Pasea su mirada por las cuatro paredes que conforman la habitación donde está atrapada y obligada a hablar, siendo un color blanco insípido tornándose a un gris metálico. En sus oídos retumba una y otra vez el tic toc del reloj que se encuentra colgado en la pared del frente. El movimiento de las agujas del reloj son frenéticos al igual que sus piernas nerviosas. Lleva su mirada a sus manos ensangrentadas, aquella sangre haciéndola sentir sucia y culpable de un hecho que no logra entender.Escucha la puerta del lugar abrirse, al oír aquel metal rugir su cuerpo se estremece conteniendo la respiración. Los pasos resuenan por toda la habitación, el policía deja sobre la mesa unos papeles. Los desliza lentamente hacia ella, inspeccionado su aspecto. Mientras los nervios consumían lentamente a California, el oficial observaba sus manos temblorosas. El oficial aclara su garganta y toma asiento en la pequeña silla de metal que se encuentra al otro lado del escritorio.
-Soy el oficial Jonhson -habla haciendo una mezcla de una voz firme y suave. Extiende su mano en forma de saludo.
California se limita a solo ver la mano de la persona al frente y luego observar su propia mano. No responde, dejando al oficial con su mano extendida. El oficial asiente lentamente, analizando un poco la situación.
- ¿Conoce usted a esta chica? -le muestra la foto de un rostro conocido. California alza su mirada y solo logra articular una simple palabra
-Sasha -murmura sin dejar de mirar la fotografía que el oficial sostiene en sus manos
- ¿Tenía usted alguna relación con ella?-pregunta el oficial dejando la fotografía en su lugar.
Volviendo a limitarse, California solo asiente levemente con su cabeza sin decir ni una sola palabra. Mira sus manos fijamente, buscando una respuesta a varias incógnitas que no puede descifrar. Las dudas viajan de un lado a otro en su mente, en cada viaje creciendo más y más. California sabia que para el final del día sus dudas serían tan grandes como un oso y las respuestas tan pequeñas como una indefensa luciérnaga sin ningún brillo en la luz del día.
-¿De donde conoce usted a Sasha? -pregunta el oficial una vez más, colocando los codos en la mesa y uniendo las puntas de sus dedos, mostrando un porte de seguridad y autoridad.
-Éramos amigas cercanas - Al escuchar esas tres palabras brotar de los labios de California, el oficial solo pudo pensar en que pudo haber ocurrido; problemas, problemas y más problemas. No había en nada más que pensar que solo problemas.
- ¿Entiendes que ha pasado, cierto? - California niega y por primera vez mira sus ojos. El oficial Jonhson observa más profundo su expresión, viendo el temor en sus ojos, la confusión en sus cejas fruncidas y aquellos labios temblorosos donde miles y miles de preguntas quieren brotar de ellos.
Jonhson frunce su ceño ligeramente y relaja sus hombros. Deja sus palmas en el escritorio y se coloca de pie, suspira y camina, lentamente, por aquel pequeño espacio. Pellizca su labio inferior mientras piensa, con una última mirada hacia California comprende que está pasando
- ¿No recuerdas lo sucedido? - pregunta esperando por una respuesta que cree saber. California niega sin mirarlo
Escucha la puerta de metal abrirse y unos pasos alejarse para luego la puerta volver a su estado anterior; comprendiendo que se ha quedado sola. Cierra sus ojos y toma aire, deja su mano en uno de sus muslos, haciendo la perfecta sincronía de aquel dedo índice jugar con los hilos de sus jeans rotos mientras el estruendo de sus suelas gastadas de sus botas chocar contra el duro pavimento, hacían el intento fallido de calmarla.
La puerta se abre nuevamente, unos pasos nuevos se escuchan. Siendo más agudos que los anteriores. El crujir de la vieja silla detrás del escritorio, anuncia que alguien ha tomado asiento.
-Necesito que me mires por tan solo unos segundo -una voz femenina es quien interrumpe los pensamientos de California. Lleva su mirada a la mujer que le ha hablado, observa brevemente el rostro de la persona al frente. Es joven, entre sus 25-29 años, el pelo castaño, vestida con una blusa sencilla siendo mayormente cubierta por la bata donde arriba del lado izquierdo se encuentra su nombre "Doctora Haley Bittner"
California reconocía aquel rostro, Haley es conocida por todos. Una pequeña sonrisa se dibuja en los labios de California y siente una ganas incontrolables de abrazar a la doctora.
La doctora le sonríe bríndandole confianza y paz
-¿Estas sola? -es la primera pregunta que formula Haley. California asiente lentamente
-No quieren comunicarse, no los escucho -un pequeño suspiro de angustia se escapa de los labios de California. La doctora asiente y toma nota.
-¿Que es lo último que recuerdas? -La doctora alza su mirada, mostrando aquellos ojos verdes que lucen cansados por las ojeras ubicadas debajo de ellos.
-Iba de camino a una cafetería donde Sasha y yo quedamos encontrarnos. Todos queríamos hablar con ella, sentíamos que no se encontraba bien. Estábamos preocupados. Cada quien tomó un tiempo con ella, hablamos. Me contó que había sucedido, lo sé, pero no recuerdo que dijo. Solo veo su rostro y sus labios mudos explicándole a unos oídos sordos... -suspira, tratando de recordar cada simple detalle.
- No tienes porque acordarte de todo ahora -intenta calmar a California, hablándole con un tono suave y calmado - Está pregunta es sencilla, ¿Como conociste a Sasha?
El movimiento de su pie vuelve, los nervios toman control nuevamente de su cuerpo mientras California intenta no romperse en pedacitos y estallar en lágrimas de la angustia que consumía sus pensamientos.
-Hace 6 años, la conocí en la cafetería en donde nos reunimos -en su voz se puede sentir el dolor y el cansancio, masajea los laterales de su frente - Sasha cada tarde iba por el mismo café a la misma hora, sentía la curiosidad de saber porque siempre iba. Solo hablamos un día -la última oración brota rápido de sus labios, cerrando sus ojos. Pasa una mano por su rostro y echa sus rizos a un lado.
-Toma aire y cuenta hasta 5 -la voz dulce de la terapeuta - 5,4,3,2,1 -cuentan lentamente, inhalando y exhalando en cada número.
-Solo reaccione y todo había ocurrido. No recuerdo que ocurrió, no sé nada. Solo quiero ir a casa, necesito comunicarme y mi espacio -sus ojos se cristalizan al hablar y mira a la doctora, suplicándole que la dejase desacansar
-Lo que haya ocurrido no significa que sea tú culpa -Bittner hace una pausa y la observa detenidamente.
Lágrimas caen por las mejillas de California, él sentimiento de culpa y confusión no eran agradable junto con la amnesia.
-Solo quiero saber porque lo hicimos. ¿Por qué tengo su sangre en mis manos? ¿Por qué sostuve su cuerpo sin vida? ¿Por qué estaba tan pálida? ¿Es nuestra culpa? Dime que es una pesadilla, lo es, despertaré y ella estará a mi lado consolándome. Es Sasha, no me dejará sola. Es Sasha...
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La Canción del Asesino
Short StorySINOPSIS La mirada borrosa de Sasha observaba con miedo a quien se encontraba sostiniendo su cuerpo sin fuerzas. En sus oídos una voz melodiosa cantaba mientras su cuerpo era mecido, el sudor resbalaba por su frente y sus manos temblaban sin contro...