CALLE BROOKLYN

Capítulo 13: "Es mi novia, ¿Algún problema?"

"Las mentiras y los secretos son lo único que pueden destruir la confianza"

Entre risas y bromas la habíamos pasado Charles y yo. Habían pasado alrededor de 5 minutos desde que la película había terminado y al parecer ninguno de los dos planeaba levantarse, pero ya era hora.

—Charles – Dije para que me mirara – Tengo que ir a casa de mi abuelo, ¿Vamos o tienes que irte ya?

—Prefiero mil veces ir contigo, fresita – Aunque la actitud de Charles había cambiado desde que llegó me seguía preocupando, pero no soy quien para exigirle respuestas.

—Entonces vamos grandulon – Me levanté de la cama y el también lo hice, me puse mis tenis y ya estaba lista.

Salimos de la casa y caminamos dos cuadras y  allí estaba la casa de mi abuelo. No era una gran mansión pero tampoco era una casa pequeña. Mi abuelo a diferencia de nosotros sí tiene dinero, pero jamás lo aceptamos por la cuestión de que nosotros mismos queríamos salir adelante.

Mi abuelo nunca había tenido vecinos pero al   eso está por cambiar, ya que a lado de su casa hay una camioneta de mudanza.

Me acerco a la puerta y tocó, la puerta se abre y puedo ver a un chico alto y castaño de ojos grises, es Liam, mi guapo hermano. A quien más había extrañado.

Una sonrisa débil salió de sus labios y abrió sus brazos para que pudiera abrazarlo, era algo extraño, pero no se lo negaría. Sus brazos me rodearon por encima de mis hombros y yo rodeé sus cintura. Siento que vuelvo a estar en casa. Mis ojos pican y se que estoy a punto de soltar un par de lágrimas y el nudo en mi garganta no ayuda para nada, estoy completamente feliz.

No quiero soltarlo por que tengo miedo de que los recuerdos y las memorias vuelvan a el y todo esté avance luego sea un retroceso. Sólo me queda disfrutar de ésto, esperando que dure muchísimo más.

Nos separamos y limpio mis mejillas, aunque es inevitable que no se den cuenta de que he derramado un par de lágrimas, mis ojos deben estas rojos y mi cara ni se diga.

—Luego hablaremos tu y yo, pero gracias Sam, por no dejarme caer – susurró Liam en mí oído — ¿Quién eres tú? – Dijo, tomando una posición algo extraña, creo que quería lucir competitivo, pero sólo parece un espagueti remojado.

Charles se veía algo confundido y antes de que pudiera presentarse yo lo hice.

—Callate es sólo un amigo, no te quieras hacer el hermano protector gris – Dije de manera sarcástica, así solía llevarme con mi hermano, antes de todo. — ¿Dónde está el abuelo?

Entramos a la casa y sí estaba tal cual la recordaba, una casa algo antigua pero al mismo tiempo llena de vida, con miles de fotos mías y de mi hermano. Entrelace mi mano con la de Charles, no quería que se sintiera fuera de lugar.

—En la cocina, pequeña azúl, ve a saludarlo, el te extraña.

Gris y Azúl, esos eramos nosotros dos contra el mundo.

— ¿Porqué se dicen azúl y gris, fresita? – preguntó Charles cerca de mi oído.

— Es simple, por el color de nuestros ojos, mis ojos son azules y los de el grises, yo tengo lo ojos de mi madre y el los de su padre.

— ¿Los de su padre? ¿Son hermanastros?

— No, es otra historia que luego te contaré, no quiero hablar de eso ahora – Mi voz se tornó más dura, pero recordar aquél sujeto me hería, sentía como si yo hubiese sido su problema y por eso el se había ido — Sientate allí, voy con mi abuelo, ahora regreso rizos –Dije señalando unos sillones y con mi voz un poco más relajada.