HoSeok es un chico dulce y tierno, pero su obsesión por JungKook lo lleva a cometer demasiadas locuras. Perdiendo así su orgullo e inclusive su amor propio.
Tras aprovecharse del celo de JungKook, una nueva vida llena de despreció y sufrimiento lle...
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El primer día sin HoSeok para JungKook fue manejable, pero a partir del segundo se volvió una tortura. El departamento se sentía vacío, sin alegría, extrañaba llegar de la universidad y encontrarse con el omega bailando en la cocina, extrañaba sus peleas tontas, sus berrinches, sus gritos... Era un maldito imbéciles, se sentía miserable, más infeliz que nunca. Quería acurrucarse en los brazos de HoSeok en ese momento, oler su aroma, el cuál era delicioso y lograba relajarlo lo hacía olvidarse de todo.
Extrañaba acariciar su hermosa barriguita y sentir a su cachorrito, hablarle por las noches se había vuelto un hábito. Un suspiro sale de sus labios y toma su teléfono, busca el contacto de HoSeok y piensa en si llamar o no. Quería darle su espacio al omega, pero lo extrañaba.
¡Maldición, lo extrañaba demasiado!
Durante toda la semana lo observo de lejos, siendo tan bonito, sintiendo celos al ver cómo otros alfas se le acercaban e intentaban tocarlo, lo detestaba. Le daban inmensas ganas de alejarlos de un golpe, pero era detenido por TaeHyung, quien le recomendaba no hacerlo ya que podría causar molestia en el omega.
Y no quería, por alguna extraña razón no quería que el omega se molestara con él.
— Te extraño, HoSeok. Esto no me podía pasar, no tenía que quererte—. Susurra con frustración restregando sus manos en su cara.
El sonido del timbre lo saca de sus pensamientos, con pereza se dirige a la puerta y al abrir se encuentra con la cara molesta de su madre.
— Hola, mamá.— se hace a un lado y la omega entra al departamento.
— ¿Me puedes explicar por qué dejaste que HoSeok se fuera? Eres un completo desconsiderado JungKook. ¡Yo no te crié de esa manera!—. La voz molesta de la Señora Jung hace que los bellos del alfa se ericen.
— Yo no pude hacer nada, mamá, él decidió irse, no podía retenerlo a mi lado si él ya no lo desea.
— Yo no entiendo como he tenido un hijo tan estúpido— Habla la Señora Jeon dándose un golpe en la frente—. Lo que tienes de guapo lo tienes de estúpido, Jeon Jungkook.
— ¡Oye! ¡No soy estúpido!—. Habla indignado.
— Si, si lo eres. Eres igual que tu padre, no te das cuenta que él quería que lo detuvieras, era muy obvió JungKook. Pero como siempre los alfas no entienden las cosas.— rueda los ojos y voltea a ver a su hijo—. ¿Y que esperas para ir por él?
— No lo sé, mamá, tal vez es lo mejor, ya no quiero hacerlo sufrir más.— JungKook se sienta sobre el sofá y su mamá imita la acción.
— Tú... ¿Lo amas, o por lo menos lo quieres? Sé sincero conmigo, hijo.
El alfa agacha la mirada con un poco de vergüenza— Si, mamá... Si lo quiero, y siento que estoy comenzando a amarlo, todo fue muy rápido, mis sentimientos ante él cambiaron. Yo solo me hacía la idea de que lo odiaba, pero no era así—. Un suspiro sale de sus labios y continúa—, a lo largo de los años que he estado en la universidad siempre lo he visto, ya qué desde siempre a estado tras de mi, yo jamás le hice caso, ya qué estaba enamorado de Jin... Tontamente. Lo observaba a lo lejos, llendo siempre con una bonita sonrisa y siendo amable con todos, cada día me obsequiaba algo distinto, ya sea un dulce o alguna figurita extraña.— ambos ríen y la Señora Jeon siente un poco de lastima por el pequeño HoSeok—. Siempre le decía que no se me acercara, que no me importaban sus tontos regalos.
