Hoy era el día, el velorio de el amor de mi vida y de mi felicidad, vida y esperanzas. Con el se llevo todo de mi. Hace solo dos días antes el había muerto, mientras yo tomaba su mano, y le rogaba que fuera fuerte, y que por favor no me dejara. Al parecer mis suplicas fuero en vano ya que se fue, me abandono dejándome sola con mi problema, dejándome sin vida, felicidad y esperanzas de tenerlo junto a mi por el resto de nuestras vidas.
Me puse mis lentes oscuros y salí de mi habitación, ni siquiera mire a mis padres, solo tome mis llaves, una botella de whisky y fui a mi auto para dirigirme a enterrar al cuerpo sin vida de el amor de mi vida.
Todo era negro. Sin alegrías, sin color, si el.
Me sentía con tanta rabia que no podía respirar, quería acabar con todo, con este dia, esta semana, este maldito año, con esta maldita vida.
El se fue y con ello se fue mi esperanza, lo amaba, lo amo mas que a nada en este maldito mundo lleno de presiones, dolores de cabeza, problemas, lleno de gente estúpida. Estaba arta de tener que contener mis emociones, de tener que cerrar mi maldito lamento mientras vienen personas que jamás había visto diciéndome lo mucho que lo lamentan y que esperan no me quede atascada ya que tengo mas vida por delante. Y es que diablos, no entienden un carajo de lo que estoy sintiendo.
Cerré los ojos y masajee mi cien, aguantándome el salir corriendo como cobarde, el dejar salir las lagrimas que tengo atascadas en mi corazón desde aquella maldita noticia que acabo con mi vida. Pero no lo haría, no enfrente de personas que solo tomaran esto para hacer unos de sus estúpidos discursos patéticos sobre lo bella que es la vida y que el que el no este no la hará mala, al demonio con ello.
-¿Se encuentra bien?- dijo una voz gruesa y impotente, y yo sabia de quien provenía ella
-Si, no se preocupe Sr. Thompson- dije mirándolo a los ojos, esos ojos que no tenían expresión, no era como el Klaus que soñé, este era una clase de robot, al cual no tenia ni mínima idea de como diablos lo soñé, y realmente, no me interesa.
-Si quiere llorar hágalo Srta. Johnson, esta bien hacerlo- dijo metiendo sus manos a los bolsillos de su jean con una expresión afligida en el rostro.
-Gracias por el consejo, creo que lo debería seguir usted por igual Sr.-
No espere su respuesta y me fui, no solo de su vista, si no del lugar en si, solo quería salir de este lugar asfixiante. Corrí lo mas que me dieron mis piernas pero no pude mas, no pude guardar mas esto, que me quema el pecho y destruye mi garganta, me tire en el césped y grite, soltando todo, mis lagrimas, mis sollozos, mis gritos, absolutamente todo.
-¡¡¿POR QUE?!!- grite con todas mis fuerzas mientras golpeaba el piso con todas mis fuerzas-¡¡¿POR QUE ME HICISTE ESTO?!!- grite golpeando una y otra vez sin importar el dolor, sin importar que las personas estuvieran saliendo, solo quería gritar. Empecé a sollozar y gritar mientras seguía golpeando.
-Coraline, tranquila- dijo el, Thompson.
-DEJAME SOLA-grite mirándolo, dejando de golpear el piso y sollozando.
-Ven conmigo, por favor- dijo extendiendo su mano mientras tenia una mueca en el rostro.
No se por que lo hice, pero lo hice, tome su mano, y sin decir nada nos dirigió a su auto.
-¿A donde me llevas?- dije mirando mis manos las cuales dolían como mil demonios.
-Al hospital, necesitamos ver si no te rompiste las muñecas, dedos o si solo son raspones- dijo serio mirando al frente en todo momento.
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Hola soy Coraline
Teen FictionLa historia de amor jamás contada. Un calurosos verano con un poco de ternura puede ser todo lo que Caroline necesita para despejarse de sus problemas, aun que sabe perfectamente que no terminara con un y vivieron felices para siempre.