Sueños impuros. [Kagehina]

Extra 2; San valentín

"Eres mío y solo MÍO" Aquellas palabras se sumergían cada vez en mi cabezo, en ese momento kageyama tenía una expresión que nuca antes había visto en él, sus ojos estaban completamente idos de frustración, que en solo recordarlo me daba un escalofríos en todo mi cuerpo, no sabía qué hacer, y lo peor de todo... Era que me había dejado una enorme marca en mi cuello que tratada de ocultar.

"Debo hablar con él apenas lo vea" Pensé. Debía resolver lo que sea que estuviese pasando lo más rápido posible, así que proseguí a buscarlo.

Y después de tanto buscar, ahí estaba él, sentado completamente ido en sus pensamientos –¡Kageyama!– Lo llame para captar su atención, pero este ni se inmutaba, así que lo volví a llamar esta vez logrando mi objetivo, llegando a mirarme con aquellos ojo zafiros. Decidido me acercaba a él, todo se iba a arreglar aquí y ahora, o por lo menos eso creía, al no ser por aquella rubia de cabello corto que aclamaba mi ayuda, no podía dejarla a si, principalmente porque no era una persona que le gustaba pedirla, y si lo estaba haciendo era por una buena razón. La chica llegaba a jalarme para que me apurara un poco más. Al volver a verle solo pude observar una expresión enojada en su rostro, y como un chispazo en mi cabeza entendí lo que ocurría, estaba tan enfocado en hacerle algo para que estuviese feliz que lo deje a un lado "sin duda soy un idiota de primera" , repetía constantemente. Quería decirle cuanto lo sentía pero ese día ya no iba a poder.

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Hoy era san Valentín y justamente cuando las cosa estaban marchando con esa extraña aura, y yo justamente con sueño, no había podido dormir por el remordimiento de culpa, sabía claramente aquel sentimiento amargo de no poder estar todo el tiempo juntos, que ahora yo le estaba causando a él.

–En donde mierda estas Kageyama– Me repetía a mi mismo entre maldiciones, era jodidamente difícil buscarlo cuando estaba enojado, pensaba en cada lugar a los que había buscado mientras corría; gimnasio, salón, el comedor, pasillos, eran opciones que claramente eran descartadas, "¿Dónde no estaba buscando?", mi mente trataba de encontrar respuesta a esa pregunta, y después de tanto pensar, recordé aquel lugar que solíamos ir para estar solos.

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Mi respiración era agitada, había corrido hasta ese lugar que consideraba especial y ciertamente él se encontraba allí, recostando su cabeza en la pared y sus ojos serrados, mi corazón volvió a hacer un fuerte palpitar.

Me acerqué a él con lentitud para no hacer ruido alguno, no quería perturbar su tranquilidad y al estar a la para no pude resistir darle un tierno beso en los labios provocando que despertara y se sobresaltara, sus mejillas estaban con un leve rubor en ellas y se me hacia difícil no reír logrando en el contrario que hiciera un puchero, era tan tierno con su cara avergonzada que solo me lancé a él y lo abrase.

–Lo siento...–.Trate de mirarlo a los ojos para entender el origen de sus palabras –, perdón por lo de Aller, no... No quiero que te enojes con migo–Musito aquellas palabras con la cabeza gacha –.No debí hacerlo, yo...

Un fuerte dolor en mi pecho crecía, me sentía tan culpable, que tenía que detener esto.

 –¡Ca...Cállate!– lo interrumpí –, tú no tienes la culpa, yo nunca debí apartarme de ti, así que ¡LO SIENTO! – mis lagrimas comenzaban a salir sin mi permiso –.Si quieres que... Que este contigo más tiempo solo dilo idiota–

Kageyama no tenia palabra alguna y solo tuve como respuesta aquel abraso cálido que solo él me podía dar, trataba de calmar mi llanto, pero solo conseguía gimotear, mientras él me miraba fijamente para proseguir a darme un beso que instantáneamente correspondí con gusto, me empezaba a agarrar por mi cintura para acercarme más a él, y yo hacia lo mismo, pero agarrándome de sus hombros. Al detenernos nos miramos mutuamente uniendo nuestras frentes por un instante para recobrar el aliento.

Mi mano se empezó a colar en mi bolsillo para sacar aquel pequeño regalo que con tanto esfuerzo había hecho aquel mismo día que fue jalado por la chica –ten... es un regalo. Además... no me molesta que hagas ese tipo de cosas tan repentinas– La mirada de kageyama al principio era perdida, pero en unos instantes solo comenzó a reír sin poder detenerse, me sentía tan avergonzado pero al mismo tiempo tan aliviado, aquel aura ya se había ido y me hacia tan feliz.

Ambos eran unos completos inexpertos en los asuntos del amor que hasta se podían ganar el nombre de: Un amor de tontos.

fin

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   /つ✎ ____¡HOLIS!, espero que les aya gustado este extra. La verdad es que me costo un poco porque tenia un bloqueo, o como yo lo digo ( estoy seca ). Pero no los quería dejar mal, así que aquí estoy... justamente terminando a las una da la mañana por que sabia muy bien que si lo dejaba hasta que se me pasara el bloqueo iba a durar como un mes. 

le sueño nunca me va a vences JE JE JE.

Y sin más nada que decir chau, nos venos luego :3