Sueños impuros. [Kagehina]

06━ Soy un idiota.

Ya era lunes nuevamente, no me di cuenta por mi celular, si no por la luz del sol que se asomaba. No había salido de mi habitación desde ese día y para mi mala suerte me sentía pésimo, me había enfermado, pero le podía sacar una buena escusa para no ver a Kageyama, sabía que iba a romper en llanto si lo veía.

—Hinata-—Dijo una voz que tocaba la puerta—, me tengo que ir, voy a tratar de llegar temprano, allí hay comida... cuídate adiós—Estaba preocupada, pero no le quería decir nada ó por lo menos no ahora.

Estaba solo, así que me limite a dormir un rato,  pero al cabo de unos minutos escuche la puerta abrirse, quería pensar que era mi madre y volver a dormir, pero la inquietud me había ganado logrando que me levantase para dirigirme a la puerta.

—¿Qué haces parado?— Musitó una voz conocida, era el causante de todos mis problemas, Kageyama.

—¿Qué haces aquí?— Dije un poco molesto.

—Encontré a tú madre en el camino y me dijo que estabas enfermo, así que le dije que iba a venir y medio las llaves... ella estaba muy preocupada— Dijo con tono  indiferente.

Yo estaba avergonzado por preocuparle, pero ya estaba hecho, él se acercó a mí y alzo su mano, no sabía que iba hacer así que la abofeteé con fastidio, de ninguna manera le iba a permitir tocarme otra vez, por mi bien, el sólo suspiro y frunció sus cejas como siempre, parecía como si le estuviese pidiendo a Dios paciencia, por una parte era gracioso verlo.

—Deberías acostarte.

-—Y tú irte. No eres el responsable si me enfermo— Estaba muy resentido, pero le hice caso y me volví a acostar sin mirar atrás.

Me había quedado dormido, no sé en cuanto tiempo o en qué momento.  Al levantarme pude notar un trapo húmedo que se encontraba en mi frente y a Kageyama sentado a un lado, ya me sentía mejor, al parecer me había bajado la fiebre, él tenía sus ojos cerrados, no sabía si estaba dormido o simplemente los cerraba, mi mente se llenaba de curiosidad así que me acerque.

—¿Ahora qué tratas de hacer?

—N-na...Nada—intentaba no titubear pero eso era imposible, estaba nervioso, mi sangre se había helado por su pregunta, pero como si nada me posicione nuevamente en mi cama mirando a otro lado, la situación se torno incomoda con un silencio que parecía interminable.

—¿Te sientes mejor?—me pregunto intentando romper el silencio.

—Y eso a ti que te importa... Solamente te la pasas burlándote de mí-—estaba enojado, no quería que le diera de su lastima.

—Lamento que lo veas de esa forma.

"¿De que otra forma lo iba a ver?, si había otra forma por favor que alguien me la diga" pensaba en todo momento, pero me limite en preguntarle.