CAPÍTULO III: Enzo conoce a Sasha

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" -No sé cómo tomar las cosas. No sé qué hacer, no sé nada, Enzo - Enzo lleva su mirada hacia la persona, encontrándose con aquellos ojos preocupados y agotados. Cada día sus ojos perdían su brillo, cada día más opacos y vacíos. Las ojeras adornaban sus ojos, dándole un toque como si estuviera muerta en vida.

-No tienes porque esforzarte a explicarme las cosas. Al final Zenda lo logrará -sonríe un poco, para animar la situación. Pasa su brazo por su hombro y besa su sien - Todo estará bien, Sash. "

Aquellas fueron las últimas palabras que Enzo le decido a Sasha. Enzo estaba esperanzado, creía en que todo se resolvería y tendrían devuelta a la persona que más apoyo les ha brindado.

Sasha era luz, una luz que iluminaba cada pequeña parte de los huecos donde las pesadillas se escondían. Era una experta en reparar almas rotas, uniendo pedazo por pedazo hasta que estuviera completa y sana. Sasha para todos era lo más cercano a una familia; abrigadora como esa manta que te espera en la cama cada día para cubrirte y protegerte de los demonios que atacan con violencia tu paz; Relajante como escuchar las gotas de lluvia golpear suavemente el cristal.

Era un hogar, un hogar que lentamente fue destruido por el cruel destino. De tanto reparar almas olvido como reparar la suya.

Tras Enzo haberse negado a responder cualquier pregunta del oficial, la terapeuta fue llevada nuevamente a la habitación dispuesta a continuar las preguntas.

-¿Cómo te sientes, Enzo? -la voz dulce de la terapeuta interrumpe los pensamientos de Enzo. Enzo lleva su mirada a ella. Se encoge de hombros y niega un poco con su cabeza

-No entiendo qué pasa. Solo la confusión no ayuda en estos momentos -habla calmado, estando diferente a cómo había respondido al oficial. La doctora Bittner asiente

-¿Zenda está contigo o estás totalmente solo? -su mirada da un pequeño paseo entre el bolígrafo y Enzo.

- Ambos. Por momentos quiere estar aquí e intenta, ahora mismo esta hablándome -mira sus manos, las cuales Zenda está moviendo

- ¿Cómo se encuentra el sistema? ¿Se han comunicado? -Enzo niega y juega con sus manos -Escuchó un llanto...dos llantos -agrega después de unos minutos de silencio - Dicen no estar listos para hablar -Bittner asiente y se acomoda en su silla.

-¿Quiénes lloran?-Enzo cierra sus ojos, concentrándose en los llantos - Solo veo a California, está asustada y en una esquina. No creo que podamos comunicarnos con ella por un tiempo.

California se encontraba en una esquina, abrazando sus rodillas mientras escondía sus cabezas entre estas. Sus llantos eran silencioso. En armonía se podía escuchar los sollozos de una persona más, Enzo no podía descifrar de quien se trataba.

- ¿Quién fue el siguiente en tomar el control después de ti? -la tensión del momento era una mezcla entra la confianza y confusión. Enzo y Zenda no estaban seguros si dar información sobre lo que ocurría en el sistema.

-Tenemos anotado todo planeamos ese día. El orden del tiempo y quien preguntaría después. Kilian lo organizó, anotábamos que queríamos hablar con ella

- ¿Tienes aquí el orden? ¿Puedo verlo? -en una posición erguida hacia él, pregunta la doctora. Intentando mostrar tranquilidad.
Enzo toma un tiempo para responder, esperando por la confirmación de los demás. Después de unos minutos asiente y de su chaqueta saca una libreta. Se la entrega, la doctora analiza el día que fue planeado.

-¿Quién organizó el día? -lleva su mirada a Enzo

-Kilian, los últimos meses ha tomado el cargo de organizar lo que haremos -Zenda le dicta cada palabra a Enzo, asegurándose de que la respuesta sea clara y sin mucha información. Asiente, estando sorprendida por el avance de Kilian, sintiendo un poco de orgullo por su trabajo en proceso.

-¿Kilian está haciendo un buen trabajo organizando? -Enzo asiente - Esta mejorando -por primera vez le brinda a la terapeuta una sonrisa.

- Fuiste el penúltimo en hablarle a Sasha. ¿Qué recuerda antes del cambio?

-Como todos, hablamos de lo que le sucedía. Solo recuerdo haberle dicho que todo estaría bien, fue complicado ya que mi tiempo se había agotado y Kilian estaba insistiendo en tomar el control. Quien puede recordar es Kilian.

-¿Él está dispuesto a hablar? -la pregunta despertó a Kilian, inmediato estando al tanto de que ocurría. Enzo suspira al sentir a Kilian y sus pequeños intentos de tomar el frente. Asiente con su cabeza y lleva las manos a ésta al sentir el dolor

-Kilian, ¿quieres salir? -la terapeuta pregunta mirando fijamente los ojos de Enzo. Enzo pestañea varias veces sintiendo el cambio qué hay, el agotamiento crecer por la indecisión de Kilian.

La mirada de Enzo va cambiando lentamente, por momentos estando presente Kilian. El aspecto calmado y seguro de Enzo había desaparecido, mientras que este nuevo se presentaba entre el dolor, timidez y la poca luz que sobraba de su alma.

Kilian Failde, receptor de traumas y recordatorio de inocencia estaba al frente. Sin poder retirarse, tuvo que aceptar lo que le ha tocado. Al final sabía que no serviría de mucho. Solo está él y el dolor que cada minuto apretaba la cuerda que se encuentra enredada en su cuello.

La Canción del Asesino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora