Una Niña Grande (Pausada)

VIII

Jade

Hay un sonido que no deja que continúe con una de las mejores maravillas que existen.

¿Quien interrumpe mi adorada conexión con el sueño?- digo en mi mente

Luego caigo en cuenta que es el despertador y estiro la mano aún sin abrir los ojos, para apagarlo.

Que frío- digo mientras me sobo el brazo derecho con una mano

Abro los ojos y veo que estoy sin cobija, rápidamente me la pongo.

Alto ahí

¿Quien activo esa cosa tan horrorosa para despertarme temprano?

Después investigaré...

Luego, me giro al lado derecho de la cama

Recuerdo que en ese lado había dormido Mao el día de la fiesta.

Me dió sed asique me paro de la cama y voy camino a la puerta, cuando veo una hoja en el suelo.

Es extraño pero de todas formas la levanto y la leo.

" Quisiera ser yo el que siempre te consuele en esos momentos tan dificiles, aunque no creas a mi también me pasa lo mismo, no soy muy bueno escribiendo estas cosas, pero quiero decirte que siento una conexión con tigo, y creo que desde que llegué a tu vida, osea 2 días, esto te ha afectado, y se que suena tonto. Te quiero decir, estudiaré en la Universidad a penas termine este último año en la escuela, regresaré a donde vivo, ya que mi familia tuvo que venir acá porque unos amigos de mis abuelos habían fallecido hace poco, Ojalá seas muy feliz, que Dios te acompañe siempre, perdoname ¿si? No fué mi intención tratarte así, solo que me sentía impotente por no saber que hacer con esto que siento y por como lo tomarías, tu sabes que para mí eres una niña, una niña grande"

Te quiere: Mao

Cuando terminé de leerla, en mis pies estaban las lágrimas que habían resbalado por mis mejillas mientras la leía.

Por una parte estoy asombrada por lo que me dijo de sus sentimientos, la verdad me siento rara por esto, pero en parte me gustó lo que escribió, y lo...

Paren un momento, interrumpí mi pensamiento

¿Como llegó esto hasta acá?

Se supone que el se había ido.

Abro la puerta y salgo de mi cuarto.

En el suelo hay uno de esos dijes de amor que tiene Mao, este es en forma de " Cupido con una flecha en su arco".

Es lindo la verdad.

Lo guardé para dejarlo como recuerdo.

Bajé al primer piso y me detuve en la sala.

- ¿A qué venía yo?- pregunté a mi misma en voz alta

- aj, ya no importa - me respondí igualmente en voz alta

- ¿Hablando sola hermanita?- dice Dayan apareciendo en la sala con...

¿Que?

¿WHAT?

Dayan que hace con una pijama de encaje, osea eso no es lo suyo, y además corta wow.

Me quedo en shok , tratando de analizar lo que mis ojos acaban de ver

- Dayan...- empiezo a decir con voz dulce- ¿Qué traes puesto?- terminé de decir

- oh- dijo ella

-oh- repetí yo- ¿Quien eres y qué hiciste con mi hermana, la que se pone pijamas de caricaturas?- pregunté cruzándome de brazos y sonriendo de oreja a oreja.

- Em...- dijo entrelazando sus manos, a la a la altura de la mitad de sus muslos y girando un poco su cuerpo de derecha a izquierda repetidas veces, con una sonrisa tímida.

Parece una niña con lo que está haciendo

- ¿Que haz hecho?- presente de nuevo

- Digamos... Que en algún momento mis papás pueden ser abuelos- dijo y dió la vuelta caminando hacia la cocina

Reí

Señoras y señores, aquí estás bellezas de mujeres no se sonrojan, y es muy claro el porqué.

- ¿Que has dicho?- corrí tras ella

- Lo que escuchaste - respondió sacando unas rancheras de la nevera.

Creo que va a hacer el desayuno.

- Ok, te dejo en paz- dije y de inmediato me acordé de como me desperté ya que me acosté algo cansada.

- Oye Dayan ¿quien activó el despertador?- pregunté

Ella empezó a silbar y a mirar a otro lado.

- Ash, fuiste tú, pero gracias porque créeme que no me levantaría sola, por más de que yo sea una de esas pocas personas que sin despertador se puede levantar temprano, esta vez sería mi excepción-  dije

- ¿porque no te pudiste la pijama para dormir?- Preguntó mientras echaba las rancheras a la sartén

Le conté lo que me pasa con Mao y luego le pasé la carta, ella se sentó en una banca un poco lejos de la estufa.

Siento un olor extraño, mientras que Dayan lee la carta.

Oh por Dios

- ¡Dayan!- dije asombrada.

Quité la sartén de la estufa, porque se le estaban quemando las rancheras.

- ¡oh Dios!, me concentré tanto en esto que me olvidé de la sartén.

- Sabes que, yo hago el desayuno, no comeré esas ¿rancheras?, No, más bien carbón

Miré la hora en el reloj de la pared, son las 6 en punto.

- Bueno, sube y arreglate

Saqué unas tajadas de pan, las calenté y heché a la sartén 8 rancheras.

Hice un poco de Milo, suficiente para las dos.

Sirvo los platos y los ubico en la mesa.

Miro la hora...las 6 y 20

Subo las escaleras y Dayan las está bajando, ya está lista.

- En la mesa te dejé el desayuno- le dije mientras que terminaba de subir las escaleras.

Entré a mi cuarto saqué mi uniforme, me arreglé y bajé a desayunar.

Dayan estaba en la sala cuando bajé.

Luego desayuné, cojí mi maletín.

Miré el reloj y eran las 6 y 45.

¡Dios! Voy tarde

Salgo de la casa con Dayan y subimos a mi auto, ya que a Dayan le dió pereza manejar hoy.