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Oct 04, París. Jeon Heejin.
Me desperté como usualmente tras ese sueño que tuve, realmente me intrigaba. Decían que a veces lo sueños se hacían realidad pero eso ni siquiera se sentía como un sueño si no más como una...realidad.
Esta pulsera no tiene poderes mágicos ni nada pero...
Me acordé de las palabras de la chica de mi sueño y me urgió buscar mi muñeca para ver si el reloj seguía ahí. Un grito ahogado se escapó de mi garganta al ver que así era, un reloj pequeño de color rosa colgaba sobre mi pequeña y flaca muñeca. Entonces...¿No había sido un sueño?
Me levanté de la cama, tenía la urgencia de ver como se encontraba mi hermanastra, Kim Hyunjin. Salí de mi habitación y de repente tuve un terrible dolor de cabeza, cerré los ojos con fuerza por el dolor y cuando los abrí empecé a entrar en pánico. Todo el salón de mi pequeña casa ya no tenía color, los muebles que antes brillaban con su precioso color rojizo ahora se veían grisáceos y todas las tonalidades solamente variaban entre el negro y el blanco.
Me froté los ojos dos veces ante mi panorámica. ¿Qué estaba pasando? Pero no, esto tampoco era un sueño, nada tenía color, y al mirar tras la ventana, tampoco. Miré a Hyunjin, quién se encontraba bajo la caliente manta peluda. Me miró con expresión confundida. Sus ojeras eran enormes y realmente se veían sus ganas de llorar.
—¿Hyunjin? Tú...¿También lo ves?— Pregunté, sentándome con ella en el sofá. Era increíblemente triste ver todo sin color ninguno.
—Pues claro que lo veo Heejin, lleva así desde ayer y es muy confuso. Para colmo te desmayaste y te has despertado como si nada. ¿Qué deberíamos hacer? Esto en serio tiene mala pinta.— Dijó Hyunjin, mordiendo su labio inferior mientras miraba alrededor.
Espera un momento. Ha dicho que...me desmayé. ¿Me desmayé?
—Ehm...Hyunjin. ¿Los médicos te dijeron cuál fue la causa por la que me desmayé?— Pregunté, mientras un escalofrío recorría mi espina dorsal.
—Dijeron que no fue por ninguna causa específica pero que podría ser por estrés.—Dijó mi hermanastra, cada vez esto me causaba más intriga. ¿Y si la chica de mi sueño en verdad existe?
—Pero ahora tenemos problemas más graves, el mundo se está quedando sin color y en las noticias han avisado que la mayoría de animales se están extinguiendo.—Dijó Hyunjin, pasando su mano por su pelo y mirándome a los ojos.
De repente frunció su ceño, algo en mí había captado su atención.
—Espera Heejin...tus ojos...—Dijó, acercándose más a mí para observar mejor.
—¿Qué? ¿Qué pasa con mis ojos?— Pregunté confundida, llevándome la mano a la mejilla.
—Tus ojos...tus ojos no son grises ni negros. Se ven marrones Heejin, se ven con color, se ven vivídos.
Giré mi cuerpo hacia el espejo y miré mi aspecto efectivamente mis ojos era lo único de todo el ambiente que tenía un color normal y no grisáceo. De repente el pequeño reloj vibró, Hyunjin me miró con confusión.
—¿Y eso?— Preguntó, pero yo no podía simplemente soltarle todo.
—Larga historia.— Dijé.
Acerqué mi muñeca a mi cara para ver mejor y deslicé el dedo por la pantalla del reloj.
(2) Tienes un nuevo mensaje de X.
X: Veo que me vas creyendo. X: Heejin, de nuevo, el mundo está en tus manos.
Leí el mensaje en mi cabeza y lo repetí varias veces. Nada de esto tenía sentido, ni pies ni cabeza. Pero sin embargo, solo sabía una cosa por ahora. Y esa cosa era que yo era la emprendedora de una nueva aventura. Y también, que tenía que intentar salvar el mundo.
No te vengas a quejar cuando veas que tu mundo está en ruinas.
Vamos, eres la emprendedora de este viaje.
¿Ayudarás a tu mundo a sobrevivir o caerás y les dejarás caer también?
