Esa semana nos vimos bastante, a pesar de nuestros horarios diferentes y nuestros casuales desencuentros. Yo podía notarlo, él se aferraba a mí como a nadie más, me hacia sentir unico, indispensable. Y llegue a creerlo.
Sin embargo me hacia muchos desplantes. Mientras yo no dejaba de mirarlo, sabia que se hacia el importante y ni siquiera me dirigía una mirada. Hubo días fríos, tan fríos que llegaba a estrujarme el cerebro pensando que podría haber hecho mal. Pero al día siguiente ahí estaba otra vez. Esa calidez que me convidaba solo a mí, a su manera especial. Y yo lo odiaba por eso, porque tenia esa maldita influencia a la cual yo no podía igualar jamas. Él nunca dependería de mi como lo hacia yo de él.
En estos vaivenes puedo rescatar un día aislado, un momento en que sentí que todo seria para siempre, que el resto de las personas podían morir frente a mis ojos y que ya nada importaría si me podía quedar a su lado, así, enfrentándolo con miedo a que me dejara y con la tranquilidad de que no seria así, porque no era típico de él.
Ese día, como en algunas de nuestras estúpidas peleas infantiles, yo debí haberle gritado que me trataba mal o algo así, porque recuerdo como Yohei llego y decía que parecíamos matrimonio. Como idiota que soy, creo que grite un poco más y a Yohei también y me fui; me aleje para esperar a que terminara la practica de los que estaban todavía en el gimnasio. En ese momento, conmigo apoyado en la baranda de la escalera, mirando al suelo, pensaba en cuanto lo odiaba, en cuánto me gustaría poder herirlo más que nunca, pero no como solía hacerlo sino de la misma manera que él lo hacia conmigo.
Fue en ese momento en que sentí una respiración detrás de mi oreja, el aire llegaba regular y se mantuvo allí unos momentos calculados fríamente para seguramente hacer que mi presión descendiese. Él podía calcularlo todo, quizás por eso era tan callado y tan hiriente a la vez.
- Yo no te trato mal - en un susurro, las palabras recorrieron mi cabeza hasta llegar a mi cerebro. Allí me sentí débil, pequeño, como hacia tiempo no lo hacia y casi caigo en el abrazo en el que ahora había sido apresado. El pensamiento se me nublo, no supe que contestarle. Creo que dije un "si" como para complacerlo y luego descanse mi mejilla en su hombro. Como deseaba que no me estuviese abrazando; fue tan doloroso para mí, y a la vez tan feliz...
Continuara....

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Tonos
Historia CortaHanamichi hace un recuento de su relación con Rukawa. Toda la historia esta narrada desde el punto de vista de Hanamichi. Historia Corta/ RuHana