Extra 2; San valentín

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–Yachi chaaaan, necesito de tu ayuda– Le rogaba recostado en la mesa del salón con fastidio, faltaba pocos días para san Valentín y me encontraba nervioso, quería regalarle algo a kageyama, pero no sabía que le podría dar, así que por qué no pedirle ayuda a mi mejor amiga del alma.


–¿Qué te tiene tan perdido?– Me pregunto.


–Necesito que me ayuda en buscar un regalo para kageyama– Ella sabía mi relación con él, así que no había problema alguno, siendo sincero, ella  lo había sospechado desde un principio, su instinto fujoshi nunca mentía o por lo menos así lo llamaba y yo sin saber que significaba.


Quedo pensativa, claramente era obvio que kageyama no era una persona que se le pudiera regalar cualquier cosa o por lo menos así lo veíamos ambos, duramos casi todo el día ambos planeando para san Valentín, aunque... nunca pensamos que fuese tan difícil hasta el grado de solo pensar en ello. Al final pudimos pensar en una cosa y era hacer unas galletas rellenas de chocolate un poco amargo que Yachi sabía hacer a la perfección, pero yo quería aprende, yo quería hacerlo con mis propias manos, por lo que empezamos a planear un día para hacer la gállentas.


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Hola kageyama– Le dije con una sonrisa en mi rostro, lo quería tanto que era inevitable. Pero algo andaba diferente, en vez de saludarme, solo tenía el entrecejo arrugado, su cara de enojo se podía notar a kilómetros de distancia que hasta daba miedo.


Comencé a caminar a su lado, a fin de cuentas iban al mismo lugar, el silencio era mucho e incomodo, pero trate de ignorarlo. Al entrar al gimnasio solo se encontraban la mitad del equipo, la mayoría practicando o simplemente sentados, así que nos fuimos a cambiar para aprovechar el tiempo.


Debía admitir que a pesar de ser pareja, mi corazón siempre latía con brusquedad al estar a su lado, y si todo estaba en silencio él seria el que perturbaría la paz. Unas manos empezaban a tocar  los lados de mi cintura con delicadeza, sabía que se trataba de él, pero era inevitable no asustarse por el repentino toque que ahora sostenía esa parte de mi cuerpo para acercarme a él.


–No... No se debería hace esto en este lu... Lugar– Musite tímido al sentir su respiración que se acercaba, e incluso empezaba a chocar con mi cuello, era verdad que había fantaseado muchas veces hacerlo en los vestidores, pero era incorrecto.


Kageyama solo hizo caso omiso, y envés de parar solo me volteó acorralándome con sus brazos para proseguir a darme un ardiente beso. Podía sentir como su lengua recorría toda mi cavidad bucal provocando que mi cuerpo empezara a calentarse y fuese difícil no corresponder, esto era completamente diferente a lo que acostumbrábamos, podía notar que su beso era de enojo y frustración mezclados mientras empezaba a agarrar mi pierna para alzarla y tocar mi trasero afincando sus dedos. Era completamente excitante, pero sabía que algo andaba mal y  no debería de dejarme llevar.


Paro aquel beso para empezar a morder mi cuello secándome un notorio gemido, yo ya no podía sostenerme por mi solo, y mis piernas empezaban a temblar sin importar que estuviese recostado a la pared.


–Eres mío y solo MÍO, recuérdelo– Susurraba jadeante, con aquella voz que tanto me excitaba para luego simplemente irse del lugar dejándome con una notoria erección en mis pantalones.



Comtinoara...

Sueños impuros. [Kagehina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora