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Yoongi, siempre fue alguien callado, sus sentimientos los sabía entender a la perfección, nunca dudaba de ellos, y siempre se aseguraba de mantener el control ante toda situación.  Era catalogado por sus padres como un pequeño muy serio, formal y responsable.  Era fuerte de carácter y suave de sentimientos, tenía la combinación perfecta. Hablaba poco y entendible. Su debilidad siempre fue estar tanto tiempo separado de su padre, ya que era demasiado mimado por él, siempre dándole amor y cariño y sin importar que ya era más grande de edad, su padre lo vivía consintiendo con todo. Si se retiraba por unos días, antes de irse lo sentaba en su regazo y le mimaba, dándole besos y abrazos.

Tenían una buena relación, el cariño grande que le tenía el rey a su hijo era demasiado fuerte y puro. Siempre supo que su hijo sería un Omega, y creía que ese era el motivo principal de su apegó.

Pero en los últimos episodios de su vida, Yoongi confundía todo lo que sentía y pasaba a su alrededor, el haber sido secuestrado y marcado por alguien quien no era 'Su Alfa'. Era inevitable de sentirse mal. Nunca imaginó que pasaría algo así por su vida. El hecho de que siempre fuera tranquilo, ayudaba a que nadie lo odiaría o tratara mal. En el castillo era querido por todos incluyendo a los sirvientes y guardias. El pueblo a pesar que casi nunca lo veían pasear fuera, las veces que fue presente, su aura y fragancia calmaba a todo y todos.

No creía haber hecho algo malo en su vida o en alguna otra pasada, para estar en la situación en la que se encontraba.

Alzó su vista, las paredes eran color beige, todo se veía muy tranquilo, los muebles bien cuidados y las sábanas que lo cubrían era de seda. Vió la puerta ser abierta y la presencia de Minghao entrar.
Dio una pequeña reverencia. Se acercó hasta estar cerca de Yoongi y lo ayudo a ponerse cómodo.

-¿Ya no duele?

-mmm~ no... El dolor ha pasado ya.

-bien. ¿Desea algo?

-¿Que pasó con el Marqués Jeon y su hijo?

-estan bien, llegaron en la mañana. ¿Quiere que los llamé?

-si. Podrías decirles que necesito hablar con ellos.

-esta bien. El doctor vendrá a cambiar el vendaje en un momento.

Yoongi solo asintió con la cabeza. Vio a Minghao salir de la habitación. Su hombro derecho ya no dolía. Habían llegado al pueblo Nataah el día de ayer por la mañana, después de haber estado la tarde faltante y toda la noche del día antes de ayer en los brazos de Minghao desmayado.

Volvió su vista hasta ver las cortinas de la ventana ser empujadas por la brisa. En ese momento su mente voló. Pensando en que había pasado más tiempo fuera de su hogar, sin ver a sus padres y hermana... Sin ver a Hoseok. Extrañaba a su papá, extrañaba a Solar, a su madre, pero era tanta la necesidad de tener a Hoseok cerca de él. De verdad extrañaba su aroma a Almendras flores y cedro.

Visualizo a Hoseok sentado a la orilla de la cama viéndolo con esos ojos llenos de ternura y amor, necesitados de estar junto a él, abrazarlo y dormir en su regazo. Su corazón latió fuerte, doliendo, punzadas dieron a su cuello donde se encontraba la marca. Le dolía mucho en ese momento.

Nadie le había dicho nada, pero Yoongi había estudiado todo eso. Sabía que esa marca no era buena, para nada. Bajo su mirada y al levantarla de nuevo ya no vio a Hoseok. Se levantó de la cama, saco las sábanas de su cuerpo y se acercó a un espejo pequeño. Posó su vista en la marca, se veía horrible, oscura y seca, a su alrededor tenía ematomas morados, verdes y rojos. Se vio a él mismo, y se asombro de lo mal que lucía, su rostro estaba pálido y reseco, no su blanco natural, donde unas pequeñas manchas rosas brillaban en sus mejillas haciéndolo ver fresco y natural. No, su piel estaba desteñida, sus labios quebrados y blancos, delgado, demasiado delgado. No era él, en ese momento no era él.

Escucha la puerta ser abierta y entraron el Marqués y su hijo, junto a ellos el doctor que lo había atendido ayer. Se volvió a la cama y se sentó en la orilla. Todos saludaron como se debía.

-¿Cómo te sientes?

Preguntó Jeon, mientras el doctor quitó su camisa con delicadeza y empezó a limpiar y cambiar el vendaje.

-Bien... Estoy mejor ahora.

-No se ve tan bien joven príncipe. Me preocupa su salud.

-Y esa marca... -hablo el doctor esta vez. -te está matando. -dijo seco. Yoongi no se alteró por lo que escuchó, lo sabía y sentía su cuerpo debilitar con cada segundo que pasaba.  Todos sabían lo que estaba pasando.

-Yoongi... -hablo el menor de los marqués. -varios mensajeros estan en camino al reino Min. No podemos llevarte hasta ahí.  Así que mandamos a traer a tu padre y el consejo.

-es por tu seguridad. No sabemos si hay más emboscadas... No podemos salir de Nataah ahora, debemos esperar.

-pero... Entonces sería seis días de espera...

-ayer salieron los mensajeros. Para mañana ya tendrán que estar con tu padre.

Pero fue en ese momen que escucharon el galopeo de varios caballos, alarmados por pensar que quizá eran enemigos queriendo llevarse a Yoongi, los marqueses salieron rápido con sus arcos y flechas. Yoongi se quedó sentado pensando lo peor. No iba a dejar que alguien saliera herido por defenderlo. Sería mejor entregarse. Igual sentía que no podría seguir más.. su cuerpo se debilitaba cada vez y su Omega estaba sufriendo en grande con cada dolor profundo, y el estar tan lejos de su hogar y de su Alfa no ayudaban en nada.

Se levantó con cuidado de no caer, mientras se iba alejando de la habitación y acercándose más a la puerta para salir de la casa en la que estaba. Un aroma muy conocido y familiar entro por todos sus poros. Su corazón empezó a latir tan fuerte que sentía que sus pies ya no tocaban el suelo. Se apresuró y abrió la puerta de un sólo.

Entonces lo vio ahí.

Estaba descalzo pero no le importó, corrio a los brazos abiertos que estaban frente a él, sus ojos se llenaron en lágrimas, escondió su rostro en el cuello blanquecino del mayor que lo tomo fuerte entre sus brazos, absorbió todo su aroma, restregó su nariz y sonrió con lágrimas en sus mejillas al sentirse a salvó. Su corazón se tranquilizó y su Omega se sostuvo al alfa que lo tenía abrazado.

Yoongi se alejó un poco y las manos grandes del Alfa lo tomaron de su rostro. El Alfa removió con sus dedos las lágrimas del pequeño Omega y empezó a repartir besos por todo el rostro de Yoongi. Su Omega brincaba de felicidad, sintiendo el amor y protección más puro y limpio que podía encontrar y tener en ese momento, abrazó de nuevo al Alfa sonriendo y sintiendo calidez.

-Mi amor... Mi pequeño cachorro... Te extrañé tanto...

-Yo también a ti papá... 











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Creo que he estado haciendo capítulos más largos últimamente... Me puse a releer la historia y los primer caps son bien chiquitos. Creo que no pasaban de las 400 palabras. Y ahora me pasó de las mil. ¿Que me está pasando?, Yo no era así antes. Jajajaja. Pero bueno.

Por cierto, creo que no le he puesto nombres ni rostros a los padres de Yoongi.
Pero siempre al escribir y dirijirme al padre de Yoongi, siempre me imagino a Leeteuk de Super Junior.

Cambiamos portada... 😮

Si ven faltas de ortografía me las hacen saber. 🤗

Bueno, ya no digo nada más. Bye.

Un príncipe como tú. (HopeGa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora