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Había tenido un par de víctimas desde el incidente del café.
Sobraba decir que el chico castaño había estado en su lista de personas no gratas.
Lo había sorprendido en el aula de gastronomía, intentando acceder a los platillos de los estudiantes cuando ya nadie se haya a ahí.
Sólo le hizo más fácil el trabajo.
Río con buen humor cuando se dio cuenta de la cara de pánico del chico que miraba a todos lados en busca de una excusa que darle.
Craig no quería ninguna justificación.
Solo quería acabar con él.
Miro la gran variedad de herramientas que le brindaba el aula.
Fue fácil golpearlo en la cara, tirarlo y seguir golpeando lo hasta dejarlo suficientemente aturdido.
Tomo un grueso cuchillo de carne y se lo enterró en el abdomen con ferocidad, su fuerza fue tal que el mismo se daño mientras lo apuñalaba.
La sangre comenzó a correr y el chico, desorientado pero adolorido comenzó a chillar por ayuda.
"Eres como un cerdo en un matadero... Eso es repugnante..." hablo el pelinegro con disgusto.
Se dedico a enterrar el cuchillo una vez más pero esta vez en su garganta, profundo y firme, creando una herida muy notoria y un desastre todavía mayor.
Se había excedido un poco con él... Aunque...
Cuando se levantó y miro su obra no pudo más que sonreír con satisfacción.
Todo ese rojo... Lucía bien.
La sangre era algo muy estético.
Lucía negra ante la pobre iluminación del lugar.
Miro sus manos... Estaban algo lastimadas por la fuerza con la que había movido el arma, se había herido un poco a sí mismo y al aplicar mucha fuerza también sentía sus muñecas cansadas y adoloridas.
Arrastró el cadáver con cuidado hacia un bote de basura, uno de lo más grandes que tenía, sin embargo, pronto se dio cuenta de que el cuerpo no podría pasar desapercibido ahí...
Utilizo bolsas plásticas negras, tuvo que partirlo y depositarlo ahí.
Aquello le produjo un cansancio impresionante pero no podía detenerse, si lo descubrían sería el fin de su rutina cómoda.
Y Craig odiaba salir de la rutina.
Una vez empaqueto al cerdo, como el se dijo a si mismo, fue a cambiarse y limpiarse, para luego volver a aquella aula, se dedico a limpiar el piso y las salpicaduras que había dejado, cuando escucho a alguien entrando tan rápido que no le dio tiempo ni de reaccionar.
"Señor Tucker ¿Ha visto a Eric por aquí?" hablo amablemente un chico pelirrojo, Craig lo reconoció por estar en el grupo con aquel sujeto...
Negó con la cabeza discretamente.
"Bueno... Gracias" dijo mientras se marchaba fastidiado, pudo oír como hablaba con otros sobre como el fastidioso Eric se había ido solo de nuevo.
La adrenalina lo lleno mientras pensaba en lo que acababa de hacer... Había salido victorioso y podía disfrutar aquello con plenitud...
Se dirigió al pasillo arrastrando las bolsas, se topo de frente con el profesor Garrison, que lo miro con pena ante la cantidad de bolsas que tenía.
"Oh Craig ¿Necesitas ayuda? Espera aquí, le diré a los chicos que te ayuden"
Como si el destino conspirara a su favor, comenzó a caminar y todo le resultaba increíble y grandioso.
Los muchachos se llevaron las bolsas al sótano, donde Craig solo tuvo que quemarlas.
Quemo la ropa sucia que tenía y se dirigió al pasillo, viendo la máquina de café ahí.
Tomó un vaso y pagó por su bebida... Estaba adolorido, pero una gran sonrisa le llenaba el rostro mientras su miraba se perdía, rememorando la apariencia de la sangre sobre el piso blanco del aula gastronómica.

R A S C HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora