Ya llevaba una semana y su panza había crecido enormemente. Consumía demasiada sangre al día, era como si estuviera sedienta y nunca se quitara esa sed. El doctor Carlisle le mencionó que ella consumió mucho más sangre de lo que cierta mujer que conocieron hace años. Jessica tan solo sonrió, se estaba adaptando a este cambio, y sin poder evitarlo sentían gran apego a la enorme panza. Se estaba encariñando con la enorme panza que se cargaba. Ella sentía unas ganas tremendas de proteger esa panza, ya que su bebé se sentía inquieto. No sabía que ya había despertado el instinto materno y le hacía estar preocupada por su futuro.
— ¿Voy a morir? —Preguntó ella mientras consumía otro vaso de sangre. Vio de refilón como el doctor Carlisle le daba una sonrisa de pena.
Ella lo comprendió y ya se estaba resignando. Ahora entendía por qué el sujeto le mencionó que la buscaría dentro de un mes en el departamento. Y en una semana se cumpliría el mes. Quiera llorar y culparse, pero solo sentía un enorme hueco en el pecho. Sentía un nudo en la garganta cada vez que pensaba que iba a morir en pocos días.
—Cuando muera... le podría dar mi hijo a mi madre —habló con pesadez. Ella sabía que su madre cuidaría de su pequeño bebé. Y su pequeño seria cuidado por su abuela. Quien mejor que cuidara tu hijo si no tu madre.
— ¿Deseas poner en peligro a tu bebé y a tu familia? —Preguntó el doctor con una voz un poco inquieta.
—Mi bebé va necesitar cuidados y mi madre ya me ha cuidado y a cuidado a niños. —Respondió ella con el ceño fruncido. Fue la explicación más sensata.
El doctor le dio una mirada y volteó a ver hacia la entrada que estaba Isabella observándola con una mirada nada amigable. Tenía una cara... la cara que tenía Edward cuando observaba a Isabella. En ese momento se acordó lo que una vez le dijo Mike. "Edward ve a Bella como si fuera algo comestible." Sintió pánico de que Bella le hiciera daño e inconscientemente apretó su enorme panza más a ella. No quería que su pequeño le pasara nada. Sentía las ganas de proteger a su pequeño de la amenaza.
Edward apareció en un instante y se llevó a Bella mientras le daba una mirada de pena. Jessica trató de pensar otra cosa. A los dos días de estar en la casa de los Cullen, se enteró que la familia Cullen, eran especiales aparte de ser vampiros. Edward podía leer la mente, Alice podía ver el futuro, y Jasper podía sentir las emociones y manipularlas.
Estaba repitiendo el coro de single Ladies, de Beyonce. Tenía que mantener sus pensamientos en secreto. No quería que Edward leyera todas sus inquietudes. Vio como el doctor se había ido, y ella se recostó para tomar otra pequeña siesta.
—No vayas a moverte demasiado —le dijo a su panza con si lo estuviera regañando—. Mamá va a dormirse y no quiere despertarse porque la has pateado pequeño bribón.
Jessica tomó otro poco de sangre que le dejo Carlisle y se sumió en su pequeño descanso. Había quedado dormida y otra nueva pesadilla empezaba. Había un niño sin rostro que le hablaba y cada rato le decía que huyera. Que se alejara de los monstruos. Jessica estaba en el bosque y no sabía a donde ir. Entre los arboles aparecieron varias sombras y una de ella era Bella y Rosalie. Ella despertó al ver que aquellas vampiras se lanzaron a su garganta.
Estaba sudando frio, estaba con la respiración entrecortada y su pequeña criatura se estremecía. Cuando alzó la vista se encontró con la mirada perturbada de Edward. Edward la veía y veía su enorme panza. Era como su panza le causara intriga. Ella le dio cierta mirada un poco incomoda, agradeció a los cielos que Esme entrara y la ayudara a levantarse.
Después de tomar un baño, Esme le ofreció llevarla a la sala para que le diera un poco de aire. Ella asintió. Estaba en la sala y se encontró con la mirada de una niña de diez u once años. Ella no estaba tan segura, lo que le llamó la atención eran los ojos. Cuando la vio la primera vez se le hizo muy hermosa, y causaba cierta ternura. Le habían dicho que era un familiar legado de Edward. Edward y Bella la habían adoptado. Pero hoy le puso mucho más atención a lo que estaba observando. La niña si se aparecía a Edward, pero también a Bella. La niña tenía los enormes ojos saltones de Bella y el mismo color que Bella tenía antes de convertirse en vampiro.
Empezó a buscar más similitudes entre Bella y la pequeña y se sorprendió a lo que vio. Y como una confirmación de sus nuevas sospechas sintió una leve patada en su vientre. Vio como Rosalie la observaba en la entrada de la sala. Emmett le sonreía un poco incómodo. Trató de pensar en otra cosa por si acaso Edward estaba cerca.
— ¿Estás bien? —Preguntó Rosalie.
Ella asintió y le dio una sonrisa tímida y nerviosa. Ya sentía la desconfianza por ella, tenia que ser fuerte y disimular.
—Sí, solo que quiero regresar a la habitación. Se está moviendo demasiado y quiero estar un poco cómoda.
Fue su tonto argumento. Ella quería salir corriendo del lugar y buscar un lugar más seguro. Rosalie la cargó y la llevó a su habitación.
—Gracias. —lo dijo un poco incomoda.
Ya tenía una decisión y agradecía que Alice ya no pudiera verla. Porque en estos momentos ya había trazado un plan para escapar del lugar. Tenía que ir a Port ángeles y retirar todo el dinero disponible que tenía en su cuenta. Tomar un avión hacia Canadá o Sudamérica. Un lugar alejado de los Cullen. Porque presentía que los Cullen le iban a quitar su pequeño retoño.
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Stanley (Twilight)
FanfictionPara Jessica Stanley todo iba bien en su vida como una universitaria. Solo cometió un pequeño error en acostarse con un hombre guapo, que le dejó bastante dinero y su semilla. Sin darse cuenta que en un mes ella seria madre y dejaría a una criatura...