—wow— dije. —Mira el cielo.
El suspiró y alzó la vista. —Se a lo que te refieres.
Clavó su mirada en mis ojos.
Y en ese momento lo vi, vi las estrellas en su mirada. Todas ellas reflejadas en sus pupilas y sentí que todo era mágico. Sentí que todo el dolor se fue por un momento y solo estábamos allí, el y yo, y todas esas estrellas anidadas en sus hermosos ojos claros color avellana.
Todo era perfecto.
Él era perfecto.Sin pensarlo más, tomó mi mejilla con su mano y me besó. Tan tiernamente que me sentí completo una vez más.