Capítulo 4: El parque de diversiones y ¿Charles?

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Tenía nerviosismo por lo que pudiera suceder hoy, tenía casi 4 años sin ver a Alex y la última vez que lo hice, el se me declaró. Está de más decir que no pude corresponderle de la misma forma. Además cuando todo eso sucedió no tenía idea de los problemas que me esperaban en mi casa. Considero que fue lo mejor que pude hacer, hablar con la verdad.

Me había levantado un poco tarde y sólo me quedaban alrededor de 2 horas para arreglarme y llegar al lugar, ya que eran 30 minutos de mi casa al parque, caminando.

Me metí a bañar y dejé que el agua recorriera mi cuerpo, relajando cada músculo de el que se encontraba tenso, por toda la situación de ayer. Tenía muchas cosas que pensar, era dejar mi pasado y eso me dolía.

Salí de la ducha y me quedaba alrededor de una hora, 30 minutos para terminar de arreglarme y otros 30 para poder llegar al parque. Tome unos jeans que se ajustaban a mi figura y una sudadera color roja que me quedaba un poco holgada. Era perfecto ya que hoy quería estar cómoda y además parecía que estaría un poco más fresco que otros días.

Salí de mi casa, junto con una pequeña bolsa donde guardé mi celular y una liga por si luego quería recoger mi pelo. Caminé más rápido y disminuí mí paso cuando llegué a la calle Brooklyn, vi como parejas llegaban, algunos jóvenes sentados, y otros charlando. La verdad la idea o leyenda sobre la calle me seguía pareciendo tonta, pero ya no me molestaba.

Salí de la calle y ahora si comencé a acelerar mi paso, hasta que llegue a la entrada. Había llegado alrededor de 10 minutos tarde, tenía varias llamadas de Alex y alguno que otro mensaje, decidí llamarlo para decirle que ya estaba aquí, la verdad no me gustaba ser impuntual pero no me di cuenta de la gran variedad de tiempo que perdí en la Calle Brooklyn.

Al tercer timbre el contestó.

—Sam, ¿Dónde estas? ¿Si vendrás? - Parecía decepcionado, como si fuese a dejarlo plantado.

—Ya estoy aquí, solo que no te veo, ¿Por dónde estas? - Volteé a todas partes pero no había nada.

—Te he encontrado - Alex me tomó por detrás de la cintura y me giró para quedar frente a el y besó mi mejilla, yo lo abracé y le devolví el beso.

—Te extrañé Alex.

—Yo también Sam.

Nos separamos y pude verlo, ver el gran cambio en el, el color de sus ojos se había intensificado y su cabello había crecido, aquella pancita que alguna vez tuvo se esfumó, parecía ser que ahora completamente marcado.

—Estás hermosa, Sam.

—Gracias, Char... Alex – ¿Qué demonios iba a decir? Ya pensaba en Charles en todas partes, debo estar un poco traumada.

—Dejaré pasar esta gran confundida de nombres, si te subes a la nueva atracción, vamos? – Puso su mano a mi disposición, como cualquier príncipe haría con su princesa para invitarla a bailar y la tomé.

Sus dedos entrelazaron los míos y me llevaba a un lugar que aún no tenía muu claro, pero es Alex y se que el no me haría daño. Nos detuvimos frente a una gran montaña rusa y allí entendí todo. El y yo solíamos venir siempre a este parque cuando eramos unos niños de 14 y solíamos subirnos a las cosas más peligrosas, como las montañas rusas. La nueva atracción, consta de una montaña rusa, la más grande del parque a mi parecer y también con muchos giros, me encantaba.

CALLE BROOKLYNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora