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28 de Julio, Playa Whitehaven, Australia. Choi Yerim.
Estiré mis piernas sobre la toalla, el sol está yéndose poco a poco y empezaba a anochecer. Me puse el vestido sobre el bañador y desperté a mi amigo a base de golpecitos en la tripa.
—Qué rápido se ha hecho de noche...—murmuró, mientras sacudía la arena de sus brazos y piernas.
—No es que se haya pasado rápido, Yang, es que te has dormido por dos horas, cabeza d merluzo.—dije, levantándome, preparada para irme.
Mientras Yang recogía las cosas yo me quedé absorta mirando el mar, el agua por la noche podía llegar a ser muy tenebrosa. Me asusté al oír un sonido en esta, como si un delfín estuviese cerca.
—¿Eso era pelo rubio?—dije, frotándome los ojos y mirando al mar de nuevo. La noche me estaba aturdiendo y por eso le pedí a Yang que me llevase a casa, donde no podría desvariar o delirar.
Por alguna razón, esa noche no pude dormir ni una hora, y encontré un nuevo reloj de mi color favorito encima del escritorio. Pensé que fue suerte. Ese día, antes de clase me acerqué a la playa un rato, pensé que quizás le despejaría un poco mientras disfrutaba de mi café.
—Hola.—escuché decir a una chica detrás mía.
Su apariencia era bastante similar a la mía y tenía una sonrisa un tanto siniestra. No contesté, o más bien, no fui capaz de contestar, los escalofríos se apoderaron de mí. Me quedé helada.
—Veo que eres una chica de pocas palabras.—dijo.
Sin darme cuenta, un murciélago salió detrás de ella, lo agarró bruscamente y le empezó a hacer daño. Me sentí débil, sentía los golpes como si fueran propios, en la tripa, en los brazos, ardía, dolía. Su sonrisa se ensanchó al ver como era incapaz de hacer nada. En un momento de vulnerabilidad mi pulsera vibró y un mensaje iluminó mi muñeca.
X: No me preguntes y salta en el espejo, hazlo.
Me quedé atónita, cada vez tenía menos fuerza y dolían más los agarres de mi doble falso y arpía. ¿Podría llegar hasta el espejo sin caerme al suelo? No lo sabría hasta que lo intentará. Con todas las fuerzas que pude reunir me levanté y corrí lo más rápido que pude a aquel espejo, esperando al gran impacto. Sorprendentemente el impacto no llegó, sentí mi cuerpo transportarse a un lugar más tranquilo, donde el aire era menos pesado.
X: ☐ Archivo desbloqueado 8: Kim Yerim Poder: Teletransportación, comunicación con los animales. Color: Morado. Animal: Murciélago.
¿Qué? No entendía nada. Y menos entendí al ver dónde estaba. Se trataba de una pradera preciosa, llena de flores moradas y rosas junto a un lago de agua muy limpia. Observé a mí alrededor y cuando creí que las cosas no se podían poner más raras vi lo inesperado. Una cola de sirena
—Hola.—dijo ella, sacudiendo la mano amablemente.
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