Sueños impuros. [Kagehina]

O2━Encerrados

Todo transcurrió común y corriente— para no decir aburrido—. En este momento nos encontramos finalizando la práctica de voleibol, yo estaba sentado en el suelo recogiendo mis rodillas y agarrándolas con las manos cerrando mis ojos recostado a la pared, estaba muy cansado en esta práctica me había ido pésimo, y lo que se podía escuchar hasta lo lejos era Kageyama regañándome cada dos segundos. Yo quería desaparecer, así que lo único a  que me dedicaba en estos momentos era en descansar y pensar en otras cosas para no llorar, por lo menos en este lugar no.

—Hey, chicos ustedes se encargan de la limpieza— dijo el capitán lanzándome las llaves para retirarse  del lugar.

Todo esto me inquietaba, el simple hecho de estar solo con Kageyama se me ponían los pelos de punta, esta sensación en específico era una que no me podía acostumbrar, así que me dispuse a pensar en otra cosa o al menos tratar.

—Bueno...será mejor que empecemos de una vez— musito y prosiguió a colocar el balón a un lado para comenzar a limpiar  y yo hice lo mismo.

—Hinata.

—Diga.

—Ayúdame a poner las colchonetas de gimnasia en el sótano.

—¿en el só...sótano? —me había avergonzado por el sueño que tuve esta mañana, y mi mente empezaba a cuestionarse si era buena o mala ir allá.

—Pues se supone... ¿En dónde más crees tú?—gruño.

—vale...pero sería mejor si me dijeras "por favor"—y me dispuse a ayudarle agarrando dos esquinas de la colchoneta para dirigirnos las sótano. La verdad es que nos habíamos liado un poco en encontrar un lugar ideal para que no estorbara mucho, pero después de unos minutos ya lo habíamos logrado.

—aaah~ eso fue todo, ¿no? —Suspiró un poco cansado

—Síp. Será mejor irnos antes de que oscurezca.

—tienen razón—musitó el pelinegro para proseguir a abrir a puerta pero está no abría.

"¿q...qué ocurre Kageyama?, ¿Por qué te estás tardando?" me estaba preocupando, al ver como Kageyama trataba de abrir la puerta con tanta insistencia y esta no haría.

—La puerta se atascó.

—¿¡Qué!? 

—Que no habré idiota, no te quedes ahí  parado y ven a ayudarme —musitó el mayor haciendo que me causara un escalofrío por su tono demandante,  así que lo trate de ayudar pero igual no habría.  

—Después de unas horas—

—Al parecer nos tendremos que quedar aquí hasta que se den cuenta que no llagamos a casa— habló Kageyama un poco fastidiado.

—¿¡qué!? Eso significa que... ¿Que nos quedaremos a dormir aquí  a oscuras? 

—puede ser—dijo indiferente 

"Esto no me puede estar pasando" mi cabeza me estaba dando vueltas, no me agradaba quedarme solo  con él  y todo por los estúpidos sueños que había tenía, mi mente ya estaba muy sucia en este punto ya no sabía que hacer.

—entonces... ¿qué deberíamos hacer?— le pregunte titubeante con mi cabeza echa un lío,  a lo que él se dispuso a acostar en los colchones apilados de gimnasia— nada —me respondió.

—¿Eso es todo?, ¿Sólo te quedaras ahí?

—¿tú tienes un mejor plan?— dijo un poco irónico haciendo que me callara y comenzara un silenció incómodo.

—Me lo imaginé.

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Ya se había hecho de noche y las nubes se tornaran oscuras anunciando que se aproximaba una tormenta, con relámpagos que se acercaban a un más a donde nos encontrábamos, esto no me agradaba y para mi mala suerte se había ido la luz.

—Ka...Kageyama, ¿estás despierto? — pregunte asustado, aunque titubeaba el miedo no me dejaba pensar.

—¿Sí? 

—me puedes dar la mano —susurré.

—q.. ¿Qué estupidez me estás pidiendo?, ¡Ni hablar!— Refunfuñó con un leve sonrojo en sus mejillas y se dispuso a darme la espalda.

—Kageyama, por favor es que... tengo mi... Miedo — sollocé— Jalándole un poco la camisa esperando una respuesta.

—No tienes remedio —y se disposición a rodarse hacía un lado del colchón—ven, siéntate aquí— señaló un espacio del colchón en forma de palmada para que me sentara en ese lugar, yo solo obedecía y el prosiguió a agarrar mi mano.

La cabo de unos segundos el mayor sin avisas solo me jalo con fuerza logrando que me recostara a un lado de él y me... Abrazó.

—así es más cómodo-se excusó susurrando me al oído. provocando que me cuestionaba si lo que me estaba pasando era un sueño y si lo fuera ¿en qué momento me había quedado dormido?; El aroma de Kageyama inundaba mi nariz, su aroma se sentía cálido y suave, me hacía sentir como en las nubes.

"Sí ésto es un sueño no quiero despertar"

[Editado]