La Frialdad De Sus Ojos || Tom Hiddleston ||[Terminada]

Capítulo 7

Narra Tom

Necesitaba pedirle a Tessa que agregara estas dos hojas más al archivo que le di, así que salí de mi oficina en dirección a la suya, mirando a mi alrededor creo que paso demasiado tiempo en la oficina encerrado, pasaba desapercibido, como un fantasma, de los pocos trabajadores que pasaron a un lado mío muy pocos de ellos me saludaron, solo 2 en total, seguí con mi camino no tenia tiempo para ponerme a pensar en cosas irrelevantes, cuando llegue a la oficina de Tessa, la puerta estaba un poco abierta, estaba sentada dando la espalda a la puerta, leía la carta o bueno, termino de leer la carta, sus manos empezaron a temblar y en un acto busco arrugó la carta, haciéndola una bolita de papel, estaba enojada, se movió un poco hacia la derecha mostrando su rostro un poco, de su mejilla vi una lagrima deslizar hasta sus labios, creo que lo mejor es dejarla un momento sola, la llamare luego.

Narra Tessa.

¿Qué acababa de leer? ¿una carta donde me mataban dende lo mas profundo de mi corazón? Aun sentía algo muy fuerte por Erik, mi gran amor, mi amor de 3 años, lo admiraba por su gran trabajo, su forma tan simple de ser me conquisto y sus detalles me llenaban de ternura, pero... en esta carta me confiesa que me engaño, no una vez si no más veces, desearía que eso fuera lo peor, lo peor era que fue con mi mejor amiga, Zoé, la amiga que me consoló día y noche cuando Erik me termino, mi mejor amiga de la preparatoria, quien juro estar conmigo en las buenas y en las malas, mi compañera de travesuras, no, esa amiga no podía ser esta Zoé que Erik menciona, ella no seria capaz de acostarse con mi en ese momento novio, esto no podía creerlo, deseaba que fuera un mal sueño, una jugada de mi mente dormida.

Podía sentir las lagrimas salir de mis ojos y caer hasta mi barbilla, mis dientes chocaron en un acto de querer gritar, pero no poder hacerlo, no aquí, no puedes aquí, me mente me decía.

Tomé un enorme respiro profundo, limpie mis lagrimas y me di media vuelta en aquella silla típica de oficina, mire las hojas que tenia que pasar en computadora y me puse a trabajar, el trabajo era el mejor de las distracciones, podía perderme en el trabajo y no pensar por esos momentos en el trabajo.

Unos 40 minutos después terminé de pasar las hojas a computadora y estas se las envié a Hiddleston por correo.

Dieron las 9 pm, no quería irme a casa, por primera vez en el tiempo en que trabajo aquí pedía, casi rogaba porque Hiddleston me ordenase que me quedara hasta tarde trabajando con él, no quería regresar a casa, no podía regresar a casa, en esos momentos era capaz de vagar por la cuidad para evitar llegar a casa y tener que ver a Zoé a la cara, no podía verla, fingiendo estar todo bien conmigo de una manera tan sínica, sabiendo bien que me traiciono de la peor manera que se puede traicionar a una amiga de años, casi como una hermana.

Miraba por la ventana la cuidad, durmiendo, cuando tocaron a la puerta de la oficina.

-Señorita Jones. -Era mi jefe.

-¿Necesita algo señor Hiddleston?

-Tenemos que organizar unos archivos.

-Voy enseguida. -Mi vista no se despego de la ventana, sentía mis ojos llenos de lágrimas, no podía dejar que me viera así mi propio jefe, no podía dejar que me vieran vulnerable.

Escuche atenta sus pasos alejarse y dirigirse a su oficina, el lugar estaba solo, los únicos que estábamos era Hiddleston y yo, además de los guardias de seguridad claro.

Respiré de nuevo para recuperar la compostura, me fui directo a la oficina, esta estaba abierta.

Empezamos a revisar algunos contratos, para después revisar la documentación de exportación y traducción al francés, la revista ha sido un éxito y otros países piden exportar la revista y traducirla tal cual, a su idioma, oferta que Hiddleston no rechazó y nos encontramos en esos tramites de firma de papeles, dando permiso a que se traduzca y distribuya la revista en toda Francia.

Todas estas cosas las hacía con una lentitud, no quería terminar nunca, quería pasar la noche aquí, desvelándome y trabajando duro.

-¿Esta todo bien? -La ronca voz de Hiddleston rompió mi concentración.

-Si, todo esta bien. -No puedo decirle: estoy destrozada, fui traicionada por mi mejor amiga, estoy que me muero de coraje por dentro, no, no podía decirle eso.