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"Que lastima que no viniera, necesitaba su ayuda..." se quejo el profesor mientras rascaba su nuca nervioso.
"¿Tucker no asistió?" preguntó uno de los alumnos, el profesor, con una cara de tristeza asintió a decir verdad Craig preparaba algunas de sus clases y justo en ese momento lo necesitaba.
Pero el chico había caído enfermo.
Cómo nunca lo había hecho.
Incluso una de las autoridades de la institución había tenido que ir a verle ante su repentina ausencia y lo extraño en aquella falta.
Le encontró en la cocina de su casa, totalmente desorientado y delirando por la fiebre.
Fue obvio que el muchacho no está listo para cumplir ninguna de sus funciones.
El propio profesor le ayudó a medicarse y lo dejó recostado, sintiendo lástima por aquel pobre muchacho.
Su abuela había muerto apenas hacía un año, su hermana hace tres, ambas de una misteriosa enfermedad que parecía algo hereditario pero Craig tenía la fortuna de no padecerla.
Sin embargo esto lo había dejado solo en su totalidad...
A merced de aquella institución que una vez vio su oportunidad tomó al chico como su proyecto mientras este a manera de pago trabajaba ahí.
Y era como una máquina.
Sin fallar, rápido, preciso, perfeccionista y dedicado.
Así que verlo en ese estado era realmente sorprendente.
Nada nunca había tirado a Tucker, había pasado mucho sin dormir sin comer, pero lo que en realidad lo había afectado era su conflicto consigo mismo.
Nunca lo había hecho pero por primera vez se dejó vencer.
Se dejó hacer por el destino y simplemente durmió y durmió todo lo que podía.
Sumido en una profunda depresión, viéndose solitario y dolido por la pérdida más grande que habría sufrido.
Cerraba sus ojos después de dar un sorbo al vaso de agua junto a él y casi de inmediato perdía noción de la realidad, durmiendo profundamente de nuevo...
-
Tweek asistió a clases ese día... Lucía terrible.
Sus ojos hacían gala de grandes ojeras y llevaba aún el suéter que Craig le había dado.
No había llegado a su casa por miedo a que Craig le hiciera daño.
Pero nunca pasó, su vecino no le notificó de nadie buscándolo y en la escuela no hubo rastros de Craig.
Estaba lleno de curiosidad...
Camino por el lugar, preguntándose incesante como lo había hecho desde el día anterior.
¿Por qué no lo había asesinado?
Tweek era un peligro para él, podría delatar lo con facilidad, podría entregarlo en bandeja de plata a la policía con todo y sus pruebas...
"Me temo que esta terriblemente enfermo... Yo mismo lo he visto... Pobre muchacho..."
Tweek escucho la conversación, escondiéndose discretamente tras la fachada de leer un libro.
"Tucker no suele ausentarse, es muy raro"
"Lo es... Y me temo que... Siendo que no hay nadie cuidadolo su salud se deteriore aun más..."
"¿Cree que el podría...?"
"No sabría decirlo... Pero si empeora, no tendría manera de pedir ayuda... En cuanto tenga oportunidad lo enviare al hospital... Ya habrá alguna forma de pagarlo"
El sentimiento de temor fue rápidamente sustituido por alarma.
Salió corriendo de ahí como alma que llevaba el diablo.
Con un solo destino en mente.
Y entró rápidamente a la casa con la copia de llaves que le pertenecía.
Oh y ahí estaba él...
Sudando.
Con el ceño levemente fruncido mientras entre sueños se quejaba dolorosamente.
Se acerco a él con rapidez y lo tocó...
Estaba ardiendo.
Rápidamente mojo toallas en agua fría y comenzó a usarlas en la frente de su acompañante.
Su expresión de relajo un poco y su voz dejó de salir en balbuceos.
"Tweek"
Dijo su nombre con claridad que lo hizo temer, pero noto que seguía inconsciente.
Quito los mechones azabache con delicadeza de su frente y lo miro.
Tan pacífico.
Tan increíblemente dulce como nadie...
Fue a la cocina, pensando en que podía darle para que mejorará su estado.
Sólo se le ocurrió sopa de pollo.
Y así lo hizo.
Le hizo beberla con dificultad y haciendo un pequeño desastre.
Pero se sintió satisfecho de que Craig no rechazará su comida y se quedará tranquilo...
Miro la mesa a su lado, un gran juego de llaves.
Las tomo sin pensarlo.
Lavo los platos en la cocina y miro su pequeño recipiente.
Lavado y secado, con una toalla encima y otra debajo.
Estaba guardandolo como un tesoro.
El corazón se partió en pedazos cada vez más pequeños mientras sentía que el mundo se le venía encima.
Lo había dejado ir.
Lo había protegido de sí mismo, no sólo de otros, si no de su propia violencia...
Jamás le había puesto un dedo encima, ni siquiera en forma de juego.
Craig era la persona más mansa que conocía entonces...
¿Por qué?
Sus ojos se encontraron con un pequeño recipiente de comida china y soltó lágrimas de ternura.
Había pollo.
Unicamente había pollo.
Y Craig había probablemente comido hasta el hartazgo aquel platillo.
Era un gran tonto... Aquel recuerdo que tenían juntos... Era solo un recuerdo y el intentaba evocarlo desesperadamente con aquel sabor.
Se limpio el rostro rápidamente, se quito el suéter, quedando solo en una camiseta blanca, dejando su prenda justo al lado de Craig.
Salio por la puerta, preparado para lo que estaba a punto de hacer...
Esperaba que no fuera tan difícil...

R A S C HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora