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Jungkook se sentía tan ansioso, que necesitaba envolver sus brazos alrededor de su estómago para evitar que se retorciera. Tomó varias lentas respiraciones profundas con la esperanza de calmar sus nervios. No estaba ayudando. Cuanto más tiempo esperaba, más aprensivo estaba.

-Jungkook, Liebling, todo va a estar bien. Deja de preocuparte.

-Qué fácil es decirlo -respondió Jungkook cuando se giró para mirar a su marido-. No es a ti a quien van a estar mirando todos.

Jimin levantó los brazos a los lados y echó un vistazo a su traje. -¿No crees que vayan a estar mirándome todos? -Miró a Jungkook -. ¿El tuxedo es demasiado?

Jungkook resopló. -Te ves maravilloso, y tú lo sabes.

Jimin se puso delante de Jungkook y le enderezó el corbatín negro. -Y tú te ves como el hombre más hermoso que he visto. Tal vez debería pensar en encerrarme contigo y guardarte todo para mí.

Jungkook levantó una ceja. -Tal vez deberías pensar en perder el esmoquin y llevarme a la cama. -Él siempre podía tener esperanza.

Jimin se echó a reír, sacudiendo la cabeza. -Buen intento, Liebling, pero no va a suceder. Quiero que todo el mundo sepa que tú me perteneces.

-Sí, pero, ¿tenemos que tener una fiesta para hacerlo? ¿No podrías hacer un anuncio en el periódico o algo así?

Jungkook se sorprendió cuando el rostro de Jimin se puso rojo. -¿Qué hiciste? -preguntó con cautela.

Jimin se encogió de hombros. -Un reportero de una revista importante, vendrá mañana para hacernos una entrevista. Una cobertura total, con fotografías y todo.

La boca de Jungkook se abrió. Miró a Jimin por unos momentos en silencio, lo absurdo de la situación lo golpeó. Jungkook se echó a reír mientras dejaba caer la cabeza hacia delante sobre el pecho de Jimin.

-No estás enfadado conmigo, ¿verdad?

Jungkook negó con la cabeza. -No, no estoy loco, pero sería agradable si me advirtieras un poco más acerca de estas cosas en el futuro. No estoy acostumbrado a todo este... alboroto, Jimin. Mi vida ha sido bastante simple hasta ahora.

-¿Te arrepientes de estar conmigo?

La cabeza de Jungkook se disparó en estado de shock. - Dios, no, Jimin, ¿qué puede haberte dado esa idea?

-Bueno...

Jungkook rodó los ojos. -Escúchame, Park Jimin. Me casé contigo porque te amo y quiero pasar el resto de mi vida contigo. Toda esta mierda es, por desgracia, el equipaje que acompaña el casarme contigo. Créeme, cariño, tengo mi propio equipaje.
Jungkook agarró las solapas de Jimin, cepillando pelusa imaginaria. -No estoy acostumbrado a ello, y puede que no me guste, pero puedo tratar con cualquier cosa, siempre que estemos juntos, incluso con tus fiestas y anuncios en revistas.

-¿Está seguro, Jungkook? -preguntó vacilante Jimin. Jungkookpudo ver la preocupación en sus ojos. Él estaba, una vez más, sorprendido de que un hombre tan grande y hermoso como Jimin, con un valor de millones, pudiera estar tan inseguro.

Jungkook dio unas palmaditas en la mejilla de Jimin. - Estoy seguro, amor.

-Me gusta eso -murmuró Jimin.

-¿Qué?

-Tú llamándome amor.

Jungkook sonrió. Su esposo podía ser tan lindo a veces. -Bueno, tú eres mi amor, ¿no?
La cara de Jimin se sonrojó de nuevo. Jungkook podía sentir un bulto duro apretando contra su abdomen. Sintió los dedos de Jimin profundizar en sus caderas, tirando de él más cerca. Jimin gruñó bajo en su garganta. Jungkook tiró la cabeza hacia atrás y dejó salir la alegría de sus labios en una carcajada.

Su Toque Gentil ✧ JikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora