Ella

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Siguieron viéndose tantas veces como podían.

Hasta que finalmente una de ellas, decidió romper el sonido del mar con un "hola".

Seguido de eso y sin recordad exactamente como, estaban caminando en la misma dirección, platicando del todo y de la nada a la vez. Ella intentaba aterrizar y tomar algún tema serio, indagar por lo menos un poco más sobre esa situación, pero no lo lograba. Ella sonreía, decía una tontería que nada tenía que ver con las preguntas del momento.

- ¿No me digas que tú eras mi alma gemela? Estas más gordita de lo que pensé.

- Puedo serlo si me dejas.

Y tomando decisión tras decisión, pasaron del café al motel y allí se dieron cuenta, el día uno que se conocieron, que todo podía pasar decidiendo romper el sonido del mar. Se dieron cuenta que coincidían en tantas cosas, pero también decidían ignorar lo que les era diferente.

Ella decidió que debía irse. Regresar a la ciudad.

Ella decidió que no quería dejarla ir.

Así que cerca de las tres o cuatro de la mañana y sin saber exactamente como, tenían que planear que seguía con sus vidas. Y todo iba de maravilla, hasta que paso el tiempo.

Con el tiempo se dieron cuenta que no siempre se pueden omitir las diferencias, y que muchas veces pueden tanto esos pequeños temas que no se quieren hablar, que un día te das cuenta que no te gustaba el olor de su perfume favorito, pero que ese día no podías romperle la ilusión solo porque volteo a verte, con su cara llena de felicidad diciendo "mira lo que compre para ti" pero aun así lo utilizas diario, lo compras cada que se termina y llevas años convenciéndote que no huele tan fuerte.

Algo así paso con ellas. Hoy es el final.

Hoy tuvieron una pelea. De esas sin sentido. De esas sin mucho grito. De esas sin mucho sentimiento. Solo que ya no están conectadas. No como antes. 

Te EscuchoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora