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Despertó, y sin abrir sus ojos sonrió al sentir el cuerpo calentito a su lado abrazadolo. No había tenido un sueño así de tranquilo y relajante desde el incidente. Sintió su cuerpo ligero, y a pesar que estaba amordazado entre los brazos y piernas de su Alfa, se sintió tan libre y lleno de paz y tranquilidad. Había extrañado despertar de esa manera. El suave aroma de almendras flores y cedro invadió sus fosas nasales, de verdad que no podía existir un aroma más exquisito para él en ese momento. Empezó a dar suaves caricias con sus manos blancas en aquella espalda amplia, restregó su nariz en el pecho del mayor y sonrió feliz.
No había tenido una sensación así nunca, tan cálido, tan simple, tan lleno de tranquilidad y armonía. No tenía la necesidad de tener a alguien así. Pero su Alfa, su Hoseok estaba ahí, abrazándolo con firmeza.

-¿Tengo que preocuparme?

Sus caricias se detuvieron al escuchar la voz de Hoseok. Se ruborizó en ese instante y se hizo un ovillo en su lugar. Que más podía hacer en ese momento. Sintió como los brazos del Alfa lo jalaron más a su lado, teniendo una mejor cercanía.  Sus cuerpos estaban tibios.

Los ojos de Yoongi se abrieron como platos, ahora se daba cuenta de algo muy importante, sentía la piel del Alfa tocar la suya. Y, entro en cuenta que estaba desnudo y Hoseok también. Se paralizó, sus nervios no ayudaban, volvió su vista despacio viendo hacia arriba, Hoseok tenía los ojos cerrados y una sonrisa dibujada en sus labios, sus hoyuelos marcados y su tez se veía fina y delicada.

-¿Cómo amaneciste bebé? -Hoseok preguntó.

-Bien… -la sonrisa de Hoseok se expandió al escuchar la suave voz de su Omega.

Si algo amo Hoseok de Yoongi cuando lo conoció fue su voz, delicada y suave, no hablaba más de lo que debía, era muy reservado, pero a pesar de solo haber convivido con Yoongi un par de días, se dio cuenta de la manera en la que se comunicaba su Omega, si era cierto, no hablaba mucho, pero si tenía expresiones muy llamativas en el momento de escuchar a alguien más. Si no le gustaba lo que escuchaba su nariz se arrugaba y su ceño se fruncía, sus labios haciendo puchero y su mirada indiferente. Si escuchaba algo agradable, su expresión facial era tranquila, relajada, mostraba su puchero adorable y sonreía tenue al final. Si se sentía triste solo se quedaba quieto y su mirada era vacía. Si estaba desesperado movía su pie izquierdo de un lado a otro. Así y de tantas expresiones más se enteró de Yoongi en tan poco tiempo, nunca imaginó poner tanto interés en alguien. Incluso cuando leyeron un libro en el jardín, donde en realidad sólo Hoseok leía y Yoongi escuchaba se enteró de la comida favorita del menor, su color favorito, y el animal favorito también. ¿Cuántas cosas más podía saber con solo leer un libro y escuchar lo que opinaba el Omega en ese momento?.

La mañana era tranquila, y pequeños rayos de sol se colaban entre las cortinas, las ventanas estaban abiertas y un suave viento soplaba haciendo mecer las cortinas blancas en ceda. Se escuchaba algún pájaro cantar a lo lejos y las hojas de los árboles caer. Hosok no podría sentirse mejor ahí, junto a su pequeño.

Hoseok abrió sus ojos al escuchar nada más en respuesta de su Omega.

-¿Te duele algo?, ¿Te estoy lastimando? -trato de retirarse un poco y soltó a su Omega, pero milisegundos bastaron para que Yoongi abrazara fuerte a su Alfa y negara con la cabeza.

-En realidad… estoy muy bien junto a ti… -
Hoseok volvió a agarrar a su Omega y se metió entre el cuello y hombro del pequeño. Respiro su aroma, el aura oscuro y triste que desprendía su Omega ya no estaba; olfateo mejor y su perfume natural de fresa, leche y mora lleno sus pulmones al respirar profundo. No quería otro aroma, no; iba a querer ese por siempre y para siempre.

Un príncipe como tú. (HopeGa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora