Capítulo 14

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Vallas publicitarias gigantes de Camila y Lauren colgaban sobre la ciudad de Seattle y dominaban la parte frontal del Key Arena. Debajo de la foto de la dueña parada delante de la capitana del equipo, las palabras se limitaban a decir, CHINOOK HOCKEY. TE ENGANCHARAN. Para decepción completa de Bo y el placer descarado de Jules, no hubo ninguna mención de la bella y la salvaje, ni ninguno parecido a testículos pisoteados, en absoluto.
En los días previos al partido, la excitación zumbaba por la ciudad, y la noche del jueves el Key estaba lleno para el primer partido de la semifinal contra las Detroit Red Wings. Desde la caída del primer disco, todo se puso de parte de Seattle.

El equipo anotó dos goles en el primer periodo. En el segundo periodo, la delantera de Detroit se unió con un objetivo y mantuvo a las Chinooks en un 2-1 para entrar en el tercer set. Durante quince minutos cada equipo defendió sus metas, pasando el disco de un lado a otro, sin una clara oportunidad en el pliegue. A cinco minutos para el final, Lauren pasó el disco a través del hielo para la Tiradora, Fran Kawczynski, quien hizo un tiro a través de la multitud. La portera Christabella Osgood la rozo con la punta de su guante mientras pasaba detrás de ella hacia la red y las Chinooks sellaron el primer partido 3-1.

Camila entró en la sala de jugadoras quince minutos después de que el partido terminó con Jules a su lado. Ella vestía una camiseta de las Chinook´s debajo de una chaqueta azul oscuro y un par de pantalones vaqueros. Se habría visto inusualmente sutil, si la camiseta no hubiera sido dos tallas más pequeña.

— ¿Qué le pareció el partido? —Preguntó un reportero cuando Camila entró en la habitación.

—Estoy complacida, por supuesto. Pero no sorprendida. —Llevaba su chaqueta nueva sobre su camiseta azul y roja de las Chinooks.  —El equipo ha trabajado realmente muy duro para llegar aquí.

— ¿Viajará con el equipo a Detroit?

Abrió la boca para contestar y le salió:—Yo no… —cuando Lauren salió del vestidor. Su cerebro se congeló y perdió la noción de todo pensamiento. Llevaba un par de pantalones cortos alrededor de sus caderas y un brasier deportivo, y eso era todo. Hace unas horas ella había llevado incluso menos. Hace unas horas ella había tocado toda esa suave piel y músculos duros. Hace unas horas los pantalones habían estado alrededor de sus tobillos y ella la tenía en la boca. Levantó la mirada de los músculos definidos y de sus pechos a su rostro. Sus ojos verdes se encontraron con los suyos y ella levantó una ceja.

— ¿Viajará con el equipo a Detroit?

El calor subió por su pecho y ella apartó la mirada de Lauren. —No.

La había hecho sentirse tan bien que luchó contra el impulso de lanzarse en un sprint a través de la estancia y pegarse a ella. Pensó que sentiría pena por dormir con la capitana de su equipo. Era inaceptable y poco profesional, y debería sentir arrepentimiento. Pero no lo hacía. Al menos, no por los motivos que ella pensó que debería.

Lo que sentía era sobre todo un gran pedazo de culpa en la boca del estómago. Su marido había muerto hacía un mes y medio, y la última noche había tenido un impresionante sexo salvaje, con una mujer que la había hecho sentir cosas que nunca sintió antes.

Había sido bailarina de striptease, Playmate y la esposa de un hombre rico, pero nunca había ansiado el toque de un hombre como ansiaba el de Lauren. O había ansiado, más bien.

Todo había terminado, pero durante aquellas horas, mientras que había estado con Lauren, no había pensado en su marido muerto. En realidad no, sobre todo mientras que ella la había besado y tocado. El hombre que le había dado una gran vida y la había asegurado a su muerte había estado lo más alejado de su mente.

Desastre ~ (Camren G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora