Capítulo 2: Bruja del Bosque

87 19 5
                                    

La Bella Durmiente

Capítulo 2: Bruja del Bosque


Cabizbaja acomodaba los costales tras la silla de montar y ajustaba las riendas.

—¿Y esa cara, Choco? —preguntó, desenredando sus crines cafés con los dedos. El viejo caballo le miró y se removió algo disgustado por el aparejo encima— Te entiendo... Cargar encima cosas que no sientes tuyas... es fastidioso —sonrió con languidez.

—¡Binnie! —llamó el rubio canoso de lentes— ¿Ya preparaste a Choco? —secundado de un muchacho enorme, apareció.

—¡Sí, tío JaeHwan! —sonrió Binnie— Pasamos tiempo de calidad también.

—Sólo contigo se deja ensillar, qué malcriado —rezongó, subiéndose con habilidad de caballero sobre el caballo. De un salto, SangHyuk se trepó detrás.

—Binnie es buena cabalgando también —halagó el chico, haciéndola sonreír aún más— Un día deberíamos dejarla recorrer el bosque con-

—¡Ni hablar! —de un portazo a la cabañita, asomó HakYeon con delantal y cruzado de brazos— Ustedes, rápido —ordenó— Binnie, te necesito para limpiar la cocina, ¡mágicamente! ¡alguien! Hizo un desastre en la madrugada... —clavó sus ojos a ese nervioso SangHyuk. Ese énfasis a la palabra mágica no fue casualidad.

—No sé de qué hablas, ¡nos vemos! —replicó rápidamente, tirando de las riendas y alzando el caballo en dos patas.

—¡Tráeme algo! —despidió Binnie. Su tío SangHyuk era el más genial.

—¡Mi presencia de vuelta, claro! —carcajeó el menor, perdiéndose JaeHwan y él por el bosque. Binnie suspiró. ¿Cuándo conocería el pueblo afueras del bosque?

Una palmadita al hombro la sacó de sus ensoñaciones.

—Ven, a limpiar.

—Eeeeh, tío, ahora que recuerdo, s-se acabaron las manzanas —excusó con prisa, tomando una cubeta del suelo— Iré a por más, ¡a Choco le gustan y volverá cansado del trabajo!

—¡B-Binnie! ¡Jovencit-!

—¡Ya vengo! —corrió bosque adentro, soltando una risita traviesa. A lo lejos escuchó las quejas de su tío HakYeon perderse entre los árboles.

El trinar de los pájaros y la luz primorosa sobre el follaje le hacía sentir segura. Sin la obligación de limpiar y coser. El bosque era su verdadero hogar...

>>—Soy un fenómeno, porque soy mujer, pero me siento hombre. ¡Tanto me siento hombre que no lleno el busto de mis vestidos, tío HakYeon! —le había dicho una vez, sentada en el mueble con las piernas abiertas y comiéndose las manzanas con la boca llena.

—Eres pequeña todavía, verás que más grande serás la doncella más hermosa de todo el pueblo —le prometió el hombre canoso, vuelto amo de casa para protegerla— Cierra las piernas —reprendió, golpeando suavemente sus rodillas con su rodillo enharinado.

—¿Cuándo conoceré el pueblo? —insistió, acomodándose la molesta falda.

—Cuando sea tiempo de ello, cielo —le mintió, mirando mejor al pay que amasaba— El mundo exterior es peligroso... y las doncellas tienen que estar en casa.

—"Y las doncellas tienen que estar en casa" —entornó los ojos y se tumbó con las piernas en alto— Es aburrido ser una mujer... —rezongó Binnie.

—Y amo de casa también —confesó.

La doncella pelirroja sonrió entristecida.>>

La Bella Durmiente (LeoBin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora