CAPÍTULO 4
narración: Albert Hammond Jr., trece años de edad
Dios...
Mio,
Santo.
Mi madre hervía en furia. Mi padre sólo respiraba pesadamente.
— ¿Por qué lo hiciste? —Preguntó mi padre de una manera dura.
— Po-porque... Pensé que sería divertido. —Me obligué a mí mismo a callarme cuando escuché aún más pesada la respiración de mi padre.
Estaba muerto.
— ¡¿Y por quée...?! —A largó la palabra.
Diablos...
— Perdón. —Me disculpé, mientras removía mis manos en una acción de nerviosismo.
Escuché un resoplido por parte de mi creador. Mi madre sólo permanecía callada. En silencio.
— De acuerdo, lo mandaremos al lugar donde John me había comentado. —Dijo, en dirección de mi madre.
Esperen... ¿lugar? ¿de qué demonios están hablando?...
— ¿A dónde? —Pregunté, mientras fruncía mi ceño.
— Creo que será lo mejor... —Asintió mi madre.
Mi madre estuvo de acuerdo... ESTUVO DE ACUERDO. ¿De acuerdo en qué? ¿Con qué?
Necesitaba respuestas.
— ¿A dóndee? —Grité, cruzando mis brazos.
—Te mandaremos a un internado. —Me respondió mi padre, casi forzadamente. Posiblemente para que me callara.
Pero no, no lo hice.
— ¿Internado?, ¿Dónde? —Pregunté.
—En suiza... En una semana. —Dijo mi padre antes de salir por la puerta.
Mi madre sólo me observó y me regaló una sonrisa, mientras se acercaba.
— No tienes que tener miedo, cariño. Solamente permanecerás poco tiempo. —Su voz era suave, quizá el enojo se le haya pasado.
— Lo sé. —Contesté dándole algo de tranquilidad.
— Bueno... Iré por tu padre. —Me avisó antes de irse detrás de él al jardín.
Desde mi lugar, observé como mi madre abrazaba a mi padre detrás. Se notaba que él no quería, pero mi madre estaba tan aferrada a él que, casi sin ganas, la abrazó devuelta.
Observar como se aferraban el uno al otro, fue de una manera reconfortante.
Quizá mi madre lo convenza de no llevarme... Sólo quizá.
UNA SEMANA DESPUÉS;
Diablos, si tuve que venir.
Mientras cargaba mis maletas, miré a lo lejos a un chico con cabello largo y con una camiseta con estampados de una banda.
Supe de inmediato que se trataba de Julian.
Siempre lo reconocería...
— ¡Julian! —Exclamé, sonriendo.
— ¿Qué...? —Fue lo que preguntó Julian, mientras me acercaba a él.
Lo miré sonriente y dejé mis cosas en el suelo.
— ¿Por qué sonríes? —Me preguntó, algo extrañado.
Resoplé. —Porque vamos a estar juntos... Eso es algo bueno. —Intenté de alguna manera hacerle sentir mejor.
—Sí... Pero si no fuera por mí, tú no hubieras caído junto conmigo.
Oh, Jules.
Sólo lo miré de reojo mientras volvía colgar mis cosas en mi hombro. Nos acercábamos a la recepción donde, supuestamente, nos darían la habitación. Julian también tomó sus cosas.
Sabía que se sentía mal, pero en todo momento intenté sonreír.
— No te preocupes, puede que sea unas bonitas vacaciones.
Julian comenzó a reírse mientras que asentía, —Sí... Puede que sean lindas.
Oh, y vaya que lo fueron...
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na;
¡hola! c: gracias por seguir aquí, de verdad los quiero muchísimo, y quiero avisarles que se viene el clímax de la historia, prepárense. jdjsd
y perdón por no haber subido capítulo la semana pasada, tuve cosas que hacer. :c
también quería decir que no es gracioso cuando publican carteles falsos diciendo que the strokes tocarían en México. (ya he caído xD chale) no jueguen con mis sentimientos, gracias jsdjds
(el gif me da vidaaaa)
lo tkmmm a todos. <3
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𝙃𝘼𝙍𝘿 𝙏𝙊 𝙀𝙓𝙋𝙇𝘼𝙄𝙉 『the strokes; Jules y Albert』
Fanfic"-Julian... ¿Qué sucedió en el colegio Le Rosey? -preguntó mi madre. -Es difícil de explicar...- respondí."