Aprendí de la vida, que no la puedo desperdiciar.
Aprendí de mi madre, que siempre estará para mí.
Aprendí de mi padre, que un hombre se hace de valores y acciones.
Aprendí de los amigos, que en realidad existen muy pocos que valgan pena.
Y aprendí de mí mismo, que caer no es pretexto para quedarme en el suelo, que no necesito de una persona para seguir adelante, que yo soy quién me sacaré de la mierda que la vida pueda traerme.
