-¡Suéltame de una vez!
-Calláte.-Jungkook soltó de repente y por alguna razón me encontré obedeciéndole.-Verás, voy a dejar unas cosas en claro.-se acercó a mi oído y sentí su aliento chocar contra mi cuello y erizarme la piel por completo.-Tú me descubriste, y en vez de llamar a la policía o a quien te diera la gana, viniste a MI CASA a confrontarme. Primero pensé que era un movimiento estúpido, luego opté por creer que querías algo.
-¿Y que crees tú que yo quiero?-dije burlona.
-No lo sé, ¿un polvo mejor que el que te hice perder?
-Estás equivocado.-me encontraba en una batalla, una parte de mi me decía que me defendiera como sé hacerlo, pero la otra se mantenía sumisa ante su tacto. Él tenía razón, de manera inconsciente me gustaba todo esto. Tenía que ser honesta conmigo, pensar que me observaba fue excitante... saber que realmente lo hacía, lo fue aún más.
-Te conozco, sé todo de ti. Sé que hasta tomas artes marciales, y si hubieras querido salir de mi agarre ya lo habrías hecho, no lo haces porque no quieres.-lo tomé y le hice una llave para que me soltara.
-Simplemente no quería herir tu masculinidad.
-¿Por qué mejor no te dejas de juegos y admites que me deseas tanto como yo a ti?-de alguna forma, Jungkook me agarró de la cintura rápidamente y pasó su pie por detrás del mío, haciéndome perder el equilibrio y caer al piso con él encima.
-Yo no estoy jugando a nada.-nos di la vuelta y quede arriba esta vez, con mis manos sujetando su cuello. Lo solté y me fui a levantar.
-Yo si, y en este juego te tengo justo donde te quería.-afirmó su agarre en mis caderas y me me movió un poco, haciéndome sentir el bulto que tenía en su entrepierna.
-Detente.-dije débil y una de sus manos abandonó mi cadera para tomar mi espalda e inclinarme hacia él.-Jungkook que ha...Me vi interrumpida por sus labios en los míos. Me quedé helada por unas segundos y sentí como sus manos volvían a mis caderas pero yo seguía ahí en contacto con sus labios. Fue ahí que me di cuenta, que ya era hora de parar con las excusas, yo quería esto. Respondí a su beso con intensidad y comencé a frotar mis caderas contra las suyas en un delicioso vaivén. Detuve el beso y me enderecé para comenzar a quitarme el cubre traje de baño. Jungkook puso sus manos por detrás de su cabeza de forma relajada mientras me miraba deseoso. Me fui a quitar la parte de arriba pero él me detuvo. Me miró, y mientras lo hacía quitó el nudo y el top bajaba lentamente pero él aún me sostenía la mirada a los ojos como si no quisiera perderse un detalle de ellos o de mi rostro. Sentí como la boca se me secaba y sentí la necesidad de tragar y humedecer mis labios con la lengua. Entonces tiró la parte de arriba a algún lugar y me jaló nuevamente para besar mis pechos esta vez. Seguí su juego y me alejé un poco para tomarlo de su camiseta y halarlo hacia mí para que estuviera sentado y pudiera quitarle la pieza que estorbaba. Una vez fuera, Jungkook permaneció en la posición y mientras yo besaba su cuello, él se acercaba peligrosamente a los nudos de mi bikini para soltarlos y cuando lo hizo me giro, dejándome nuevamente contra el piso. Nuevamente se deshizo de la pieza y abrió mis piernas dejándome expuesta. Dejó besos por todo mi abdomen hasta sumergirse en mi intimidad y no pude evitar arquear la espalda ante la sensación que tomaba control sobre mi cuerpo. Besaba mis muslos y rozaba mis caderas con sus dedos para luego apretar mis nalgas. Estaba excitada, en busca de más, agarré su cabello y lo acerqué más a mí y ante el placer eché mi cabeza hacia atrás. Luego sus dedos tomaron parte del juego y sin aviso previo introdujo dos dedos en mí que jugaban con mi punto G mientras su lengua curiosa lamía cada parte de mí. De repente se detuvo y al abrir los ojos pude ver a un Jungkook que bajaba mis piernas con cuidado, como si fueran la cosa más frágil que sus manos habían tocado y las puso en el suelo para entonces levantarse y extenderme su mano para ayudarme a pararme también. Una vez estuve de pie, se mantuvo sosteniendo mi mano y me dirigió hacia las escaleras. Desconocía la casa, la ruta, su plan, era extraño estar desnuda y aún así caminar con tanta confianza en la casa de el vecino que apenas conozco y que resulta ha sido un acosador. Pero ahí estaba yo, viendo como Jungkook abría una puerta y algo en el lugar se me hacía familiar. Continuamos caminando por la recámara hasta llegar a una puerta de cristal y al abrirla supe entonces donde estaba exactamente, era su balcón, el mismo que podía ver desde mi baño. El sol comenzaba a ocultarse y el viento ligeramente frío se había hecho presente. Debía admitir que esta era una perspectiva extraña, nervios recorrían mi cuerpo al imaginar como él me miraba desde aquí mientras yo me masturbaba y no había nada que impidiera que él me viera.
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Síndrome Truman y otras locuras
FanfictionMi nombre es __________, tengo 22 años y recientemente me mudé a Corea del Sur. Soy modelo y recién firmé contrato con una marca coreana por un año entero. Papá en realidad quería que fuera arquitecta como él y mamá quería que fuera diseñadora como...