Capítulo 10

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Tomé el vuelo en primera clase, Farlan estaba decidido a darnos las mejores vacaciones de toda la vida en este momento tan nefasto.

Llegamos horas después a una de las mejores playas y nos hospedamos en el hotel de siempre. Nos recibieron bien y nos ofrecieron todo... habíamos comenzado bien.

Horas más tarde...

-La piscina está bien pero ¿Por qué no vamos a la playa?
-No tengo ganas.
-Vamos, Levi... no te traje a este paraíso sólo para que te deprimas más.
-Lo siento.
-Yo lo siento más...
-¿Por? Ahg suelteme estúpido Farlan.

Me intento ahogar en la piscina, obviamente era uno de sus juegos baratos pero me sacaba de mi fase depresiva. Dio igual, al final de cuenta logró sacarme de ello con algo tan estúpido y que me pudo matar.

-¿Entonces vamos o no?
-Okay quiero seguir viviendo.
-Eso es.

Salimos de la piscina, nos dimos una ducha rápida y fuimos a la playa. El sol era abrazador pero se sentía bien cambiar la rutina del frío de Europa y el frívolo corazón de la mocosa que me hirió.

Había menos gente que la última vez que vinimos, tal vez por no ser temporada de vacaciones. Eso era algo que agradecía, a decir verdad, no me gusta estar rodeado de tanta gente en bañadores.

Nos sentamos en el bar al aire libre cerca de una nueva piscina donde había en su mayoría bellas mujeres de piel morena y almendradas con grandes atributos.

-Uff Mikasa...
-No, no, no, no, no, no eso sí que no.
-¿Qué?
-¿Es enserio Levi?
-Perdón...
-Tomate un tequila mejor. Me decepcionas.
-Que mal.

Tomé la bebida y esta raspo mi garganta a su paso, es mucho más fuerte que todo lo que he probado en otros lugares.

Estuvimos ahí un rato, se nos acercaron algunas chicas para conversar e invitarnos a una fiesta que darían en la noche. Farlan aceptó y yo me resigne a acompañarlo.

Fuimos a comer a uno de los restaurantes de pasó y me sorprendí de lo bueno que era todo como cada vez que vengo con Farlan aquí. Compré un par de cosas para Ymir que seguramente le gustarían, en realidad compre para todas incluyendo a Mikasa.

-Ni siquiera aquí puedo dejarte- arrojé la bolsa de mis compras a la cama.

Fui al balcón y me quedé en una hamaca para ver el mar de esta playa. Estamos en el último piso y puedo ver todo, el azúl del mar es bello pero no como los ojos grises de la mocosa, la playa es grande y tiene muchos atributos pero no como los atributos de la mocosa de la que me enamoré, hay mujeres de todo tipo aquí, muy diferentes a ella pero ni siquiera rodeado de todas me la logró sacar de la mente.

Fuimos a aquella fiesta y todo pasó normal, regresé en buenas condiciones a nuestra habitación, Farlan tomó su merecido momento para sacar todo lo que tenía que decirle a Isabel, lloró por horas, vómito, grito y se rió a carcajadas en medio de su estado, cuando se le bajó (hasta el otro día) lo obligue a bañarse, le pedí el platillo más picante del hotel y lo cuide. Sea como sea, es mi mejor amigo y nunca lo dejaría solo.

Dos días más pasaron entre exploraciones por el lugar, visitas a todos los sitios que nos faltaban recorrer y descanso al finalizar.

Tan sólo esperaba que tanto ocio no fuera motivo para acostumbrarme, de otro modo cuando volviéramos a Francia, sería todo un problema regresar a mis labores.

Al día siguiente...

No supe en que momento la vi, pero fue imposible apartarle la mirada, tenía una mirada intensa y una piel dorada. Esa mujer caminaba con gracia, es hermosa y lo sabe muy bien. Su estilo denota su clase, su figura es deseable y sin más se acercó a mí para hablar, mientras Farlan sólo sonreía y se alejaba de mí.

Capturar el cielo [RIVAMIKA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora