Capítulo 5

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"El misterio crea sorpresa, y la sorpresa es la base del deseo humano de comprender". Neil Armstrong

No todo es lo que parece

Después de la Universidad me aliste para ir a la entrevista de trabajo. No vestía muy formal, pero tampoco casual. Las preguntas fueron fáciles y me dio el empleo. Mis horarios consistían de dos a seis de la tarde, por lo que debía llegar lo más rápido a casa, para no llegar tarde, empecé el mismo día, no sin antes avisarle a mi padre, pensé que sería un problema dejar a Laila sola, pero papá determinó que debía aprender a cuidarse sola y que le llamaría en intervalos de tiempo para ver como andaba.

Sugerimos que sería bueno consultar a un especialista, pero el mismo concluyó que ella, ya había procesado la pérdida, así que, no era necesario la terapia. Eso nos alegró mucho, estos últimos tiempos fue como si su actitud hubiera cambiado, se ha portado más madura y responsable, eso definitivamente es bueno.

Con el pasar de los días me di cuenta que la biblioteca no cuenta con muchos clientes. Pero es muy conocida, por ser el refugio de los estudiantes en tiempo de exámenes. Lexie, mi compañera es muy agradable, a pesar,de la discusión que tuvimos el primer día, congeniamos rápido y me ha explicado como funciona el pueblo: Está regido por la familia Ergott, que es el accionista mayor de las propiedades, pero se distribuyen en las cinco familias fundadoras, entre ellos, los Bullet, Ether, Hardy y los Lynch, lo hacen de forma equitativa, se podría decir la clase alta de la ciudad.

También descubrí que Lexie es una Bullet, y como yo es una mujer independiente que le gusta ganar dinero por cuenta propia. Me dijo que iba a invitarme a su casa para contarme más acerca del pueblo. Como dice el refrán pueblo chico, infierno grande, todo se sabe. Para ser un pequeña ciudad es bastante innovadora, moderna y ejemplar, después de todo no es tan malo el lugar.

···

Desconocido.

—Dónde está.

—De qué hablas.

—Sabes a qué me refiero.

No quería llegar a esto, que descubra dónde se encuentra, podría lastimarse.

—En el tercer cajón.

Rápidamente va hacia el y lo saca, nunca tuve tanto miedo de que haga algo, es una completa locura.

—Voy a terminar lo que empezaste.

—Basta, por favor, no me hagas cargar con más culpa.

—Ahora imploras piedad, es patético.

—Aborréceme todo lo que quieras pero suelta esa arma.

—Es lo que siempre quisiste, ¿No?.

—Claro que no, te dije que buscariamos una solución, y que la justicia haría pagar al causante de esto.

—La policía, por favor, jamás ha hecho algo decente por este pueblo, más que pedir dinero.

—Podemos ir a Halviv o a Loreto, no lo sé, pero baja esa arma.

—Sabes, esto es demasiado pesado, ya no lo soporto, sería mejor acabar esto.

—¿Por qué?. Acaso lo que llevas en tu vientre no es suficiente razón para vivir.

—No lo entenderías....

—Tal vez no, pero trataría de comprenderte.

—Ya es demasiado tarde.

Y con eso apunta el arma en dirección a su cabeza.

Y todo termina.

Porque siempre es demasiado tarde.

Pasos de ceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora