06

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Miraba hacia el cielo nocturno, dichoso del silencio solamente perturbado por la música que tocaban los grillos; las estrellas y la luna remarcaban lo precioso del mundo.

-¿De verdad piensas irte? -Inuyasha escuchó decir a su compañero quien se acercaba a él.

-Sí, Shippo, me iré.

-¿Cuándo te irás?

-Antes de que salga el sol.

-Ya... Ya veo-. Shippo se sentó al lado de Inuyasha, inhalo el aroma de su entorno nocturno y fijó su vista en la blanca luna. -Yo... ¿Podría acompañarte?

Inuyasha dejo de mirar el cielo para mirar a Shippo que, aunque parecía no reparar atención en el híbrido, era claro que lo hacía, se notaba que no era muy bueno fingiendo.

-No.

-¿¡Eh, por qué!?

-Porque todavía eres un niño.

-...-El menor hizo un puchero y se cruzó de brazos-. Pero ahora soy mucho más mayor.

-Sigues siendo un niño, si nos encontramos a un demonio tendré que hacerme cargo, no quiero regresar con un Shippo muerto y una Sango y un Miroku con ganas de matarme. -Sentenció. Era claro que Shippo no se rendiría, había pensado y apoyaba la idea de las dos pequeñas, porque Inuyasha se merecía el amor sincero de alguien que lo mereciera... Bueno, no estaba tan, tan seguro de que Sesshomaru merezca a Inuyasha, pero era mil veces mejor que cualquier persona, inclusive Kagome.

Si Inuyasha decía que no, igual los seguiría, nadie le decía "No" al pequeño zorro demonio.

Shippo por supuesto no respondió nada, se mantuvo callado sin protestar y eso era extraño, Inuyasha pensó que quizás este sí se había rendido y no seguiría insistiendo como usualmente lo hacía, pensó en que quizás y el muchacho por fin había madurado.

-Será mejor que vayas a dormir.

-Bien. -Respondió el menor. A pasos perezosos Inuyasha vio como el Zorro se iba.

(...)

Llevaba medio día caminando, el sol brillaba sobre la cabeza del platinado, pero no hacía calor.

Cuando se alejó de la aldea no se despidió de nadie y no miró hacia atrás, necesitaba de esa libertad para poder rehabilitarse y bueno, no es que estuviera mal, pero en lo que llevaba de camino ya se había topado con varios demonios y por costumbre miró hacia atrás a ver si tenía que proteger a alguien. ¿Quién lo habría pensado? Hacía quinientos años atrás él jamás habría optado por proteger a la raza que lo denigraba y helo ahí, mirando como un protector a sus espaldas si tenía que usar su cuerpo como escudo o desenvainar Colmillo de Acero para una muerte más rápida hacia el enemigo.

Suspiró.

No llevaba ni un día y ya extrañaba a sus amigos, a la gente de la aldea, sus sobrinas, los niños de la aldea que gozaban el molestarlo y halar sus orejas divertidos. Debía estar tremendamente mal de la cabeza.

Inuyasha estaba tan centrado en sus pensamientos que no prestaba atención a su alrededor, al menos hasta escuchar una rama quebrarse a sus espaldas. Desenvainó colmillo de acero y con fuerza, velocidad y habilidad se dio la vuelta con el propósito de cortar la cabeza de quien estuviera atrás suyo. El corte jamás llegó.

-Kohaku. -Dijo con sorpresa. El filo de la espada estaba terriblemente cerca de la garganta del hermano de Sango. -¿Qué haces aquí? -Alejó el arma.

-Yo... -Tomó aire para estabilizarse, vio su vida pasar en segundos.

-¡Demonios, Inuyasha! -La voz de Shippo se hizo presente, el chico apareció tras el tronco de un árbol. -Casi matas a Kohaku.

-¿Shippo? -Su cabeza procesaba de manera lenta, casi como si la situación saliera de su entendimiento. Y luego lo entendió. Esos dos lo habían seguido sin que él se diera cuenta, estaban a horas de la aldea y él no estaba para regresar luego de tanto camino recorrido. Su ceño se frunció con enojo. -¿Por qué me siguieron?

-Señor Inuyasha, no creemos que esté bien que usted se vaya solo, pensamos que quizás necesitaba apoyo emocional. -Pareció un poco incómodo para Kohaku que tampoco estaba seguro de lo que decía, rascaba su nuca mientras le lanzaba miradas a Shippo para que le ayudase con la explicación.

-En pocas palabras, -siguió Inuyasha- todo esto fue idea del mocoso de Shippo.

-¿Qué? No, no, esto fue nuestra idea. -Replicó Shippo haciendo ademanes con las manos lleno de nerviosismo.

-Ajá. -Inuyasha sabía que Kohaku era muy tranquilo y que no se metería en cosas como esas si no estuviera siendo obligado o cosas así.

-De hecho, sí fue idea de Shippo -afirmó Kohaku.

-¡Kohaku!

-Pero vine porque creí que tenía razón. -Respondió seriamente.

Inuyasha envainó Colmillo de acero y los miró con cansancio, ¿ahora qué? Estaba seguro que ellos solos no podrían regresar a la aldea y él no quería regresar. Sabía que ahora estaba a cargo de esos dos, tenía una carga, así que no tenía permitido morirse en su trayecto y actuar como adulto responsable en el cuidado de esos dos. No lo admitiría, pero, muy, muy, muy en sus adentros, agradecía la interrupción de esos dos, sentía que, si ellos no hubiesen llegado a acompañarlo, él jamás regresaría a la aldea y no porque no quisiera, sino porque seguramente estaría muerto antes de volver a pisar esas tierras.

-Ya no se puede hacer nada -admitió-, estamos demasiado lejos como para regresar a la aldea y sinceramente preferiría no hacerlo.

-Awww, Inuyasha nos está aceptando, mira, mira, Kohaku, Inuyasha implora nuestra compañía. -El tono burlón de Shippo hacía que el mitad demonio se replanteara si era estrictamente necesario también irse con ese enano, era un demonio, al fin y al cabo, sabría como regresar, no como un humano como lo era Kohaku, que eran más débiles. Kohaku en reacción se rascó la nuca mientras miraba apenado al mayor de entre todos.

-Está decidido, -habló Inuyasha de repente- Kohaku, súbete a mi espalda, así nos alejaremos más rápido y dejaremos a este mocoso idiota atrás.

-¿Qué? ¡Oi, no, Inuyasha, sería un pobre niño olvidado en el corazón del bosque! -Dramatizó. -¿Quieres matar a un niño que ni ha hecho nada malo?

-Eres un demonio. -Sonrió burlonamente- en el sentido más literal de la palabra, Shippo, y eres molesto, y fastidioso, y si vas a estar así por todo el viaje puedes regresar porque te mataría sin que me diera cuenta cuando me enoje mucho.

-Bueno, ya. –Alzó sus manos en señal de rendición. -Intentaré no molestar durante el viaje.

-¿Intentarás?

-Intentaré.

-Lo intentará, Señor Inuyasha, démosle una oportunidad. -Pidió el único humano de entre ellos, realmente no quería dejar al menor abandonado.

-Bien. -Dijo finalmente Inuyasha luego de soltar un pesado suspiro. 



Holiwis!


Muy buenas, gente bella, espero la hayan pasado muy bien en las fiestas. Como ven, he regresado y si las cosas se dan como espero que se den, estaré actualizando más seguido :D

Sí, ya sé que he dicho esto demasiadas veces, pero esta vez sí, de hecho actualizar mis libros, todos ellos, es mi propósito para este año.

¿Cuáles son sus propósitos?

Entonces, díganme, ¿Les gustó el cap? 

Gracias a todos por leer y hacer de este fic (que de hecho es el primer fanfic que escribí) lo que es.

Feliz año nuevo a todos, espero que se encuentren bien, y que puedan lograr todo lo que se propusieron este año.

Nos leemos pronto.

Ílio los ama.

Ílio los adora.

Los amo y los adoro.

Los amodoro.

Bais.

:3

Superación  [SesshInu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora