ya que me dijo que había terminado dentro de mí.

–Descarado hijo de puta.

–L-los primeros días trabajando ahí fueron todo un infierno, pero, después de tanto mi cuerpo se fue acostumbrando...

–¿Cuántas personas llegaban al día?

–A-al principio eran dos o tres, pero al parecer gané una pequeña fama, así después eran entre seis y ocho personas. Todas eran totalmente repugnantes. –Dijo mientras unas pequeñas lágrimas caían sobre sus mejillas. –La primera persona que me trató como una persona y no como un juguete has sido tú, Kacchan. –Izuku levantó su cabeza para mirar a Katsuki con una sonrisa mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas. Éste se quedó sin palabras. Haber abandonado a Izuku y no buscarlo por cielo, mar y tierra fue el peor error de toda su vida. –Tú fuiste gentil conmigo.

–¿Y tú madre? ¿Qué pasó con ella? –Dijo intentando cambiar de tema.

–Ella... Pues, ella murió en uno de los trabajos que teníamos juntos. El trabajo era una construcción por lo que nos correspondía estar en las alturas. Cayó de una gran altura y fue golpeándose con en los demás pisos del lugar así que murió en el instante.

–Debió ser doloroso.

–Al principio sí. Pero luego reaccioné, y me dí cuenta de que ella no sufrirá más en este mundo. Apuesto a que ahora está disfrutando mucho, como el ser libre que tendría que haber sido, donde sea que esté. –Katsuki guardó silencio y luego escuchó los sollozos de Izuku. –Pero la extraño. La extraño mucho de verdad.

–Lo siento, Deku, lo siento mucho. –Dijo mientras se abalanzó hacía Izuku para abrazarlo mientras acariciaba su cabello rebelde. –Ustedes hubieran estado bien si hubiera estado ahí para ustedes desde un principio.

–Claro que no, Kacchan. Tú podías hacer lo que tú quisieras. Nosotros no podíamos ser una carga para tí.

–Por supuesto que no. Tú eres importante para mí, tú madre igual lo era, ya que, aunque solamente la ví unas cuantas veces, la quería mucho y estaba agradecido con ella.

–¿P-por qué?

–Ella fue quien te trajo a este mundo. Sin ti no sé lo que haría.

–Vamos, Kacchan. Estuviste diez años sin mí. –Dijo con una sonrisa sin pensar en lo que había dicho, haciendo que el corazón de Katsuki se hiciera pequeño, por lo que se separó del pecoso.

–Estos han sido los peores diez años de mi vida. Los he vivido como si estuviera en el mismísimo infierno. –Dijo con un semblante serio.

–L-lo siento, Kacchan.

–Te prometo, que de ahora en adelante, todo estará bien, sin importar qué.

–Gracias, Kacchan. –Dijo rompiéndose a llorar nuevamente para tomar las manos de Katsuki entre las suyas. –Gracias por salvarme. –Izuku se abalanzó hacía Katsuki para dejarle un pequeño beso en su mejilla. –Porque tú eres mi héroe. –Dijo sonriente. Katsuki no aguantó más y se abalanzó hacía Izuku plantando sus labios sobre los del pecoso.

Todo estaba bien.

Todo estaría bien.

Pero no por mucho tiempo.

Izuku sabía que eso no duraría.

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