El amor de tu vida.

Dos

 Se que les parecerá extraña toda esta historia que no tiene sentido que cuente nada de esto, que prefieren que sea directo y les cuente del día que le HABLE realmente, pero con el tiempo lo entenderán, o tal vez no, realmente no lo se, pero si se que si les contara eso de una vez no entenderían el: "eras mudo frente a ella". 

 Todos quieren resumir todo, que la vida sean historias simples con finales felices, pero realmente no lo es, no puedo simplemente decirles ese momento exacto ¿Qué sentido tendría todo lo anterior? ¿O lo que pensé en ese momento?, no tendría ningún sentido y pensarían que fui estúpido por lo ocurrido en ese momento.

 Podría simplemente decirles la primera vez que hablamos, que fue casi un año después de todo lo que les estoy contando, pero al momento de eso como les estoy diciendo no tendría sentido alguno a lo que les contaría, no sabrían cómo llegamos a eso, no entenderán porque ella era mi todo pero a la vez nunca fuimos nada. No sabrán entender porque ella era tan importante para mi sin llegar jamás a ser unidos, ¿pero saben? Ella sin querer se volvió mi todo y me dejó siendo nada después de eso, como quisiera que no fuera tan importante.

 No puedo asegurarles que no me odiaran en algunos momentos porque yo lo hice en ese tiempo, jamás me creí capaz de odiar mi timidez como llegue a hacerlo en ese entonces y aun la odio, me impide hacer muchas cosas. Era extraño verla y no ser ni capaz de saludarla, pase un año entero con ella cada vez más cerca de mi y en ningún momento le hable, incluso hubo momentos en los que ella me hablo.

 Luego de dos semanas de la vez que la vi leyendo en la plaza, solo la vi de reojo los dos días que tenía que llevar a mi hermana y las tarde que me encontraba en la plaza en las que siempre me terminaba sentado para no seguir recibiendo pelotazos o empujones de mis amigos para que dejara de verla o por lo menos fuera a hablarle, ella estaba casi todo los días allí con un libro, uno distinto en esas dos semanas, uno de esos cliché que las adolescentes hormonales aman pero que la hizo reír mientras lo leía y otro del cual no entendía el nombre, pero debo admitir que sus muecas y expresiones al leer eran muy tiernas.

 Una de esas pocas tarde en las que ninguno de los seis queríamos jugar luego de salir de clases llegue temprano a casa ya que al pasar por la plaza no la vi, se me hizo extraño y como había decidido hablarle si la veía ahí sentada debajo de uno de los pocos arboles que daba sombra de la plaza, al no verla lo tome como iniciativa de seguir a como estaba hasta ahora, sin hablarle y viéndola como un acosador a la distancia... Debo aceptar que eso suena muy extraño.

  - ¿Enana, estas en casa? - Pregunto solo al entrar, eran entre las tres o cuatro de la tarde, realmente no lo sabia pero ella solía salir del colegio a estas horas o incluso mas tarde era apenas lunes así que se sorprendería de verme llegar temprano.

 No recibí repuesta alguna pero escuche su risa y la de alguien mas en la sala por lo cual fruncí el ceño ya que ella no solía traer amigas en las tarde, ya que solíamos pasarlas solos en casa, a ella la traía un transporte y yo llegaba solo caminando, camine a paso lento a la sala y ya al estar en la entrada de la sala me sorprendí aun mas de verla a ella allí, estaban las dos juntas sentadas en el piso de la sala con unos cuadernos en la pequeña mesa ratona mientras reían y mi hermana con un teléfono en mano, que lo mas seguro es que sea de esa linda chica de cabello esponjado, veía fotos mientras escuchaban música no se que veían realmente pero les resultaba gracioso ya que no dejaban de reír.

 - ¿De verdad pasaste tres días bañándote en la lluvia sin enfermarte? - Ella solo asintió soltando una pequeña risa al ver su  reacción por su respuesta -. ¿Y este es el chico que te gusta?.

 Yo fruncí el ceño y ella volvió a asentir sonriendo con un poco de ¿tristeza?, mi hermana puso una canción al ver su sonrisa, al escuchar la melodía de la canción ambas empezaron a cantar de forma desafinada, ella no era la mejor cantando, pero valía la pena verla y escucharla hacerlo, se veía muy tierna con su sonrisa y las expresiones que hacia al cantar.