Capítulo 2

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"Una puerta nueva, un nuevo camino. Una nueva meta, un nuevo destino" Anónimo.

Vientos de cambio.

New Tunewster.

Éste es la ciudad donde mi padre nació, se crio y luego dejó, cuando, le ofrecieron una mejor oportunidad laboral. No habla mucho de ello, sólo dice que es un pueblo común y corriente con todo tipo de personas. Una vez, mi tía comentó que le atribuían muchas historias fantasmagóricas y los típicos dramas de familias poderosas hambrientas de poder, y que además son dueñas de casi toda las ciudad       — bueno eso fue demasiado dramático — en fin había despertado mi curiosidad y le insistí acerca del tema, pero según ella y mi padre, la gente es demasiado exagerada e inventan de todo con tal de esparcir un rumor.

— A las personas de verdad les gusta perder su tiempo en cosas sin sentido.—Pensé riendo burlonamente.

Siempre me ha atraído su energía y vitalidad, según la mujer que nos llevará a nuestra nueva casa, la ciudad cambió mucho; es más moderna y con numerosas tiendas, pero aun conservan lugares de arquitectura antigua, qué cada año se redecora para mayor atractivo turístico .

Pero nunca me pude imaginar que este sería mi nuevo hogar.

Llegamos al aeropuerto, un poco cansados por el largo y tedioso trayecto. A mí, en particular me duele el trasero y las piernas. Aquí debe recibirnos la secretaría enviada por el Buffet, es un poco estúpido, ya que mi padre es oriundo de la ciudad y con sólo enviar la dirección podríamos haber llegado sin necesidad de una "guía turística ". Pero en fin; se le agradece el detalle.

Después de varias miradas por todo el aeropuerto, pudimos divisar a una mujer con un cartel en la mano que decía: Familia Maxwell.

Nos hicimos paso entre la gente, para ser un aeropuerto de una pequeña ciudad estaba atestado de personas moviéndose de un lado a otro.

Una mujer morena nos esperaba al final, se notaba que aparentaba la edad de Michael, iba vestida con un vestido liso color azul, tacones bajos color negro y una coleta alta.

Portaba una afable sonrisa.

— Buenas tardes y bienvenidos, soy Mayra Elbittar. — Nos saludó a todos con un beso en la mejilla.

— Mucho gusto Mayra. Cómo ya sabrá soy Michael Maxwell y ellas son mis hijas Valerie y Laila .

  —placer nuevamente. El señor Ergott me pidió explícitamente que lo llevase a recorrer la ciudad para después conducirlo a su residencia.

—Está bien, gracias por la atención.

Siendo sincera lo mucho que sé acerca de empleo de papá, es que el Buffet es uno de los mejores y el dueño general, también tiene inversiones en otros campos: bienes raíces, supermercados y una Tabacalera asociada con otras personas. Bueno, es todo lo que llegué a prestar atención.

Debo admitir que me divertí, olvidé mis problemas, mis penas, me desconecté del mundo.

Pero había olvidado algo importante esto es la realidad, así que la burbuja en la que estaba se había roto.

Luego del paseo con Mayra, llegamos a nuestra nueva casa, es muy bonita y pintoresca, nada extravagante, es de dos plantas y está pintada de un color amarillo no muy intenso. Nos adentramos rápidamente, todos cansados con la intención de darnos una ducha y tumbarnos a la cama a descansar.

Nos recibió una sala de estar bastante amplia y con variedad de muebles de distintos colores, que aporta al espacio un ambiente cálido. La cocina y el comedor, están conectadas estratégicamente con la sala. Me dirijo hacia las escaleras para ir a ver las habitaciones, en total son cuatro, dos a la derecha y dos a la izquierda respectivamente. Y lo que supone ser un ático al final de pasillo. Veo, que las habitaciones de la derecha ya fueron ocupadas, en la primera se encuentra las valijas de Michael y en la contigua veo a Laila desempacando con ayuda de él. Por mi parte elegiré la segunda de la izquierda, ya que puede que mi padre quiera usarla como despacho por el momento.

Mi habitación es espaciosa, incluye un baño privado. Pero ahora es lo que menos importa.

Creo que aún no nos acostumbramos al cambio o a lo que conlleva la mudanza y la estadía temporal - definitiva y a que ella no esté.

Mi refugio siempre ha sido mi habitación; se preguntaran porque sigo hablando de esto, pero no puedes tapar el sol con un dedo, ni esconder siempre tu dolor con una sonrisa. Aunque suene muy patético, es la verdad.

Me siento en el alféizar de la ventana y observo el atardecer. Es impresionante como el día transcurre tan deprisa, sin darte tregua para admirar las cosas con su debido tiempo; hacemos las cosas cotidianas tan veloz y de una forma despistada, qué a veces olvidamos detenernos un momento para preguntarnos si de verdad estamos haciendo lo correcto o si es lo que realmente deseamos.

El ser humano es un ser masoquista, porque siempre quiere volver a lo que alguna vez le provocó dolor.

No me imaginé que esto iba a pasar, si me lo hubieran dicho hace algunos años, probablemente no lo creería.

Creo que la vida te pone obstáculos para poder vencerlos pero están difícil luchar cuando desconoces cómo.

No hay un manual de usuario, que te ayude a sobrellevar una pérdida, un problema, y eso es desesperante, sientes que te vas ahogando, que no sabes que hacer para cambiarlo, para no sentirle.

Ya que es algo tan fuerte, un sentimiento que tiende a prevalecer en lo más profundo del alma.

Creo que la vida me odia.

Justo cuando ya tengo una flecha incrustada, me lanzan otra.

Ryan.... Como lo extraño, cómo no extrañarías a quien te ha sacado las mejores sonrisas, te ha hecho reír en momentos difíciles, te ha dado abrazos que hacen que tu mente olvide y tu corazón se detenga.

Él es el sueño de toda mujer, no por su belleza sino por lo que es como persona, una auténtica, valiente, y de buen corazón.

Él es la segunda persona que extraño después de ella.

Pero los cuentos de hada no existen, ni todo es color de rosa.

No conozco la palabra amar, creo que aún soy muy joven para siquiera entender un cuarta parte de la misma, eso no significa que no haya sentido nada. Siempre he dicho que hay una gran diferencia entre querer y amar, muchas personas se confunden y en vez de decir te quiero dicen te amo, no digo que nadie puede sentir amor a tan corta edad, pero muchas veces es sólo un te quiero disfrazado de amor.

Me hecho un gran embrollo en mi mente por no querer admitir la verdad.

No lo amo.

No lo quiero.

Sólo, lo aprecio, las palabras no me bastarían para agradecerle que estuviera para mí, que me escuchara hablar de un mismo tema reiteradas veces, sabiendo que la respuesta siempre conduciría al mismo lugar. Tal vez, suene muy cruel, y sí es cruel e injusto, que alguien te entregue todo lo que puede por ti y tú sólo lo quieras a medias. Pero no puedo cambiar las cosas, es muy complicado cuando el querer y el apreciar se llevan de la mano.

Y con todos mis problemas amo la vida y sus matices.

Por mí y por ella voy a volver a salir adelante.

Dejaré que el dolor sea mi impulso para alcanzar mi meta.

Haré que mi padre vuelva a amar y que mi hermana vuelva a sonreír.

Sé que será difícil voltear la página, pero valdrá la pena conocer el final.

Porque a veces un final es un nuevo comienzo...

Pasos de ceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora