Y hoy lo llamé yo. Después de molestarlo un rato, le pregunte si quería venir a mi casa esa tarde. Yo sabia que no podía, que tenia que ir al doctor o algo así (ya me lo había dicho) pero preferí olvidarlo por un momento.
- ¿Por qué no puedes venir? -le pregunté.
- ¿Qué te importa? -me contestó. Yo sonreí.
- ¿Ya no me quieres?
- No.
- ¿Y por qué estoy hablando por teléfono contigo, si no me quieres?
- ¿Necesitas que te quiera para poder hablar conmigo?
- Sí.
La conversación se repetía una y otra vez en mi cabeza. Apenas unos segundos después de cortar caí pesadamente sobre el sillón junto al teléfono. Lo odiaba. Era un estúpido. Quería golpearlo hasta desfigurarle el rostro. Ese rostro que con solo mirarlo podía hacerme caer en un embrujo del cual no había antídoto.
El teléfono sonó y me hizo dar un pequeño salto. No lo tome inmediatamente; espere a que sonara cuatro veces hasta que lo atendí de mala gana.
- Se corto la comunicación -me dijo sin vacilar. Podía ver su fría expresión a través de auricular.
- Sí -le contesté. Ambos sabíamos que era mentira, pero preferimos dejarlo de esa manera.
- Puedo ir a tu casa -dijo de repente. No fue una pregunta, sino una afirmación. Pocas veces hacía preguntas.
El ánimo me cambió de nuevo y el alma me volvió al cuerpo.
- ¿Y a qué hora? -le dije-, me tengo que arreglar para ti.
- Ya salgo para allá.
- Bueno te espero.
"Clic"
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Este es el final de la historia.
Gracias por leer.

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Tonos
ContoHanamichi hace un recuento de su relación con Rukawa. Toda la historia esta narrada desde el punto de vista de Hanamichi. Historia Corta/ RuHana