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La fiebre se hizo presente en el cuerpo frágil de aquél Omega blanquecino. Él rey Leeteuk estaba tan preocupado por todo, era el día en que Hoseok debía llegar, y todo el día habían estado esperando por el Alfa y Solar. Yoongi mientras tanto estaba dormido en la habitación que le habían otorgado, había sido revisado por el doctor hace solo unos minutos atrás. El rey Min caminaba de un lado a otro, mientras él Rey Namjoon le veía de pie en las escaleras, postura recta y las manos detrás de su espalda baja.

-Ya, deja de estar así. Tranquilizate.

-No puedo. El príncipe Hoseok y mi hija aún no llegan. Para esta hora ya deberían estar aquí.

-Quiza se retrasaron con algo. No te preocupes. No creo que sea nada grave.

-Es que... Yoongi...

Y empezó a llorar, no solo por la desesperación y preocupación de que su hija y Hoseok no llegarán, no solo porque pensaba que algo malo les había pasado en el camino. Sinó también porque vió el estado de su hijo hace una hora, y estaba peor que en la mañana. Él doctor insistió en que no iba a pasarle nada malo -morir- pero de verdad que Yoongi, se veía fatal.

Jamás imaginó ver a su hijo así en su vida. Le dolía, como hasta el punto de permitir tener en ese estado a su cachorro. Se lo reprochaba a él mismo. Quizá había sido muy descuidado y se sintió peor al no ser un mejor rey y padre para su hijo.

Namjoon lo sostuvo mientras se desvanecía llorando. Se preguntó si podía ser peor la situación. No era que Yoongi fuera su favorito, amaba a Solar de la misma manera y en la misma cantidad. Pero cuando nació Yoongi, desde que lo vio supo que era un Omega, y es que él de verdad quería un hijo Omega. Para su esposa quizá no era lo mejor, pero para él si, era su orgullo. Los dos hijos que tenían lo eran. Más su gran apego siempre estaba con Yoongi. Su cachorro bebé, al que veía como un tierno niño.

Se calmó en los brazos de Namjoon. El rey Min limpio su rostro y en el momento en que iba a agradecer a Namjoon por su hospitalidad en su hogar y por todos los cuidados, un beta guardia se acercó a ellos agitado, ni si quiera saludo correctamente a los reyes. Solo se dispuso a hablar con la voz cansada.

-Rey Min... su hija...

El rey de prisa salió detrás del beta, seguido por Namjoon. Solar y Hoseok estaban bajando del carruaje, mientras todos los alfas y el líder consejo llegaban detrás de ellos.

Hoseok no dudó ni por dos segundos darse a correr cuando vio al padre de Yoongi salir, haciendo espacio los reyes se hicieron a un lado, el olor que Yoongi desprendía guío a Hoseok hasta la habitación dónde se encontraba. Las lágrimas que tenía manchando todo su rostro las arrastro con sus manos, de verdad no podía imaginarse que su amado estuviera ahí adentro, puso sus manos en la puerta grande, empujó despacio abriendo paso. La figura de Yoongi se encontraba, acostado en medio de la cama. Se veía frágil, demasiado.

Camino despacio hasta verlo, de lo más cerca que pudo, su respiración, era lenta, pero no anormal. Pacífica, y llena de desesperación. Hoseok llevo sus manos al rostro del Omega, acunó sus mejillas.

Soltó más lágrimas, tenía miedo, miedo de que todo lo que en ese momento estaba pasando fuera solo un sueño y su pequeño no estuviera bajo su mirada y tacto. Sorbió su nariz y quitó las lágrimas que salían sin control. Sonrió al sentir que el aura que desprendía Yoongi cambiaba de apoco.

Él pequeño sentía la presencia de su Alfa, pero se sentía tan débil, que no podía abrir sus ojos, a lo único que se dedicó fue a sentir las caricias en su rostro y cabello de aquellas manos suaves y delicadas.

Un príncipe como tú. (HopeGa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora