Capítulo 12

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El lunes por la mañana Jane Martineau entró en la oficina de Camila en el Key Arena. Un pequeño bulto con el pelo oscuro y gafas, Jane llevaba muy poco maquillaje e iba vestida de negro de pies a cabeza. Era encantadora pero no especialmente hermosa y desde luego no lo que esperaba Camila, ni del estilo de un reportero.

—Gracias por reunirse conmigo, —dijo mientras estrechaba la mano de Camila. Puso un maletín de cuero negro sobre la mesa y buscó en el interior. —Tuve que amenazar a Darby con hacerle daño físico si no hacía algo para acercarme a usted para la entrevista. También azucé a su esposa contra él.

—No sabía que estaba casado. —Para la entrevista, Camila no había sabido  que ponerse y se había vestido con una blusa blanca, una falda negra de tubo y  unos zapatos de tacón negros con correa de charol. Claramente, se había arreglado demasiado. Aunque ella siempre era así de elegante.

Jane sacó una libreta de papel y un bolígrafo. —Con mi mejor amiga desde la escuela primaria, Caroline. Yo los presenté.

—Wow. Aún puede ver a su amiga de la escuela primaria. —Camila no sabía por qué lo encontraba tan inusual, excepto porque ella no había visto a sus amigos de la escuela primaria desde hacía unos quince años más o menos.

—Suelo hablar con ella casi todos los días.

—Eso debe ser bonito. Tener un amigo desde hace tanto tiempo. —Sacudió la cabeza. —No quiero parecer patética.

Jane miró a través de los cristales de sus gafas mientras hurgaba en el maletín.

—No lo parece. Las personas van y vienen. Caroline y yo somos afortunadas de estar todavía una en la vida de la otra.

Camila miró la pequeña grabadora que Jane sacó de su maletín y le preguntó: — ¿Tienes que usar eso? —Dios no lo quiera, ella podría decir algo patético que terminara en el periódico.

—Es tanto para su protección como para la mía. —Lo puso sobre la mesa y puso el maletín en el suelo.

—No se preocupe. No voy a hacer preguntas embarazosas. No se trata de exponerla como si fuera una piñata para que la golpeen. En Seattle los aficionados al hockey están entusiasmados con los playoffs y sienten curiosidad por usted. Quieren saber un poco acerca de Camila Duffy. No tiene que responder a lo que le haga sentir incómoda. ¿Es lo suficientemente justo?

Camila se relajó un poco. — ¡Es lo suficientemente justo!

Jane se sentó y comenzó la entrevista con preguntas sencillas acerca de dónde había nacido Camila y cómo había conocido a Virgil. Entonces  preguntó:  —Tiene tan sólo veintiocho años, ¿cómo se siente ser dueña de una franquicia de la NHL?

—Sorprendente. Increíble. Todavía no puedo creerlo.

— ¿No sabía que iba a heredar el equipo?

—No. Virgil nunca lo mencionó. Me enteré el día que se leyó su testamento.

—Wow. Esa es una buena herencia. —Jane la miró a través de los cristales de sus gafas. —Probablemente hay una gran cantidad de mujeres a las  que les encantaría estar en sus zapatos.

Es cierto. Tenía una gran vida. —Es mucho trabajo.

— ¿Qué sabe usted acerca de la ejecución de toda una organización como las Chinook?

—Lo  cierto es que no mucho, pero estoy aprendiendo cada día. Me estoy poniendo al día en el trabajo y de hecho estoy empezando a entender el hockey y cómo funciona la organización. No es tan difícil como era hace unas semanas. Por supuesto, Virgil fue lo suficientemente inteligente como para contratar gente competente y dejar que ellos hiciesen su trabajo. Eso hace mi trabajo más fácil.

Desastre ~ (Camren G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora