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Dic 10, Corea del Sur. Jeon Heejin.
-Hyunjin...mira. Allí hay un fotomatón.- Dijé, haciendo un puchero para que me prestara atención y pudiésemos entrar en él.
-Pero Heejin...estoy cansada, hemos estado todo el día fuera y me duele el brazo.-Dijó Hyunjin, acariciándose el brazo del cuál la pulsera amarilla seguía colgada. Hicé lo mismo y me acaricié la muñeca donde mi pulsera estaba colocada. La verdad era que a mí también me había molestado durante el día pero había decidido ignorarlo pero al pensarlo bien era algo sospechoso.
-¿Porfavor?- Dijé, mostrando la cara más adorable que pude para convencer a mi seria hermanastra de entrar en él.
-Aish, de acuerdo. Pero que sepas que no lo hago porque me lo digas tú.- Dijó, mirándome por encima del hombro haciéndome reír.
Me adentré con ella en el fotomatón y nos sentamos en los pequeños sillones. Metí unas cuántas monedas en la máquina para encenderla pero por alguna razón no empezaba a encender.
-¿Qué narices? ¿Por qué no...?- Me interrumpí a mi misma cuando vi unas grandes letras blancas en la pantalla.
Soy X, siento asustaros.
Hyunjin y yo nos miramos confundidas, creíamos haber terminado con todo ese desastre de tener poderes y estar en otra dimensión.
Jo Haseul se ha unido al Loonaverse y necesito que se una a vosotras, está esperando afuera aunque no sepa que va a conoceros.
Solo llevaos bien y cuidadla, no quiero que os pase nada a ninguna de las tres.
-Espera, ¿ella también tiene poderes?- Pregunté, sin esperar una respuesta pero unas letras en la pantalla me sorprendieron.
Claro, como todas vosotras.
-¿Todas nosotras? ¿A qué que refieres X?- Preguntó Hyunjin, dándole unos cuántos golpes a la máquina para ver si respondía.
Sin respuesta.
-Porfavor X, respóndeme.- Dijó mi hermanastra, dándole un último golpe a la máquina.
Porfavor, inserte el dinero para empezar a hacerse fotos.
Esto parecía cada vez más surrealista.
Salimos del fotomatón en busca de esa tal Haseul y mis ojos se posaron en una muñeca con el mismo brazalete que nosotras, pero de color verde esta vez. Sentí una punzada en el pecho al mirarla fijamente a los ojos sin embargo no sentía ningún mal sentimiento, se sentía agradable observarla.
La valiente Hyunjin que tenía como hermana se acercó a la chica lentamente, como si no supiese que hacer, pero al contrario de lo que su cabeza decía se reincorporó y se acercó a Haseul con gran firmeza.
-Perdona por molestar pero...¿Te llamas Haseul verdad? Soy Hyunjin y esa de ahí es mi hermanastra, Heejin. Si estás perdida te podemos ayudar. Si deseas, claro.- Me sorprendió lo agradable que Hyunjin había sonado, normalmente no sonaba tan acaramelada y suave, era más como conversar con una pared enfadada.
-¿Hyunjin y Heejin? Así que...- No nos dio tiempo a escuchar más de sus palabras puesto que Haseul colapsó en el suelo, el sudor frío empapaba su frente y estaba hiperventilando.
X: Antes de que preguntéis, no. X: No podéis llevarla al hospital, la gente sospecharía. X: Simplemente está cansada porque ha usado demasiado sus poderes, cuando no están evolucionados es normal que se agoten más rápido.
-¡Heejin rápido! Cargala en tu espalda, yo recogeré algunos paños de agua fría y algo para tomarle la temperatura.- Me dijó Hyunjin, mientras agarraba apresuradamente algunas bolsas con productos medicinales.
Agarré a Haseul en mis brazos y junto a Hyunjin la posamos sobre la cama de nuestro pequeño motel.
[...]
Tras unas horas de que Haseul descansara sobre la cama por fin se recuperó, estuvimos calmandola por un rato porque decía que había tenido alucinaciones. Le explicamos de que trataba el Loonaverse y como nos afectaba, incluso si no teníamos mucha información sobre ello.
Nos dimos cuenta de lo buena persona que era Haseul y de los poderes que tenía y realmente nos sorprendió cuando su brazo empezó a ponerse azul, ni siquiera podía usar sus poderes otra vez dado que los había usado en exceso y ahora estaban agotados.
Esto sí que era surrealista.
-¡No puede ser! Eso es demasiado embarazoso...- Dijó Haseul, escondiendo su cara entre sus manos de la vergüenza.
-Vamos Haseul, solo te estamos retando. Si vas a hablar con él puede que consigas su teléfono.- Dijé, animándola a que fuera a hablar con el chico que tanto estaba mirando desde que llegamos a la cafetería.
-¿Pero y si tiene novia qué?- Preguntó Haseul, era tan tímida que era tierno.
-¡Deja de poner excusas y ve!-Dijó Hyunjin, empujando a Haseul un poco para que se animara. Nos miró una última vez y se acercó, esto iba a ser bueno.
Observamos con cuidado, incluso si no podíamos escuchar nada les veíamos reírse y pasárselo bien, el chico incluso puso un mechón de pelo de Haseul detrás de su oreja, puesto por lo que vimos él quería ver su cara mejor.
Después de unos minutos Haseul vino sonriendo y toda sonrojada, como toda una adolescente. Salimos de la cafetería riéndonos por lo adorable que había sido pero nuestros gestos cambiaron cuando oímos algo un tanto perturbador.
Miramos el cartel de donde provenía el sonido, creí no haber visto esa calle nunca.
-¿Esto desde cuándo está aquí?- Una pared en la cuál había un cartel señalaba a esta diciendo 'Avenida Souvenir, Castillo Houk'
¿Qué narices pero ahí no había...?
Paramos de hablar al oír la voz de una chica más bien joven, su voz retumbaba en la pared como si un castillo se ocultara en su interior.
-¡No! ¡No me casaré contigo para que tu seas el rey! Yo soy la que decide que hacer.- Oímos a la tal chica, por como hablaba parecía de la realeza.
-¡Princesa Im! Lo harás por el valor del reino, si no quieres desatar una guerra, cásate conmigo, princesa.- Dijó un hombre, con voz totalmente diferente a la de la pequeña princesa.
¿Qué narices? Teníamos que entrar allí para salvar la vida de esa princesa, o lo que fuese.
