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El jueves dio lugar al shooting para la revista Vogue y las fotos resultaron un éxito debido a la excelente dinámica entre Jackson y yo. Al culminar, él me acompañó hasta mi auto pues era tarde.
-¿Qué harás mañana ________?-decía con sus manos en los bolsillos.
-No tengo planes, estoy libre, ¿y tú?
-Nada tampoco, ¿quisieras salir...- parecía buscar las palabras adecuadas.
-¿Contigo?-dije para tratar de sacarle la palabra.
-Sí.-dijo nervioso, supongo que fui algo brusca con mi interrupción pero no fue de mala gana.
-Me gustaría. ¿Por qué no me das tu número y decidimos que hacemos?-le sonreí coqueta y le extendí mi celular para que pudiera anotarlo, se llamó a sí mismo para guardar el mío. Me monté en mi auto y Jackson me cerró la puerta. Bajé el cristal para despedirme y él se acercó para besar mi mejilla. ¡Vaya forma de despedirse!

El viernes había llegado, estaba lista y esperando a que Jackson me buscara para ir a cenar y luego detenernos en un bar a darnos algunas copas. Al pasar por mí, seguimos el plan de la noche y al traerme a mi casa una vez terminamos lo invité a pasar para charlar y que él bajara el alcohol en su cuerpo pues tenía que manejar, esta vez solo hasta su casa.
-Entonces Jackson, ¿nervioso por ir a América?-dije con dos vasos de agua en mano.
-Para nada, siempre me gusta ir allá. América no para de sorprenderme.-dijo con una sonrisa para luego lamer sus labios y penetrarme con la mirada. Posteriormente tomó el vaso, rozando su mano con la mía ligeramente sin cortar el contacto visual.
-¿Cuánto tiempo estarás por allá?-me senté junto a él.
-Casi dos meses.-da un gran sorbo al vaso de agua y lo coloca en la mesa.-¿Puedo usar tu baño?
-Claro, al fondo a la izquierda.

Mientras Jackson volvía me fui a la cocina en busca de uvas verdes. Entonces lo sentí, su cuerpo pegado al mío sin querer dejar un solo espacio. Sus manos se aferraban a mis caderas y su aliento chocaba con mi cuello. Pegada entre el gabinete y su cuerpo, no tenía muchas opciones para moverme así que solo me dediqué a disfrutar. Su boca violenta besó mi cuello y entonces teniendo a mis manos como únicas aliadas, agarré su cabello con una y su muslo con otra dándole rienda suelta. Entonces sin más se alejó y me dio la oportunidad de voltearme. Tenía la respiración un tanto agitada y estaba expectante de algún movimiento suyo.
-Me encantas.-dijo para luego morder su labio.
-Cállate y bésame.-tomé su rostro en mis manos y comencé a besarlo como si no hubiese mañana. Sus manos se posaron en mis nalgas y me hizo retroceder hasta pegarme completamente al gabinete y treparme en él. Su erección me rozaba y mis bragas se sentían mojadas tras el contacto. Sacó mi camisa y empezó a jugar con mis pechos. Yo de forma desesperada lo alejé y rompí los botones de su camisa para luego bajarme del gabinete y desabrochar su cinturón con manos rápidas. El alcohol en nuestro sistema dando rienda suelta a nuestro instinto sin detenernos a pensar en absolutamente nada.

Entonces ocurrió lo inesperado, un fuerte golpe se escuchó por toda la casa y di un pequeño salto para luego intentar descifrar de donde había venido el ruido pero Jackson tomó mi cabello en una coleta e hizo que lo mirara a él.

-Jackson espera.-me puse de pie mientras tomaba mi camisa e intentaba taparme con ella.
-Tranquila, seguramente solo es el viento que cerró la puerta.-me tomaba de la cintura y trataba de quitar mi camisa.
-¿Cerrar qué puerta?-lo alejé abruptamente sin entender.
-La puerta de cristal trasera estaba abierta, deduje que fuiste tú o quizá una amiga...
-Jackson... yo vivo sola y estoy 100% segura que no dejé ninguna puerta abierta.

Automáticamente fui a la puerta y me aseguré de ponerle seguro y bajo mi petición Jackson buscó en la planta baja y no había nadie.

-Tal vez olvidaste que no la cerraste.-comentó Jackson.
-A lo mejor tienes razón...

Me besó nuevamente y agarró mis nalgas para subirme y enrollé entonces mis piernas a su alrededor. Nuevamente un ruido nos interrumpió, esta vez era alguien tocando la puerta principal. Paré de besarlo y reí un poco exasperada por las interrupciones. Me bajé y acomodé mi ropa para abrir la puerta, era Jungkook.

-Jungkook, ¿que haces aquí?
-Estaba sentado en el área de la piscina componiendo y escuché un ruido, quería asegurarme de que estuvieras bien.
-Claro, solo dejé la puerta abierta y el viento la azotó.
-En ese caso, que bueno que estés bien.-se giró para irse y volteando nuevamente señaló el auto de Jackson.-¿No es ese el auto de Jackson hyung?
-Ah si, él... venía a...-estaba nerviosa y buscando una excusa razonable pues estos "escándalos" en Corea eran mortales.
-__________. Te dejé los boletos para el concierto en la mesa. Sé que es muy tarde así que ya me voy.
-Sí, los boletos... es que hicimos un shooting y Jackson tuvo el buen gesto.

Jungkook le sonrió y agitó su mano.
-Buenas noches hyung.
-Buenas noches Jungkook, buenas noches _______.-me hizo gesto con las manos de que lo llamara a espaldas de Jungkook y se fue tirando un beso al aire y sonriendo coqueto.
-Gracias por preocuparte Jungkook.-le agradecí nuevamente.
-No hay problema... por cierto estás un poco pálida.
-Si, es que la puerta realmente me asustó.
-Deberías darte un baño caliente para relajarte y descansar.
-Seguro, buenas noches.
-Buenas noches.-él se fue y yo cerré la puerta.

Síndrome Truman y otras locurasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora