La brillante luz del sol pasaba intrusa por los pequeños espacios entre la madera de la casa donde habitaba el mitad demonio y la anciana Kaede, posándose sobre los párpados de Inuyasha despertándolo de su agradable sueño.Abrió sus ojos de manera perezosa y mirando su alrededor apreció la soledad del momento, recordó el bello rostro de su madre y la conversación de los dos; sonrió, tal vez su madre tenía razón, tal vez el tendría que despejar esas dudas no solo hablando con Kagome sino también alejándose un poco... Eso tal vez vez sería lo mejor.
Inuyasha se levantó y empezó a estirarse para desperezar su cuerpo. Primero hablaría con sus amigos y después enfrentaría a Kagome.
Salió de la casa y empezó a caminar por los alrededores de la aldea para después encontrarse con Sango, Muroku, Shippo y Kirara.
- ¡Hola, Inuyasha!.- La voz de el pequeño demonio llegó a inuyasha y en respuesta el pelipalta saludó con la mano.- ¿Te encuentras mejor?.
-Es gracioso que te preocupes por mi, enano.- hablo Inuyasha de la misma manera a como se comportaba normalmente para bajar la preocupación de sus amigos.
-Yo lo veo mejor.- Hablo Miroku
-Así es.- Esta vez fue Sango quien habló.
-¿Y donde están esos monstruitos?.- Pregunto Inuyasha mientras miraba a todos lados en busca de ellos.
- Ellos no son monstruos.- Sango suspiró.- Están con Kagome, dijeron que iban a hablar con ella... Y antes del que preguntes no sé de que quieren hablar, ni yo siendo su madre sé que pasa por la cabeza de esas niñas y bueno Komori está en casa durmiendo.
- Ah, bueno ya entiendo... esto, bueno lamento lo que ocurrió ayer es que...- Inuyasha se vió interrumpido por la voz de miroku.
-Descuida Inuyasha, no tienes por que excusarte, Shippo ya nos contó todo.- Ante ese comentario miro a Shippo y este sonrió nerviosamente.- Nos contó lo que vio sobre la señorita Kagome, tus reacciones y su pensamiento hacia estos acontecimientos.
- Así que mis reacciones. - Hablo el mitad demonio con un tic en la ceja izquierda que demostraba lo enojado que estaba con el pequeño demonio.
- Te dije que no le dijeras nada a Inuyasha, Miroku y es lo primero que haces, voy a morir y esto Será tu culpa.- La voz de shippo salía de manera lastimosa y demasiado dramática como para convencer a inuyasha.
- Tus trucos baratos no funcionan en mi Shippo, y sera mejor que empieces a correr porque no tendré piedad en el momento en que te atrape y te haga sentir el verdadero infierno.
-Bueno... si es así, hasta lueguito dijo monchito.- Y comenzo a correr como alma que lleva el diablo.
Poco a poco Inuyasha se iba tranquilizando más y olvidaba los pesares que lo habían carcomido el día anterior, se dio cuenta de que el estar con sus amigos lo tranquilizaba y no solo eso sino que al sentir la calidez de estos no se sentía solo pero de pronto en su mente se generó una duda y esa era: ¿que hubiera pasado si su familia en verdad hubiese sido unida?, justo como las familias humanas lo hacían... Sin el odio de su medio hermano y la madre de este, sin la muerte de sus dos padres y todos unidos, pero bueno, no le veía el caso pues el "hubiera" no existe y el pasado no se puede cambiar las cosas suceden por una razón y el mitad demonio lo entendía a la perfección si no fuese así jamás había pasado por lo que hasta ahora ha vivido; el conocer un sincero amor dirigido hacia la sacerdotisa kykyo, el odio de ella, el ser atrapado por una flecha sagrada que esta misma lanzó en su contra y quedar dormido por 50 años con la flecha incrustada en su pecho, ser liberado por la reencarnación de su primer amor, destruir el tesoro sagrado que kykyo mantenía purificado en miles de pedazos y empezar una travesía en donde se encuentra con los que ahora consideraría una familia (aunque no lo admitiera), pensar en cada uno de los recuerdos que almacenaba su mente lo hacia sonreír tranquilamente, y bueno, la imagen mental de una familia "feliz" con sus familiares verdaderos que inuyasha imaginó solo le daba escalofríos.
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Superación [SesshInu]
RandomDespués de lo que pasó con "El amor de su vida" Inuyasha decidió irse por un tiempo para superar lo cometido, viajando de norte a sur y de este a oeste, mientras el peliplata "maduraba", el plan lo llevó a encontrarse con antiguos conocidos y reencu...