Capítulo 9.

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- ¡Sam! ¡Vuelve a la Tierra!

- Perdón, sólo... Estaba pensando. -se disculpa.

- Ya lo hemos visto, se te ha quedado una cara...

- Amber tiene razón -continúa Jake - Parecía que hubieses visto un fantasma.

"Y ha sido algo así", dice para sí.

- Exageráis, no habrá sido para tanto.

- Te digo yo a ti que sí, guapa.

- Bueno chicas, yo tengo que irme ya -dice Jake mirando a sus amigos- Me ha encantado volver a verte Sam. Adiós, Amber.

- Vamos, deja de mirarle con esa cara, él no está a nuestro alcance. -la advierte Amber.

- ¿Qué cara? Ésta es la única que tengo.

- No soy tonta, se cómo le has mirado, conozco ese sentimiento.

- No lo he mirado de ninguna forma en especial. Además, ni siquiera le conozco. Olvidemos este tema.

- Está bien. Vamos a divertirnos.

Las chicas pasan las siguientes horas bailando, comiendo alguna cosa, bebiendo, montándose en la montaña rusa, en los coches de choque y alguna que otra atracción más.

- ¡Vaya! Son casi la una de la madrugada, es demasiado tarde, tengo que volver a casa ya.

- ¡Pero si es pronto. Quédate un rato más! -le grita Amber borracha.

- No, prefiero ir a casa ya, estoy algo cansada.

- Como quieras. ¿Sabes cómo volver a tu casa? No quiero que te pase nada.

- Claro, no te preocupes. -intenta calmarla Sam- Ya nos veremos Amber y no bebas más, ¿vale?

- Vale, vale, abuelaaaa.

A Sam no le convence mucho esa respuesta, pero qué le va a hacer, ahora tiene un problema mayor y es que le ha mentido a Amber, no está muy segura de cuál era el camino que debía recorrer para llegar a su casa. Tan sólo se acuerda de que tenía que pasar por delante de una casa rosa muy llamativa.

Al salir de la playa, comienza a caminar por la calle principal, hacia delante, ya que no hay más camino que ese, hasta que llega a un cruce.

- ¿Hacia dónde era ahora? ¿A la izquierda, a la derecha o todo recto? ¡Ay, dios! No recuerdo nada, tendría que haber llamado a papá, esto me pasa por orgullosa.

Al final se decide por tomar el camino de la izquierda, no está totalmente segura, pero es el que menos oscuro y siniestro le parece al ser el único con farolas encendidas.

Cualquier ruido que oye, por muy pequeño que sea, la estremece y siente un escalofrío recorrer todo su cuerpo, tiene miedo y reza para que su padre aparezca en su coche a buscarla, pero sabe que eso es imposible y que no va a ocurrir.

Ahora decide escoger el camino de la derecha, luego todo recto, luego la izquierda y así hasta que se cansa de caminar y acepta por fin que está perdida.

Se sienta en el primer banco que ve y esconde la cara entre sus manos, deseando que al levantar la cabeza esté su casa justo delante de ella. Entonces oye el ruido del motor de un coche, el primer coche que ve en todo ese tiempo que lleva andando. No sabe qué hacer, si acercarse a la carretera para que la vean y la lleven a casa o esconderse y que pasen de largo, tal vez sea un pervertido o un asesino o quién sabe qué. Tiene que pensar rápido ya que el coche va deprisa, hasta que se para justo delante del banco en el que ella está sentada. Sam no ve casi nada, está todo muy oscuro y no distingue bien quién es el conductor, se asusta cada vez más por momentos, sobre todo cuando la puerta del coche se abre de pronto.

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⏰ Última actualización: Sep 13, 2014 ⏰

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