Viento III

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Mientras Henry se encontraba encerrado, la pelirroja estaba despertando.

─¡Ehhh!─ Suspiró─ Muy buenos días, ¿cómo estás Hen-? ¡Dónde estás!
En aquél momento Elisa creyó por un segundo que todo lo había soñado; hasta que recordó lo que llevaba puesto, la chaqueta del vagabundo.

─¿Dónde podría haberse ido? No creo que sea tan estúpido como para irse y dejarme su ropa ¿Acaso los demás lo encontraron? No, imposible─ Pensaba la muchacha, sólo para ser interrumpida por una voz conocida.

─¡Elisa! ¡Ven aquí inmediatamente!─ Gritó un anciano.

─¡Ya voy, Pedro!

─¡Cómo que Pedro, a mí me respetas, tonta alegre!

─¡Ay!¡Hoy estás más sensible de lo normal, viejo!─ Le dijo mientras se acercaba. Alestar cara a cara, hubo un duelo de miradas, luego un silencio hostil quefinalizó cuando el hombre, ahora conocido como Pedro le preguntó:

─¿Estásbien, hija? 

─Sí, señor padre─ Dijo sarcásticamente. Sin embargo, su actitud rebelde e infantil cambió por la expresión de seriedad que tenía su padre, una expresión que no había visto en él desde hace mucho. Sin hablar, él le señaló un lugar, dicho lugar estaba repleto de personas, todas conocidas a excepción de un grupo que no podía verse con claridad por culpa del anterior que le rodeaba.

─¿Qué está pasando papá? ¿Por qué ellos están todos reunidos y quiénes son esos hombres que los acompañan?

─Esome gustaría que me lo aclararás tú─ Le cuestionó con la mayor mueca dedesconfianza que jamás le había demostrado a Elisa en toda su vida.

─¡Perdón!¡Qué intentas decir! ¡Yo no he hecho nada, así que mejor explícate, viejo senil!

─¡Ah! ¿No has hecho nada? Por eso es que traes puesta la chaqueta del hombre que buscan los tipos de allá. Mejor ve explicándome en qué problema te metiste, zopenca.

─¡Ehhh! Pues yo-ooo-ehh ¿Cómo decirlo exactamente? Pues, ahh... ¡Dejé la puerta abierta y en eso un hombre llegó e intenté matarlo pero en eso él esquivo mi golpe y me sometió y luego me liberó y por el frío me entregó su chaqueta!─ Dijo quedándose sin aire─ Ella esperaba un grito, un regaño, un golpe o algo; pero nada pasó, su padre se quedó allí, inexpresivo, pero al final se movió.

Con una ira incontrolable levantó a su hija con su brazo derecho, después la azotó contra el suelo y con todo su ser hizo un grito, no, hizo lo siguiente al grito:

─¡QUÉ ACABAS DE DECIR MUCHACHA! ¡ESTA VEZ TE HAS SUPERADO A TI MISMA!─ La escena alertó a todos los presentes, especialmente a los no presentados, quienes no tardaron más de un segundo en reconocer la prenda que llevaba la chica en el suelo; sin comunicarse entre sí, los uniformados se movieron al unísono en dirección a la pareja de padre e hija con la intención de interrogarlos a ambos. Elisa aún en el suelo vio como aquellos sujetos se le acercaban con intenciones nada amigables, por supuesto el que su padre pareciera intimidarse no era algo especialmente reconfortante en aquel momento.

De modo que los "patrulleros" llegaron donde estaban, interrogándolos inmediatamente:

─¿Cómo obtuviste esa chaqueta?─ Preguntó quien parecía ser el líder de aquél trío de "policías", si es que se le puede llamar policía a alguien que parece tener más de mil muertos encima. Cuando el dúo familiar permaneció mudo ante la interrogante del aparente líder del grupo, éste decide repetir─ Creo que ustedes están algo nerviosos, mi nombre es Simón, somos un escuadrón perteneciente a la primera guarnición de Sainte Croix du Sud, así que déjenme preguntarles de nuevo ¿Cómo obtuviste esa chaqueta... corazón?

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⏰ Última actualización: Apr 18, 2019 ⏰

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