4. Éxtasis

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- Hemos... Intimado varias veces pero siempre es lo mismo. Yo soy quien se deja hacer y tú miras.

- ¿Qué propones? –Preguntaba Tenshi expectante.

- Se me ha ocurrido una idea pero es una sorpresa.

- ¿Y me vas a dejar con la intriga?

- Ya verás. –Reía Kotonoha.

Habían vuelto a ir a nadar, como solían hacer varias veces por semana; y esta pequeña conversación acaecía en uno de los descansos que tomaban de vez en cuando, en uno de los laterales de la piscina.

- Oye quiero decirte algo que he estado pensando mientras nadaba. – Dijo Tenshi cambiando radicalmente su expresión.

- Cuéntame.

- Llegué a pensar, que estos momentos no volverían a repetirse, y eso me causó mucha pena, creía que no volveríamos a estar así...

- Y míranos, aquí estamos. –Interrumpió Kotonoha.

- Tienes razón. Te quiero mucho, princesa.

- Y yo a ti. –Contestó Kotonoha mientras abrazaba a Tenshi.

- No quiero separarme nunca de ti.

- Y no lo haremos, siempre estaré aquí, para ti, a tu lado. No lo olvides nunca.

- Gracias. –Respondió Tenshi aferrando a Kotonoha contra su cuerpo. –Continuemos, que me estoy quedando fría.

Tras nadar unos minutos más, salieron al vestuario. Se disponían a ducharse. Tras preparar sus cosas, se metieron juntas en la misma ducha.

- ¿Vas a decirme ahora lo que se te ha ocurrido? –Preguntó Tenshi.

- Ya verás. Espero que funcione.

Esas fueron las últimas palabras de Kotonoha antes de rodear la parte posterior del cuello de Tenshi con su mano para hacer que agache su cabeza y poder llegar mejor a sus labios; dándole un sensual beso que despertó los instintos más primarios de ambas. Kotonoha bajo los tirantes del bañador de su amante, ayudándola a quitárselo. "Me desvanezco" fueron las palabras que Tenshi dijo justo antes de quedar en trance. Kotonoha sonrió y los tentáculos empezaron a realizar su aparición. "Ahora" pensó, y agarró firmemente con ambas manos, uno de ellos. Rápidamente, lo introdujo en el aparato reproductor de Tenshi, quedándose este ahí, a medida que iba creciendo. Más tentáculos aparecieron, que en vez de lanzarse al cuerpo de Kotonoha, se quedaron acariciando el del Tenshi, recreándose en todas sus estructuras sensitivas.

Kotonoha se quitó también el bañador y más apéndices surgieron. En total serían como 10 o 12, que se repartieron entre los cuerpos de ambas, moviéndose dos de ellos al compás, dentro de las dos. Colocó sus manos en las mejillas de Tenshi, y poniéndose de puntillas lo mejor que sus temblorosas piernas le dejaban, consiguió besarla de nuevo. "Espero que te esté gustando" susurró. Nadie había en aquellas duchas. Estaban solas, ellas y la maldición disfrutando de ambas a la vez. Kotonoha juntó su cuerpo al de Tenshi, hasta parecer que la piel de ambas se fusionaba. Los tentáculos las rodeaban a la vez. Se introdujeron a la vez en el conducto rectal de ambas simultáneamente, haciéndolas sentir un estremecimiento repentino. Tenshi no expresaba lo que sentía, puesto que en estos momentos siempre se quedaba con esas facciones neutras que no decían nada. Kotonoha intentaba ahogar sus suspiros para que no pudiera oírlas nadie, pues aunque el lugar estaba vacío, no sabía si alguien entraría en algún momento. Interpretaba que aquello era del agrado de Tenshi puesto que los tentáculos, en vez que ir a por ella únicamente como siempre, también se recrearon en el cuerpo de su portadora, e incluso tomando la iniciativa de introducirse en ella. "Ojala no termine nunca", pensaba Kotonoha mientras acariciaba con su lengua el cuello de Tenshi, que quedaba a la altura de su rostro. Los miembros viscosos que las rodeaban y se situaban dentro de ellas, se movían de forma cada vez más frenética. Iba a acabar, y así sucedió. Acabó al unísono con Kotonoha, llenando a ambas de aquel usual fluido rosáceo.

- Ha sido increíble. –Dijo Tenshi con un entusiasmo desmesurado tras despertar.

- Me alegro de que te haya gustado, tengo unas ideas buenísimas. –Reía Kotonoha satisfecha.

- Dios mío hay que repetirlo mil veces más, nunca había sentido nada igual.

- Tranquila, volverá a suceder, te lo aseguro.

- ¿Cuándo?

- No sé, cuando surja.

- ¿Y cuándo surgirá? –Insistía Tenshi.

- ¿Qué te pasa? ¿A qué se debe esta efusividad?

- No sabía que podía hacer esto.

- Ni yo tampoco, pero por probar no se pierde nada. La última vez me di cuenta de tardas unos segundos antes de perder el control completamente. Y esos segundos puedo aprovecharlos para hacer algo contigo. –Decía Kotonoha rozando con sus dedos el rostro de Tenshi. Vamos a ducharnos ya que pronto cierran. –Concluyó Kotonoha antes de depositar un pequeño beso en sus labios.

Tenshi le respondió con una tierna sonrisa, que Kotonoha le devolvió.

Terminaron de ducharse y fueron a vestirse juntas a un mismo vestuario. Entre risas y conversaciones, se ajustaron las vestimentas hasta estar listas para salir a la calle, además de cepillarse sus mojados cabellos.

- Ya va haciendo cada vez más frio. –Dijo Tenshi mirando a los edificios que había en frente de la puerta piscina climatizada mientras subía la cremallera de su sudadera todo lo que podía.

- Cada ver se acerca más el invierno. –Contestó Kotonoha.

- Qué ganas tengo de pasar las navidades contigo.

- Serán las primeras navidades estando juntas como... Pareja. Serán distintas a todas las demás.

- Cierto, ya nos conocemos de hace bastante. Pero éstas serán diferentes.

- Las primeras pero no las últimas. –Decía Kotonoha mientras observaba con atención el perfil de Tenshi, la cual estaba absorta mirando el horizonte.

- A partir de ahora serán mucho mejores.

- Aunque todavía queda un tiempo para éstas que vienen ahora.

- Mejor, quiero disfrutar todo el tiempo posible contigo. –Respondió Tenshi girando la cara para mirar a Kotonoha.

Tenshi acarició la mejilla de su amada, mirándose ambas durante unos largos segundos. Y no volvieron a decir nada. Cada una echó a andar hacia sus respectivos hogares, en direcciones contrarias.

Tras andar unos pasos, Tenshi cayó en la cuenta de que olvidaba decirle algo, por lo que se giró dispuesta a hablar en un tono elevado de voz para que Kotonoha la escuchase.

- ¡Kotonoha!

- ¿Si? –Contestó Kotonoha girándose también.

- En unos días es la excursión.

- Cierto. ¿Sabes algo de Paburo?

- Eso iba a decirte. Está rarísimo últimamente. –Sentenció Tenshi.

- En la excursión, cuando nos quedemos solos le preguntamos.

- ¡Buena idea!

Una vez concluida la conversación, Kotonoha le lanzó un beso. Tenshi sonrió y cada una se fue por su camino.

Al día siguiente volverían a verse, como cada mañana.

TENTACLE DRAMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora