Siete

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 Fui cobarde esa tarde, fui cobarde cada tarde que la tuve cerca y no le hable, aun soy un cobarde cuando se trata de ella. 

 Muchos me dijeron que; sin llegar a conocer a una persona completamente no me enamoraría y yo aun ni sabia su nombre y la adoraba, admiraba cada parte ella, me parecía perfecta. Todos sabemos que el amor se representa de distintas formas, pero uno de sus principales pecados que era al cual yo me apegaba mas y es la timidez. 

 ¿Por qué digo que es uno de los principales pecados contra el amor? Siempre me dijeron que no importaba nada, que si era tímido no dejara de serlo sin importar que, pero era algo realmente contradictorio porque por ella misma perdí muchas cosas valiosas, lo sé, no debería de referirme a personas como "cosas", pero yo realmente admiraba y valoraba a esas personas que ahora se convirtieron en cosas en mis recuerdos, pequeños objetos en esquinas de mi mente que de vez en cuando debo sacar y admirar un poco, porque no son recuerdos malos, por lo contrario son los mejores recuerdos que podría llegar a tener.

 Habían pasado dos semanas y había dejado de pasar las tarde en casa junto con ellas, durante estas dos semanas siempre que llegaba a casa aun me encontraba con el pequeño mejor amigo de mi hermana en casa, según ellos tenían un mes completo para ensayar. Lo que dejaba en claro que aun lo vería mas de lo normal por dos semanas más, con ella no me había topado en esas dos semanas, no la veía ni en la plaza donde solía siempre sentarse a leer.

 Me encontraba en clases prestando muy poca atención a la profesora de Ciencias Sociales aunque nos encontráramos en un debate que valía casi la mita del porcentaje de mi nota de finales de año. No sabia que debatían mis compañeros, me encontraba al fondo de la clase como siempre hacia en esta asignatura en especifica, eso de saber cosas de la sociedad y la interacción de una persona en un entorno social (que era lo que normalmente nos hace debatir esta profesora) no era lo mío, a quien engaño eso no es lo mío.

 - ¿Todo eso que tiene que ver con ella papá? - Vuelve a interrumpir la pequeña Lia -. Hasta ese punto solo han pasado cinco meses desde que la viste, ¿nos vas a decir que paso con ella y como se llama?

 - Lia, papá nos cuenta eso porque algo en esa clase lo impulso a hablarle - Sonrió orgulloso de escuchar lo que dice la pequeña envuelta entre sus sabanas como un pequeño gusano.

 - ¿Puedo seguir? - Pregunto evitando así una pelea entre ambas por ver quien entendía mas lo que les contaba.

 Como les decía... La profesora no dejaba de cambiar el tema a cada momento, aun se mantenía en al área cultural para mi sorpresa cuando preste un poco de atención. Su clase para muchos era la mejor, para mi era una clase mas que me obligaba a aprender cosas que realmente no me importaban. 

 Todos tienen un profesor favorito y no, ella no es la profesora favorita de nadie, sus tareas, trabajos y proyectos eran tan complicados que lo único que mis compañeros querían o apreciaban de ella eran los debates para los cuales no se debía estudiar ya que eran de responder con lo primero que se te viniera a la mente. De los gemelos era la clase favorita ya que lo de ellos si eran las preferencias por el área social, pero odiaban a morir los proyectos tan complicados que solía dejarnos la profesora, los demás chicos y yo simplemente entrabamos a esa clase por la nota en asistencia.

 Así me encontré en ese momento siendo señalado por la profesora, por una condenada nota por asistir a las clases que me salvaba de reprobar la única materia que no me iba del todo bien de todas las asignaturas.

 - Señor Velez - Llama por completo mi atención, haciendo que deje de imaginarme formas de molestar a los chicos para prestarle toda mi atención -. Quiero que me diga una razón de porque la timidez es tomado por muchos como un pecado y debería ser un delito en la humanidad.

El amor de tu vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora