8.

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Aún con los ojos cerrados, Alba buscó con los brazos a la morena. Al no notar su presencia, la rubia se recostó perezosamente. Estaba sola en la cama. Confusa, se levantó y salió en busca de Natalia. Justo cuando estaba en la cocina, escuchó la cerradura de la puerta al abrirse.

- Buenos días, preciosa. - Le saludó la morena al entrar y encontrarse a una Alba medio dormida y completamente desnuda.

- Hey. - Se giró Alba al oír esa voz. - ¿Dónde estabas? - Lo que llevaba entre las manos Natalia ya le respondió la pregunta.

- Espero que tengas hambre. - Natalia se acercó y dejó los churros y el chocolate caliente que recién había comprado en la mesa. Acto seguido se acercó a la rubia y le dio un intenso beso de buenos días.

- Voy a vestirme. - Dijo Alba, pero antes de que pudiera dar un paso la morena le agarró la mano y la atrajo hacia ella.

- No creo que vaya a hacer falta. - Le susurró al oído. Natalia se apartó de la rubia, cogió dos tazas y las llenó del chocolate que había traído. Seguidamente lo llevó todo al salón indicándole a Alba que le siguiera. - Vamos a jugar a un juego. -

- ¿Qué? - Alba no entendía nada.

- Yo voy a coger un churro de estos y a escribirte una palabra, y tú con los ojos cerrados vas a tener que adivinar qué es lo que te he escrito. - Le explicó Natalia con una sonrisa pícara en su rostro.

- De acuerdo... - Respondió Alba no muy convencida.

- Vamos, cierra los ojos. - La rubia obedeció. Natalia cogió un churro y lo mojó con el chocolate caliente. Acto seguido agarró el brazo de Alba y le escribió letra a letra la palabra.

- ¿Toxic? - Preguntó Alba al notar que la morena había terminado.

- Ahá. Ya puedes abrir los ojos. -

- Natalia esto es un poco... - Dijo la valencia al contemplar todo su brazo manchado. La morena sonrió y le dio un buen bocado a lo que tenía entre las manos.

- Ahora llega la parte más divertida. - Natalia volvió a sonreír pícaramente y poco a poco fue limpiando el brazo de Alba beso a beso.

- ¡Me toca! - Dijo la rubia. - Ya puedes ir quitándote la ropa. - Natalia se desnudó ante la mirada atenta de Alba. - Cierra los ojos. - Le ordenó una vez estaba completamente desnuda.

- Te gusta dar órdenes eh. - En cuanto Natalia ya no veía nada, Alba cogió un churró y se dirigió hasta los pechos de la morena. Al notar el calor, Natalia se estremeció.

- Vale. -

- No he entendido nada. - Dijo la de pamplona, abrió los ojos y contemplando la obra de arte que había hecho Alba. - Esto no vale. Tenías que escribir, no dibujar. -

- Pero mira que monada. - Exclamó Alba orgullosa del gatito que había retratado en los pechos de la más alta. - Además, ahora viene la mejor parte, ¿no? - Alba se lanzó hacía el chocolate esparcido por el cuerpo de Natalia y antes de que ésta pudiera reaccionar las dos acabaron estiradas en el suelo, la rubia encima de la morena.

- ¿Rico? -

- Me gusta éste juego. - Respondió la de valencia.

- Genial, porqué me toca. - Las dos se recostaron quedando sentadas en el suelo. Las dos chicas siguieron jugando hasta que terminaron haciéndolo en el sofá.

- Como mi amigo se entere de que lo hemos hecho en el sofá de su casa, me mata. - Dijo Natalia que yacía con la rubia encima.

- Y en su cama. - Añadió la rubia mientras acariciaba el brazo de la morena.

Maybe we would just forget [ALBALIA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora