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Se sentía como la misma mierda, había prometido no llorar por mujeres humanas desde lo que ocurrió con kykyo y ahora estaba ahí  sintiéndose cual perrito abandonado en medio de la via, una mierda completa, dejó la incomoda posición fetal que tenia, girando sobre su barriga y quedando boca arriba para observar el azul oscuro del cielo que era solamente perturbado por las diversas estrellas que combinaban perfectamente con él haciéndolo ver aún mas hermoso de lo que ya era.

Soltó suspiros espasmódicos, sus lágrimas caían dejando un firme pero delgado camino de agua salada, sus ojos ardían, su cabeza dolía y esa para nada agradable necesidad de querer beber algo para rehidratarse no ayudaba mucho. Ya poco a poco se iba relajando y aspiro profundamente intentando dispersar ese horrible dolor en su pecho, ¿Qué debía hacer? Simple, lo que tenia previsto desde la mañana. Tal vez una salida y alejarse de todo le ayudaría a aclarar sus ideas. ¿Cuando pensaba partir? Tras pensarlo un momento se vio indeciso, ¿Mañana?, ¿Esta noche? ¿En la madrugada? Detestaba esa terrible inseguridad que se acrecentó desde que conoció a Kagome.

Se levanto torpemente del suelo, sacudió sus ropas del polvo y la tierra que se habían adherido a su cuerpo, acomodo a colmillo de acero y empezó a caminar en dirección a la aldea.

(...)

-Y entonces la ancianita Kaede me dio este kimono diciendo que me veía más acorde a mi edad.- Rin caminaba juguetona junto a Jaken mientras le contaba a el demonio mas alto sobre su vida con la anciana.

-Y que tal si antes dejas de zarandearme niña, siento que voy a devolver todo lo que comí.- Jaken intentaba alejar el brazo que se hallaba al rededor de su nuca pero esta lo acercaba mas aumentando un poco su fuerza.

-Jajajaja hay pero que cosas dices Jaken,ni siquiera soy una niña, recuerda que tengo quince años... Oh por cierto, la señorita Sango dijo que como yo estaba con usted amo bonito y con Jaken, debía aprender a defenderme porque existen michos peligros que podrían asechar - Rin empezó a gesticular de manera informativa- y prefiero sentirme segura  a sabiendas de que puedo defenderme de lo que haya a mi alrededor,-cruzó sus manos por su espalda mientras caminaba mirando al cielo-, por el momento, ella, Kohaku y Shippo me han dado un entrenamiento básico. 

-Me parece bien que esa humana te enseñe a defender, Rin.- el peliblanco miro a la menor con su típico rostro estoico.- Ya veremos después como te entreno.

Caminaban por el bosque, ahora en silencio, cada uno pensando en diferentes cosas.

-¿Amo Sesshomaru, a usted le agrada su hermano?- ambos demonios miraron a la menor con extrañeza.

-¿De donde sacas esas preguntas niña?.- Jaken tomó la palabra para evitar que Sesshomaru se viera en la obligación de decir algo.

-Sólo pensaba y recordé a las hijas de la señorita Sango cuando me dijeron que los hermanos se agradaban aunque estuvieran peleando todo el tiempo.

-Esas niñas no entienden nada, a penas si tienen cinco años-afirmo Jaken.

-No, ellas son demasiado inteligentes... Tanto que asustan.

-No, no me agrada Inuyasha, es mas a ese mitad demonio ni lo consideró mi hermano.-Respondió el de cabellos platinados.

-¿por que?- Inquirió.

Superación  [SesshInu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora