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Las manos de Jungkook se sentían húmedas mientras esperaba en la sala de la brigada a que Jimin fuera procesado. El jefe le había explicado a Jungkook que eso no debía tomar más de una hora. Ellos estaban siendo tan rápidos como podían, pero no eran lo suficientemente rápidos como Jungkook quería.

En primer lugar, Jimin nunca debería haber sido puesto en esta posición. El Senador Jeon tenía mucho de que responder y él lo pasaría mal si Jungkook tenía algo que decir al respecto.

No tenía derecho a interferir en la vida de nadie de la manera que lo hizo, ni siquiera en la de Jungkook. Ni siquiera se le debería permitir al hombre estar en la política.

Él había hecho demasiado daño. Jungkook sólo esperaba que fuera obligado a pagar por ello.

Una conmoción repentina a un lado de la sala captó el interés de Jungkook y se llevó los pensamientos de su padre. La gente parecía estar corriendo alrededor como ratas en una jaula. Podía ver al jefe y al alcalde a través de una ventana de cristal gritándole a alguien.

Miró a Hoseok para ver si sabía lo que estaba sucediendo, pero el hombre sólo se encogió de hombros. Jungkook se giró cuando se abrió la puerta detrás de él, sorprendido cuando el jefe le hizo un gesto.

El corazón de Jungkook latía en su pecho mientras se levantaba de su silla y se acercaba al jefe, Hoseok justo detrás de él. La mirada ácida sobre el rostro del jefe envió ondas de pánico a través de Jungkook.

-Ha habido un problema, Sr. Park.

-¿Un problema? -repitió Jungkook-. ¿Dónde está Jimin?

-Si usted pudiera entrar... -dijo el jefe. Dio un paso atrás e hizo un gesto a Jungkook para que entrara en la pequeña oficina. Jungkook caminó dentro.

Cuando Hoseok trató de seguirlo, el jefe levantó la mano. -Por favor, sólo el Sr. Park.

-Yo soy el guardaespaldas del Sr. Park -declaró Hoseok simplemente-. Voy a donde él va.

-Usted puede mirar por la ventana por ahí -el jefe señaló la misma ventana por la que Jungkook había estado observando.

-Yo voy donde va Jungkook -declaró Hoseok otra vez.

El jefe miró como si quisiera discutir y luego asintió con la cabeza y le indicó a Hoseok que entrara a la oficina. Jungkook observó mientras cerraba la puerta detrás de él y se acercaba al lado del alcalde.

-¿Qué está pasando? ¿Dónde está Jimin? - preguntó Jungkook. Una sensación muy mala le llenaba. La expresión que veía en los hombres frente a él no presagiaba nada bueno. Jungkook podía sentirlo en sus huesos.

-Por favor entienda, señor Park, cuando llevaron a su marido a la celda por haber secuestrado y asaltado a un joven. Él...

-Ya hemos explicado eso -dijo Jungkook. Podía sentir el mismo movimiento hacia el borde de la histeria-. Yo soy el mismo Jeon Jungkook por cuya agresión ha sido arrestado Jimin. Todo es un engaño elaborado por mi padre para desacreditar a Jimin.

-Sí, entiendo que todos los cargos en contra del señor Park han sido retirados -dijo un hombre. Jungkook supuso que era el alcalde. Se veía como un alcalde, vestido como estaba en un elegante traje azul oscuro.

Jungkook podía imaginarlo besando bebés.

-Entonces, ¿dónde está mi marido?

-Al parecer, cuando el Sr. Park fue colocado dentro de la celda, se filtró el motivo por el cual lo habían arrestado. Cuando el señor Park fue colocado en una celda con otros hombres, parece que se encargaron de darle la justicia que sentían que se merecía por agredir a un niño.

Jungkook sintió que el mundo dejaba de existir debajo de sus pies. Su vista se nubló queriendo soltar lágrimas retenidas. Jungkook sintió unos fuertes brazos que lo atraparon justo cuando sus rodillas cedieron y comenzó a deslizarse hacia el suelo.

-Joder, hombre, ¿no crees que podrías haber sido un poco más delicado cuando se lo dijiste? -gritó una voz en el oído de Jungkook.

Jungkook habría respondido, pero su cuerpo no parecía querer trabajar.

-Los médicos están revisándolo ahora y me han asegurado que sus heridas no amenazan su vida.

«¡Jimin está vivo!» El corazón de Jungkook empezó a latir de nuevo en el momento en que esas palabras se filtraron a través de la angustia que se arremolinaba a su alrededor.

Jimin estaba vivo. Jungkook necesitaba llegar hasta él para ver por sí mismo que su marido estaba vivo.

Jungkook empujó las manos de Hoseok y se levantó. Miró ferozmente a los tres hombres en la habitación. Parecía que ellos miraban a todas partes menos a Jungkook. -¿Dónde está mi marido? -retumbó Jungkook-. ¡Quiero verlo ahora mismo!

-Sr. Park...

-¡Ahora! -gritó Jungkook-. O que Dios me ayude, voy a tener el trabajo de cada hombre en esta sala y si no creen que pueda hacerlo, ¡pónganme a prueba! Voy a mantener este departamento tan atado en un litigio que hasta sus nietos necesitarán un abogado.

-Ahora, señor Park -comenzó el alcalde-. Estoy seguro de que no hay necesidad de eso.

Las cejas de Jungkook se juntaron en un ceño fruncido. -¿No hay necesidad? ¿No hay necesidad? En primer lugar, no investigaron las denuncias en contra de mi esposo, entonces lo detuvieron.

-Jungkook...

-Luego, sus oficiales lo golpearon cuando trató de evitar que me golpearan, y ahora me está diciendo que ha sido asaltado mientras estaba en custodia policial. -Jungkook movió su mano hacia la puerta enfadado-.

-Jungkook...

-¿Quiere que vayamos a ver a los periodistas que esperan fuera y les pregunte si hay necesidad?

-¡Jungkook!

-¡¿Qué?! -gritó Jungkook cuando se dio la vuelta para mirar a la persona detrás de él. Pensó que era Hoseok, hasta que vio la forma de torre en la puerta. Se quedó mirando, sin poder creer lo que veía hasta que Jimin salió a la luz.

They're lovely

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Su Toque Gentil ✧ JikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora